"Se puede vivir y encontrar el placer en lo cotidiano, en lo pequeño, en un simple paseo"
Eva Pedraza. Actriz
La intérprete cordobesa, protagonista de 'Tierra de lobos', reflexiona sobre su carrera, sobre su ciudad y sobre la crisis
MARCADA como Miss España a los 17 años, el tiempo ha hecho que Eva Pedraza, que anhelaba estudiar una carrera de Ciencias, acabe siendo considerada ahora como actriz de televisión. Actualmente tiene un papel destacado en la serie Tierra de Lobos, aunque la vida real le tenga en realidad reservada el papel de madre con dos hijos, residente en Córdoba y muy consciente del tiempo que le toca vivir.
-A los 17 años, sola, con el la corona de Miss España y quizá sin saber para que sirve, se marcha a Madrid. ¿Cómo es la vida del emigrante?
-Me sentí mal porque yo era muy chica, no había pasado de las excursiones en autobús con los compañeros de clase del colegio. Fue muy duro porque somos nueve hermanos y me sentía muy sola. Yo creo que por eso me pesó tanto la corona de Miss.
-Llegó además a finales de 1989 a Madrid, en los años finales de la movida. ¿Para usted aquello era como lo que dijo Aldrin cuando pisó la Luna: una "maravillosa desolación"?
-Sí, claro algo así, totalmente perdida, yo me veía muy refugiada; me levantaba, hacía un poco de gimnasia y me iba preparando como modelo, porque decía si estoy aquí algo tengo que hacer, de algo tengo que vivir.
-¿Cómo fue lo de explicarle a sus padres que se iba porque le habían dado una corona?
-Realmente yo no me quería ir. Me empujó la gente, las circunstancias. Yo quería quedarme aquí porque yo seguí yendo al instituto, era estudiante de COU y ese año también estudiaba Arte Dramático. Yo dije: me quedo, estudio, pero la gente te presiona y te dice qué haces aquí, estás desaprovechando la oportunidad, deberías irte... Fue un poco todo, el decir: sí es verdad estoy desaprovechando la oportunidad... Y en el instituto ya no era lo de antes porque cuando yo pasaba por los pasillos la gente se callaba. Mi vida se rompió un poco e incluso mis amigos no sabían cómo tratarme. Una de mis hermanas me decía no te vayas, quédate, yo te cuido, pero al final le dije a mis padres me voy y ellos me dijeron vale.
-¿Así de fácil?
-Mis padres estaban acostumbrados, tenían un restaurante y yo he trabajado desde que era muy chica, muchísimo, desde que tenía 12 años, fregando vasos, cocinando, limpiando el bar, sirviendo mesas. Mis padres tenían la mentalidad de que los hijos debían ser independientes, trabajar, y no lo vieron mal porque pensaron que eso era lo que tenía que hacer y ayudar un poco a la familia.
-Actualmente interviene en la serie Tierra de lobos. ¿Puede ser el título una metáfora del mundo de las misses?
-(Ríe) Será de lobas... No, yo lo he pasado muy bien. Sabía que aunque en ese momento me pesara mucho, con el tiempo lo vería de otra manera. También me pilló en una edad muy difícil, recuerdo que estaba la mayor parte del tiempo dormida, que debía ser un síntoma de depresión por sentirme tan sola, por no encajar en un mundo que no era el mío porque mi vida estaba aún pintada de rosa y en Madrid me lo encontré de otros colores, y no me gustaba.
-Por cierto, una amiga mía fue Miss Córdoba y luego Miss Murcia. ¿Puede explicarme cómo son posibles esas cosas?
-No lo sé, sería que nadie se presentó a miss en la región de Murcia y le dijeron pues vas tú.
-¿El camino de miss a modelo es el natural?
-En la cabeza tenía otra cosa, estaba en Córdoba estudiando Arte Dramático, y además quería estudiar Química o Biología, una carrera de Ciencias, y pensaba: cuando termine tengo 22 años y esa es una buena edad para irse a Madrid a buscarte la vida pero siempre con las espaldas un poco cubiertas. Cuando me eligieron miss pensé: ahora ya no puedo ser actriz porque una miss es una miss. Incluso en la moda me costó trabajo porque siempre era como una intrusa, alguien que llega siendo miss. Tuvo que ir a una escuela de modelos para que me enseñaran. El camino natural sí es el de miss a modelo porque es el más rápido y yo, comer, tenía que comer.
