La elegancia a caballo en El Arenal
Uno de los elementos fundamentales en la Feria de Nuestra Señora de la Salud es el Paseo de Caballos. La imagen de los enganches y los jinetes por las calles de El Arenal es un clásico y un atractivo más para todos los que acuden a la Feria. El Rincón del Caballo es el punto de partida de todos los aficionados al mundo equino y donde conversan unos con otros entre paseo y paseo. Allí se puede encontrar todos los días casi con toda seguridad a Gregorio Aguilar, un fiel jinete que llega a El Arenal "la víspera de la Feria y no me voy hasta el domingo". Y así todos los años, "desde que era chico, y acabo de cumplir 60". Acude con su caballo Barrabás y uno de sus enganches, un sociable de estilo inglés que tiene 180 años. "Se llama sociable porque las parejas van sentadas una enfrente de otra y pueden ir conversando", explica. Está orgulloso de su carruaje, que le costó "tres millones de pesetas hace ya muchos años" y que tuvo que restaurar, pero todavía conserva la esencia de esos casi 200 años de vida, como los faroles, que son originales.
Mantener la afición ecuestre no sale barato. Sólo el traje de corto, "uno normalito", cuesta entre 600 y 1.200 euros. El equipo de enganche de un caballo al estilo inglés puede costar "hasta 1.500 euros" y así se sigue sumando. "Pero la satisfacción personal es mucho mayor", asegura Aguilar. "Todo el mundo tiene un capricho, el mío son los caballos", añade. La montura de un equino, "una normal, de serie, a la vaquera" sale por unos 1.000 euros, asegura Tomás Gil, otro jinete fiel cada año a El Arenal. No obstante, "los aperos para la brega diaria son más baratos, sólo que para la Feria siempre ponemos lo mejor", explica. Un gasto tan elevado no es fácil de asumir para todo el que quisiera disfrutar de ello. De hecho, la crisis ha resentido el número de caballistas y Gil asegura que, hasta ayer, "el Paseo está mucho más desahogado".
Aguilar y Gil coinciden en que la mejor hora para darse una vuelta por la Feria a caballo es de 16:00 a 20:00, porque es "cuando más gente hay, el ambiente es mejor". Los visitantes se giran a ver el caballo o el enganche y eso "es una satisfacción". "Para mí, que una madre me pare para pedirme que monte a su hija pequeña no tiene precio; yo no digo que no nunca a nadie y monto en el carruaje a todo el mundo", asegura Aguilar. Tal es su éxito que no duda en afirmar que en estos días "me han echado más fotos que en mi primera comunión".
Los dos tienen su "cosilla" porque no pueden estar en El Rocío, ya que coincide con la Feria. "Lo mismo me da un arrebato y el domingo amanecemos en Almonte", improvisa Aguilar, que comparte la afición ecuestre con toda la familia. "Nos recorremos las fiestas de todos los pueblos, a mí es que me encanta", reconoce.
En los últimos años se ha mejorado la presencia ecuestre en la última cita del Mayo Festivo y desde la pasada edición el Paseo de Caballos es más amplio con el objetivo de que los caballistas se puedan lucir por El Arenal.
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