Los efebos de Pedro Abad llegarán al Museo Arqueológico de Córdoba a finales de primavera

Patrimonio

Habrá un programa de actividades dedicadas a las dos estatuas de bronce, que han estado en el IAPH casi cuatro años para su restauración y estudio

El IAPH, el taller donde el patrimonio de Córdoba recupera su esplendor

Una visita a los talleres del IAPH, donde se restauran los bienes patrimoniales de Córdoba, en imágenes

Los efebos de Pedro Abad, en su preparación para el traslado al Museo Reina Sofía.
Los efebos de Pedro Abad, en su preparación para el traslado al Museo Reina Sofía. / José Manuel Santos

El Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) finalizará en los próximos meses los estudios sobre los efebos de Pedro Abad para trasladarlos al Museo Arqueológico de Córdoba "en mayo o junio".

La ciudad recibirá estas dos estatuas de bronce con un programa especial de actividades para acercarlas a los ciudadanos, según explica el director del IAPH, Juan José Primo Jurado, que destaca la excepcionalidad de estas dos obras romanas de época Alto imperial (siglo I-II d.C).

Los dos efebos (apolíneo y dionisíaco) se han exhibido en Madrid en la exposición Picasso 1906. La gran transformación, que se clausuró en el Museo Reina Sofía el pasado 4 de marzo. "Han sido un éxito, tremendamente visitados", ha incidido Primo Jurado. Esta "era una manera de exponerlos hacia el exterior, pero tienen que volver al IAPH a completar algunos estudios de investigación" porque la restauración está completada, ha resaltado.

Las esculturas han vuelto esta semana al instituto, que está "preparando todo para que en mayo o junio lleguen a su destino final", que es el Museo Arqueológico de Córdoba, "donde quedarán expuestos para siempre".

En torno a los efebos habrá diferentes actividades como "publicaciones o congresos porque son dos piezas excepcionales; hay ocho en el mundo como ellas y encima esta son pareja".

"Córdoba quedará absolutamente fascinada con ese nuevo tesoro que se une a las piezas del Museo Arqueológico y al patrimonio cordobés", ha puntualizado el historiador.

A través de una encomienda de la Consejería de Cultura, los expertos del IAPH han abordado un proyecto de I+D y conservación y puesta en valor para su musealización.

Los efebos eran elementos de lujo conocidos como "sirvientes mudos", ya que eran frecuentes en los banquetes y sujetaban lámparas y bandejas, y cuyo origen, vinculado a las clases pudientes, se debería a una moda escultórica de la época. La técnica con la que fueron creados es la cera perdida, por lo que las partes se hicieron por separado y se soldaron con plomo.

Estado en el que se hallaron los efebos en 2012.
Estado en el que se hallaron los efebos en 2012.

Se trata de dos figuras masculinas totalmente desnudas y huecas de bronce, de 130 y 150 centímetros de altura y de unos 30 kilogramos de peso que representan la dicotomía de la belleza clásica, entre lo apolíneo y lo dionisíaco; lo racional y lo terrenal.

En la corona del más pequeño están la vid y la hiedra, símbolos dionisiacos que refuerzan su conexión con el concepto de banquete. En el mayor se observa la inspiración” de modelos griegos del siglo V a. C.

Hallazgo de las esculturas

Las estatuas fueron recuperadas por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Jaén en 2012. Las investigaciones comenzaron a principios de ese año, cuando la Policía tuvo conocimiento de que se había producido un importante expolio en el yacimiento de Alcurrucén, en Pedro Abad. Los agentes detuvieron al dueño de la finca donde estaban los efebos e imputaron a otras dos personas.

Ambas piezas se encontraban en muy buen estado de conservación a pesar de que presentaban amputaciones en brazos y piernas. Una de ellas carecía de cabeza y parte del abdomen, y la otra no tenía órganos genitales, aunque gran parte de las piezas mutiladas fueron recuperadas.

Desde 2012 hasta 2020, cuando el IAPH se hizo cargo de estas estatuas para su restauración, fueron los técnicos del Museo Arqueológico de Córdoba quienes se hicieron cargo de su limpieza y conservación.

Ya en el IAPH, el efebo dionisíaco tuvo muchos más problemas para recuperarse que el apolíneo, cuya restauración se comenzó con anterioridad. La patología que más afectaba era una de las grietas que albergaba en el torso y en la espalda.

Restauración de uno de los efebos en el IAPH.
Restauración de uno de los efebos en el IAPH. / IAPH

Sin embargo, el principal problema se encontraba en la desmembración del efebo apolíneo, lo que ha supuesto un reto para el equipo técnico a la hora de exponer la pieza de pie en el museo.

Durante el proceso de restauración, las estatuas se han sometido a exámenes por imagen (fotografías de alta resolución, gammagrafías, videoendoscopias y levantamientos fotograméticos 3D).

También se realizó un TAC en la cabeza del efebo dionisiaco y a una mano del efebo apolíneo en colaboración con el Centro Nacional de Aceleradores que obtuvo, a través de radiaciones emitidas desde distintos ángulos, imágenes del interior de las esculturas.

Además, en el IAPH han realizado análisis de caracterización química elemental y composicional de materiales de los efebos, los análisis de los productos de alteración y análisis arqueométricos de ambos bronces con la finalidad de indagar en su origen y

técnica de fabricación.

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