-¿Ha habido gente que por ser Miss creyó que su cerebro pesaba la mitad?
-Sí, y que ni tan siquiera pesaba. Pensaban que era una inculta y yo les respondía que yo era una tía de tercero de BUP con los estudios y conocimientos normales de una niña de 17 años, que no se podía pretender que supiera más de lo que mi edad me permitía saber. Incluso a veces decían pero si sonríe, si habla; sí, con esas cosas siempre te encuentras.
-¿Cómo es posible que en este primer mundo se destaque la delgadez como símbolo de belleza en los desfiles y no deje de aumentar el número de obesos en la calle?
-No sabría decirte el por qué. Debe ser que las modelos no son de este mundo. Aparte que vivimos cada vez más cuidándonos en los aspectos simplemente superficiales. No tenemos hábitos saludables.
-¿Ha conocido gente que con los años cada vez tengan menos arrugas?
-Muchísima, y más labios, y los ojos más altos. La Preysler mismo, ¿esa mujer en qué se conserva? Aparte, en lo de las fotos se truca demasiado.
-¿Volver a Córdoba después de su escapada con 17 años era volver a la casa de la abuelita pero sin el lobo?
-Sí. además yo volví a Córdoba por muchos motivos aparte del AVE. Tengo una familia muy grande, muy extensa y me daba pena perderme esa familia y estar cerca de mis padres, y luego empecé a montar negocios aquí, porque quería un futuro hacia otros derroteros.
-¿Qué le da esta ciudad que en ningún caso le daba Madrid?
-Mi corazón está aquí. Madrid es una ciudad que me gusta porque me ofrece oportunidades pero allí hago poca vida, hago vida de barrio y para barrio prefiero Fátima. Yo no soy demasiado de hacer vida urbana, soy más de campo, eso sí, cerca de la ciudad. Me gusta el olor de esta ciudad, el color, la gente, tengo grandes amigos aquí, mis hijos han nacido aquí.
-Decía que lo suyo era una carrera de Ciencias ¿Encuentra atractivo al divulgador científico Eduardo Punset?
-Físicamente no, pero me llama la atención las cosas que escribe. No es mi tipo.
-Hablando de televisión, usted es de la generación de La Bola de Cristal. ¿Se acuerda de aquel programa?
-Claro, la Bruja Avería: "No te rías, no te rías de la Bruja Avería..."
-La Bruja Avería ha demostrado que llevaba razón cuando decía "Viva el mal, viva el capital", ¿no le parece?
-Es verdad, no pensábamos que el capitalismo iba a ser tan malo. Ahora que también estoy estudiando Historia sé que las cosas en general deben de romperse para volver a estructurarse y volver a formarse mejor. Renovarse o morir y eso debe de pasar en todo, en ti, en la política, en las sociedades. Lo mejor sería que este mal momento no arrastrara a muchos, ojalá. A lo mejor lo que está pasando nos lo merecíamos. Quizá tenga razón Merkel cuando dijo que nos hemos gastado lo que no teníamos. Y el capitalismo nos ha llevado a un punto en el que hemos perdido el norte. Está bien que nos den un sopapo de vez en cuando aunque me da pena por la gente que se ha visto arrastrada por la crisis, entre ellos me incluyo porque la crisis nos afecta a todos, pero si sirve para mejorar la sociedad, bienvenida.
-¿Cree que para mejorar la sociedad hay que hacer primero une examen de conciencia ético y moral?
-Totalmente. Y de principios. Creo que nos estábamos viendo en un consumismo y en un querer más y tener más y en el medirte con el otro. Pienso que en esta época de crisis se debería aprender que debemos vernos por nosotros mismos y no por lo que tengamos. Eso lo vamos a ir descubriendo ahora. Se puede vivir y encontrar el placer en lo cotidiano, en lo pequeño, en un simple paseo. Habrá que mirarse más, pero esto lo he pensado siempre. Creo que la pérdida de valores y principios ha sido muy bestial, muy rápida, porque yo no me he criado así, nosotros no nos hemos criado en el valor de premiar al que lo hace mal e incluso al que lo hace fatal. A los hijos se les ha dado tan fácil y se les ha protegido tanto que en el fondo los estás desprotegiendo. Espero que esta crisis sirva para algo.
