Las enfermedades venosas aumentan más de un 30% tras el verano

Salud

La exposición prolongada al sol, la inmovilidad durante los viajes largos y el descenso de la actividad física son factores que pueden contribuir a un empeoramiento

El doctor de Quirónsalud Córdoba Manuel Sánchez Maestre aconseja beber mucha agua y llevar una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y fibra mejora

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Una mujer con patologías venosas.
Una mujer con patologías venosas. / El Día

Córdoba/Las enfermedades del sistema circulatorio venoso aumentan más de un 30% tras el verano, cuando es frecuente que se produzcan síntomas relacionados con patologías de este tipo como pesadez, hinchazón y la aparición de varices, según ha indicado el doctor Manuel Sánchez Maestre, jefe del servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Quirónsalud Córdoba y del Centro Médico Quirónsalud Jaén.

El doctor Sánchez Maestre ha explicado que los cambios en los hábitos que se producen en los meses más calurosos, sumado a largos períodos de inmovilidad en viajes en avión o en coche, el descenso en la actividad física, la exposición prolongada al sol, la deshidratación, y el aumento de peso, entre otros factores, pueden contribuir a un empeoramiento de las patologías existentes o la aparición de nuevas dolencias relacionadas con el sistema venoso, como la aparición de varículas visibles (pequeñas venas dilatadas en la piel), edema (hinchazón) y enrojecimiento de la piel.

Las sufren el 30% de las mujeres

Las patologías venosas crónicas, que incluyen la insuficiencia venosa crónica (IVC) y las varices, son muy frecuentes, estimándose que el 15% de los hombres y alrededor del 30% de las mujeres en España desarrollan varices a lo largo de su vida. La prevalencia de la trombosis venosa profunda, que es una complicación grave, es de 1 ó 2 por cada 1.000 personas al año.

El doctor Sánchez Maestre, de Quirónsalud Córdoba.
El doctor Sánchez Maestre, de Quirónsalud Córdoba. / El Día

Para mantener una buena salud venosa tras el verano, el doctor Sánchez Maestre recomienda retomar gradualmente la actividad física, ya que ayuda a mejorar la circulación sanguínea y a prevenir la formación de coágulos. Caminar, subir escaleras en lugar de utilizar el ascensor cuando sea posible, y la práctica del deporte que mejor se adapte a cada persona “pueden ser medidas muy beneficiosas para las venas”.

Beber mucha agua y comer alimentos ricos en fibra

La deshidratación que puede producirse con las altas temperaturas aumenta la viscosidad de la sangre, lo que eleva el riesgo de trombosis venosa, por lo que es importante beber suficiente agua a lo largo del día en cualquier época del año. El exceso de peso es un aspecto a tener en cuenta, ya que ejerce presión sobre las venas, especialmente en las piernas y esto puede agravar las condiciones venosas, “mientras que una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y fibra mejora estas patologías”, ha señalado el doctor Sánchez Maestre.

Es recomendable, ha afirmado el doctor, evitar el uso prolongado de prendas muy ajustadas, que compriman las piernas o la cintura y mejor optar por ropa cómoda que permita una adecuada circulación, “siendo aconsejable el uso de medias de compresión si existen antecedentes de problemas venosos”.

En este sentido, ha recordado que cuando se pasan largos períodos sentado, ya sea en el trabajo, de viaje en coche, tren o avión o cualquier medio de transporte, es fundamental realizar ejercicios de estiramiento y movilidad al finalizar el viaje, o cada dos o tres horas si se está en el trabajo, flexionando y estirando los tobillos y moviendo las piernas para estimular la circulación sanguínea y reducir el riesgo de trombosis.

El doctor Sánchez Maestre ha insistido en que, si permanecen síntomas como dolor, hinchazón o aparición de varices, “hay que consultar a un especialista en Angiología y Cirugía Vascular, ya que un diagnóstico precoz puede evitar complicaciones mayores y permitir el inicio de un tratamiento adecuado”. El riesgo de desarrollar o agravar una patología venosa aumenta con factores como la edad, el sedentarismo, el sobrepeso y, especialmente, con períodos prolongados de inmovilidad, como en los viajes largos.

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