Emotivo recuerdo a Marisol y Mari Ángeles, las policías locales asesinadas en Córdoba hace 28 años
Memoria de Córdoba | 18 de diciembre de 1996
Decenas de policías, familiares y autoridades homenajean a las dos agentes en el monolito de la Acera de Guerrita
Las imágenes del homenaje a Marisol y Mari Ángeles en el 28 aniversario de su asesinato
Córdoba/Córdoba no olvida a sus héroes. Y no debe hacerlo. Porque María de los Ángeles García y Marisol Muñoz, parte de las primeras mujeres que se incorporaron a un cuerpo de policía local de toda España, también fueron, lamentablemente, las primeras mujeres policía asesinadas en acto de servicio a nivel nacional. Una tragedia que conmocionó a todo un país y a una Córdoba que, año tras año, las homenajea cada 18 de diciembre por ser todo un ejemplo de servicio público y un espejo en el que las nuevas generaciones de policías pueden mirarse para el resto de la historia.
Aquel 18 de diciembre de 1996, Córdoba vivió una de sus días más tristes. Claudio Lavazza, un autoproclamado anarquista italiano exiliado de su país años atrás y al que se le había perdido la pista, reapareció junto a su grupo criminal, La banda de la nariz, para atracar la sucursal del Banco Santander de la calle Gondomar en la capital cordobesa (donde se ubica ahora una tienda Primor). En su huida, las dos agentes de la Policía Local, María de los Ángeles García y Marisol Muñoz, de 40 y 36 años de edad respectivamente, intentaron detenerlo siendo en la persecución sanguinariamente asesinadas por el propio Claudio Lavazza, que acabó posteriormente entre rejas.
Pese a que ha pasado ya más de un cuarto de siglo del trágico suceso, el recuerdo de las dos patrulleras de la Policía Local de Córdoba sigue vivo. En la esquina de la Acera de Guerrita con la avenida de América, a pocos pasos del Palacio de la Merced, donde la banda italiana asesinó en plena huida a sangre fría a Marisol y a Mari Ángeles mientras aguardaban en el coche patrulla, un monolito rinde homenaje a las dos policías locales. Allí, cada 18 de diciembre, reciben el recuerdo y agradecimiento por su memorable acto de servicio.
Y en este 2024, el acto no ha podido faltar. Un emotivo silencio bajo la fina melodía a violín sonando ha sido respetado por medio centenar de miembros de la Policía Local y más de una decena de representantes institucionales, además, por supuesto, de la familia de las dos agentes fallecidas en 1996 y de aquellos que todavía recuerdan aquel día negro en la historia de Córdoba. De nuevo, una oración ha sido rezada en memoria de Mari Ángel y de Marisol y varios ramos de claveles blancos han sido depositados en el monolito para mantener vivo su recuerdo.
28 años se cumplen ya de la tragedia que conmocionó a Córdoba y la Policía Local quiere que nunca caigan Mari Ángeles y Marisol en el olvido. Así lo ha recalcado en este acto conmemorativo el intendente jefe del Cuerpo, Antonio Serrano, haciendo hincapié en que lo sucedido entonces es "un recuerdo que queda indeleble en el ánimo y en el subconsciente de todos los policías locales de Córdoba", tanto a los que como Antonio Serrano las conocieron y vivieron aquel día con pena, como para aquellos jóvenes policías que entran al Cuerpo: "A los nuevos les enseñamos que hubo unas compañeras que dejaron su vida por el servicio público".
"Dieron la vida por todos nosotros", ha subrayado el alcalde de Córdoba, José María Bellido, también presente en este acto obligatorio para "conmemorar y recordar la memoria colectiva de la ciudad". Una Córdoba que, como ha recordado el popular, fue "la primera en la que se incorporaron mujeres al Cuerpo", pionera allá por los años 70. Mari Ángeles y Marisol fueron también las primeras mujeres policía en fallecer de España, por eso han sido catalogadas por el alcalde como "héroes" que "construyeron lo que hoy es Córdoba, eso ha quedado en la memoria y hay que hacer que no se olvide".
Bellido también ha querido recordar a Manuel Castaño, el vigilante de seguridad de la sucursal del banco Santander que La banda de la nariz utilizó como rehén para huir del atraco el 18 de diciembre de 1996. En esa huida, recibió tres impactos de bala procedentes de la policía, uno en el brazo, otro en la barriga y otro que le dañó la médula espinal y que lo dejó desde entonces en silla de ruedas. Una discapacidad con la que convive 28 años después de un día que cambió su vida para siempre.
Y es que, "todos los de uniforme se juegan la vida a diario, muchas veces en sitos donde nadie se espera que puedan encontrar la muerte y por eso hay que conmemorar la vocación de servicio". Así lo ha destacado el delegado de Seguridad y Vía Pública en el Ayuntamiento de Córdoba, Jesús Coca, quien ha puesto en valor que la esquina de la Acera de Guerrita en la que el monolito guarda la memoria de María de los Ángeles García y Marisol Muñoz es "un ejemplo del esfuerzo de la policía de Córdoba".
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