La emperatriz que impulsó la educación de la mujer en Roma

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Faustina la Mayor Nació en la cordobesa localidad de Espejo y ha pasado a la historia como una de las mujeres de mayor integridad, decentes y prestigio en el Imperio Romano

La emperatriz que impulsó la educación de la mujer en Roma
Pilar Bartolomé

23 de abril 2017 - 02:31

Annia Galeria Faustina (98 - 141) fue hija del cónsul Marcus Annius Verus, que pertenecía a la orden ecuestre y su esposa Rupila Faustina (sobrina nieta de Trajano), casada en segundas nupcias con él.

La familia Faustina, familia noble romana, procedía de Úcubi (Espejo), cerca de Corduba (Córdoba), en la provincia de Hispania Baetica. Se trasladaron a Roma, donde su padre fue inscrito en el censo senatorial como nuevo patricio, llegando a ser praefectus urbi de Roma y designado cónsul en tres ocasiones. Sus hermanos fueron el cónsul Marcus Annius Libo y el pretor Marcus Annius Verus. Sus antepasados tenían gran influencia y habían acumulado una considerable riqueza mediante las canteras de arcilla, las fábricas de ladrillos y el cultivo del aceite de oliva en tierras hispanas.

En el año 126 se casó con el futuro emperador Antonino Pío (sobrenombre que significa respetuoso con sus ancestros). El 10 de julio de 138, su tío, el emperador Adriano, murió y su esposo se convirtió en el nuevo emperador, ya que Antonino era hijo adoptivo de Adriano y heredero. Lo sería a la edad de 52 años. Su gobierno fue considerado por los historiadores el mejor ejemplo de los seis emperadores que gobernaron entre los años 96 y 192. Esta curiosa dinastía, de pocos vínculos sanguíneos, fue llamada dinastía Antonina.

Tuvieron dos hijos que morirían, y dos hijas. Aurelia Fadilla que casó con Lucio Lamina Silvano, cónsul romano (murió en 138). Y Faustina la Menor, que se casó con el futuro emperador Marco Aurelio. Al no tener descendencia masculina, Antonino quedó obligado a adoptar a su sucesor y lo hizo en las personas de Marco Aurelio Antonino, esposo de la única hija que le quedaba.

Por textos de la época -Historia Augusta- se sabe que Faustina era una mujer hermosa y conocida por su sabiduría en Roma, demasiado "franca" y "extrovertida", en opinión de algunos. El estilo personal de Faustina era evidentemente muy admirado y emulado. Su distintivo peinado, consistente en trenzas recogidas en un moño detrás o encima de su cabeza, fue imitado durante dos o tres generaciones en el mundo romano. Con el ascenso de Antonino Pío al trono de Roma, Faustina la Mayor fue nombrada Augusta.

Faustina disponía de un patrimonio considerable, por las riquezas de su familia, y también debido a que en aquella época los emperadores pasaban parte de su patrimonio a las esposas para evitar al fiscus, ya que las esposas de los emperadores no poseían un cargo institucional reconocido y, por tanto, no tenían la obligación de tributar como los emperadores. Sería igualmente utilizado este poder económico como instrumento de negociación en la propia corte a la hora de imponer sus proyectos.

Se preocupó en vida de la educación de las niñas y se conocen obras de caridad a las que dedicó su tiempo. Por comentarios de historiadores de la época, parece que tuvo un matrimonio feliz con su esposo durante un periodo de paz y prosperidad inusual en Roma. A su fallecimiento, en el año 141, Antonino guardó luto riguroso. El emperador a menudo decía que habría preferido vivir con ella en el desierto que sin ella en el palacio.

Los Antoninos serán los que inauguren la costumbre de los funerales en dos tiempos: primero las exequias propiamente dichas (exequiae) y después el funus publicum, con la ceremonia de consecratio, que cobró especial sentido con la introducción del rito de la inhumación a partir posiblemente de Faustina la Mayor.

Se decretaron en su honor juegos circenses, se mandó elevar estatuas de oro y plata y fue consagrada en el mausoleo de Adriano. Se construyó un templo en su honor en el foro, como consecuencia de su deificación, asignándosele sacerdotisas para la celebración de su culto y un altar. En el siglo IX fue transformado en una iglesia dedicada a San Lorenzo de Miranda y en el exterior aún quedan todas las columnas del pronaos.

Veinte años después, en 161, muere el Emperador, y el Senado, al divinizarlo por unanimidad de todos sus miembros, consagra el templo a la pareja imperial. Antonino buscó el apoyo de las clases cultas de todas las provincias, desarrollando para ello en los grandes núcleos urbanos de todo el Imperio una enseñanza superior subvencionada por el Estado para aumentar la cultura de las clases adineradas provinciales, a quienes otorgó la ciudadanía romana sin mayores problemas. Sus predecesores habían estructurado sistemas de financiación para la enseñanza de huérfanos en la península itálica.

Posteriormente, y tras la muerte de Faustina, este plan se hizo extensivo a las niñas, denominándose Puellae Faustiniae, fundación de educación y alimenticia para niñas pobres dedicada al recuerdo de la emperatriz.

Durante el gobierno de Antonino Pío se potenció la acuñación de monedas de culto a emperadores fallecidos y a miembros de la familia imperial divinizados. De ahí las numerosas emisiones de las monedas de oro, bronce y de plata con el busto de Faustina una vez fallecida, con las leyendas Diva, Aeternititas, Consecratio. La más habitual es la de Diva, muy buscadas por los coleccionistas. Faustina la Mayor fue una de las emperatrices más íntegras, decentes y respetadas en la historia del Imperio Romano.

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