-¿Bueno, el modelo televisivo de las tardes sigue siendo publicitar como éxito a señoras que hacen gala de su incultura y falta de educación?
-Sé de lo que me hablas, por la tarde, por la noche... Juegan con manipulaciones. No te puedo decir, son compañeros de cadena y no puedo decir, porque yo no veo ese tipo de programas porque no me aportan absolutamente nada. Lo que no me parece bien es el horario porque a esa hora hay mucho adolescente viendo la tele.
-Eso ya lo decía la Bruja Avería en la Bola de Cristal, que si en diez segundos no eres capaz de imaginarte nada, apaga la tele.
-La Bruja Avería era mucha tela. Recuerdo que en aquella época yo era incapaz de ver un telediario, creía que ETA nos iba a poner una bomba, y a mi hijo con esa edad nada le asusta ya en la tele, nada le sorprende.
-¿Le parece que Córdoba haya cambiado mucho desde aquel año 1987 que la dejó para buscar un futuro fuera?
-Yo creo que la ciudad sigue igual. Pienso que Córdoba estratégicamente es la ciudad de toda España mejor situada. Debería la haberse abierto más al exterior y ofrecer más oportunidades a los que estamos aquí. Se ha quedado atrás. No ha crecido como debía haber crecido en cuanto a ofertas de estudios, de trabajo, grandes fábricas, teniendo en cuenta dónde está situada. Indudablemente hay cambios, pero son cambios estéticos; en lo sustancial no hemos cambiado.
-¿Estamos a tiempo?
-Sí. Hay soluciones, empeñarnos en que eso cambie. Lucho porque el día de mañana mis hijos tengan posibilidades, aunque luego decidan irse fuera. Nos han echado la pata en Andalucía; Sevilla por supuesto, pero también Málaga y Granada. Soy una persona bastante optimista, algún día saldremos adelante. Espero que la ciudad y toda España salga de esta crisis y de este modelo basado en la construcción que nos ha llevado a construir hasta donde no se debe construir. A mi eso me indigna, no deberíamos basar nuestra riqueza en eso, espero que la crisis nos dé la oportunidad de basar la riqueza en otras formas.
-¿Hay algún libro que haya leído más de una vez?
-Sí, con esto de la crisis me estoy leyendo mi biblioteca antigua, aquellas cosas que leía en los 90. Por ejemplo La sonrisa etrusca de José Luis Sampedro. Aquel libro me marcó recién llegada a Madrid, me hizo reír, llorar, llevaba incluso apuntadas frases del libro en un cuadernito, y este verano lo he vuelto a leer. Luego he leído todo lo de Noah Gordon, todo lo de Ken Follet...
-¿Ha tenido propuestas cinematográficas?
-A mi el cine sí me interesa, el problema es que yo le interese al cine, es un terreno muy difícil y mucho más cerrado.
-¿Cuál ha sido la última película española que ha visto?
-Entrelobos. Me impresionó, me parecen unas actuaciones fabulosas y que está muy bien contada.
-¿Cómo le sale el salmorejo?
-Estupendo, me sale todo muy rico, soy muy buena cocinera y me gusta experimentar, aunque me salía mejor con la termomix. A mis amigos y hermanos les encanta venir a casa y que les haga de comer.
-¿Le ha pasado en su vida, con esas dificultades de abrirse paso en Madrid, como al protagonista de El gran azul de Luc Besson, que decía "cuando me canso las sirenas me ayudan a subir"?
-Sí, sí, sí. Esa peli por cierto la he visto en inglés, en francés, en español. La habré visto 6 ó 7 veces e incluso en Madrid estábamos un grupo de gente que éramos afines a El gran azul; habla de los sentimientos de una manera extraordinaria.
-¿Tiene dos hijos, qué ve en ellos?
-Me veo a mí. En mi hija veo mi infancia, me reconozco, reacciona como yo ante cosas y tengo que pensar hay que ver cómo es la genética. Veo en ellos futuro. Los niños te hacen ver futuro... y vejez. Me encantan.
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