Qué son la E. Coli y la 'Clostridium perfringens', las bacterias de la intoxicación de los montaditos de pringá

Sucesos

Diarrea, vómitos o fiebre son algunos de los síntomas que provocan

Cuarenta y cuatro intoxicados por comer montaditos de pringá en una taberna de Córdoba

Muestras de la bacteria 'E.coli' / El Día

Córdoba/Cuarenta y cuatro afectados -aunque no puede descartarse que haya más- por comer montaditos de pringá es el balance oficial por el momento que ha dado la Delegación de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía sobre los hechos que ocurrieron el pasado 4 de enero en una taberna de la capital cordobesa. La pringá fue el único alimento consumido por todos los afectados, mientras que el agente sospechoso E. Coli Clostridium perfringens y las muestras alimentarias se encuentran en estudio.

Para conocer cómo afectan ambas bacterias al cuerpo humano, El Día de Córdoba se ha puesto en contacto con Antonio Valero, investigador de la Universidad de Córdoba (UCO) que trabaja en el área de Microbiología y Seguridad de los Alimentos. En primer lugar, Valero expone que las toxiinfecciones alimentarias causadas por Escherichia coli (E. coli) "son un problema de salud pública importante y se producen cuando se consumen alimentos o agua contaminados con esta bacteria".

No obstante, aclara que "no todas todas las cepas de E. coli son perjudiciales, puesto que algunas son parte de la microbiota normal del intestino humano". Sin embargo, advierte de que "ciertas cepas, como las productoras de toxina Shiga (STEC) o E. coli enterohemorrágica (EHEC), pueden causar enfermedades graves".

Diarrea y vómitos, los síntomas

La sintomatología de una persona afectada está asociada a diarrea, vómitos, dolor abdominal, fiebre, insuficiencia renal o trombocitopenia.

En el caso de las toxiinfecciones alimentarias por Clostridium perfringens, según la información facilitada por Valero, "son comunes y están asociadas con el consumo de alimentos contaminados y mal manipulados". Y es que, anota, el "C. perfringens es un bacilo Gram-positivo, anaerobio, formador de esporas, que puede sobrevivir en condiciones adversas, como altas temperaturas y ambientes con poco oxígeno".

Valero, investigador del Departamento de Bromatología y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Córdoba, destaca que por el momento "se están investigando las causas del brote y aún no se puede señalar que estuviera asociado al consumo de este alimento". Por tanto, subraya, "aún es prematuro para conocer las causas reales por las cuales se ha producido. En los próximos días seguramente tendremos más conocimiento al respecto".

Respecto a si los alimentos utilizados en la elaboración de los montaditos de las pringás son los responsables de la intoxicación de estas 44 personas, asegura que "podría ser un origen de la contaminación, pero no necesariamente". "Los pacientes pueden haber presentado otro tipo de cuadro clínico que desconocemos que haya podido causar esta sintomatología", indica.

Otro de los puntos a los que alude es que "es preciso conocer si las cepas presentes en el alimento supuestamente contaminado se corresponden con las cepas clínicas que se puedan aislar de los pacientes". "Esto en muchos casos no es tan sencillo, de hecho, en el brote ocurrido por el consumo de tortilla aún se desconoce", anota.

En cuanto a las condiciones de manipulación de los alimentos, el investigador subraya que "básicamente debe mantenerse una higiene correcta del personal y entorno de elaboración, cocinar adecuadamente los alimentos (a temperaturas igual o superiores a 75 grados en el centro de la pieza cárnica) y garantizar una adecuada conservación, normalmente temperaturas igual o inferiores a 4 grados durante un tiempo no superior a 24 o 48 horas".

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