Farruquito: "El flamenco habría que ponerlo en todos lados, como el reggaetón"
Entrevista
Juan Manuel Fernández Montoya es uno de los platos fuertes de la Noche Blanca del Flamenco este sábado en Córdoba, donde presenta su espectáculo 'Farruquito' a las 22:30 en Las Tendillas
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Juan Manuel Fernández Montoya, conocido como Farruquito (Sevilla, 1982), heredó el don del baile de su abuelo Farruco y de su madre La Farruca. Tuvo una escuela en casa y, como cuenta, lo tiraron al escenario cuando era niño. Desde entonces, su público traspasa las fronteras geográficas y este sábado, 17 de junio, habrá la posibilidad de verlo en Las Tendillas en Córdoba, a partir de las 22:30.
-Llega a la Noche Blanca del Flamenco para presentar 'Farruquito', ¿cómo definiría este espectáculo?
-Es un espectáculo que dice mucho de mí porque he intentado reflejar no solo las vivencias mías y la forma de ver el flamenco, sino también lo que la gente me pide, lo que más le ha llegado al público durante todos estos años.
-¿Quiénes lo acompañarán en el escenario?
-A la guitarra estará Manuel Valencia, a las voces Mary Vizarraga, María Mezcle y Ezequiel Montoya, a la percusión Paco Vega, al bajo Julián Heredia, a la flauta Ostalinsa Suárez y al baile La Farruca, Pepe Torres y Juan Moreno. Tengo mucha suerte de poner reunir a toda esta gente tan buena. Vamos a por todas, a dejarnos el corazón en un espectáculo donde hay mucha improvisación.
-¿Qué es más difícil en el flamenco, la improvisación o la coreografía?
-Ambas tienen su dificultad. Hacer un buen montaje lleva su tiempo, en mi caso puedo tardar más o menos un año desde que empiezo a escribir las ideas, a componer, a darle vueltas a los números. Hay mucho trabajo detrás. Y la improvisación hay que practicarla desde niño, se puede decir que es una vida entera trabajando. Una vez me preguntaron que cómo era posible que estuviera teniendo tanto éxito con un espectáculo que no había preparado, que era prácticamente improvisación. Y yo respondí que ocurría todo lo contrario, que llevaba toda la vida preparándome.
-¿Qué supone la Noche Blanca de Córdoba para los flamencos?
-Iniciativas como esta son muy importantes porque reúnen a artistas grandes y a otros no tan conocidos y las calles se llenan con aficionados de toda Andalucía. Es un buen momento para alguien que quiera vivir una experiencia bonita del flamenco. La Noche Blanca tiene todos los ingredientes necesarios para disfrutar del flamenco con calidad. Ojalá sea una noche de pureza y de verdad.
-¿Qué artistas o espectáculos no se querría perder en la Noche Blanca del Flamenco?
-Me gustaría verlos a todos. Yo es que me quedaría en Córdoba, pero no tengo tiempo porque la semana que viene me voy a Milán, así que tengo ensayos generales todos los días. Hace años iba mucho por Córdoba. Mi compadre es Vicente Amigo, y con el tío Pele siempre he tenido una relación muy especial. Estoy seguro de que quien vaya a la Noche Blanca se va a encontrar con una buena experiencia de flamenco real.
-¿Pesa mucho pertenecer a la estirpe de los Farrucos?
-Venir de una familia importante en el mundo del flamenco tiene dos vertientes. Una es que ya tienes por lo menos una carta de presentación, y cuando empezaba no era lo mismo decir que llegaba el nieto de Farruco que decir que llegaba Juan Manuel Fernández Montoya. Pero claro, el nieto de Farruco tenía que bailar bien, porque era su nieto. Así que es un arma de doble filo. La clave es no pensar mucho en eso, sino trabajar, trabajar y trabajar. Y seguir aprendiendo, ilusionándome.
-¿Qué le inspira?
-Cualquier cosa. Cuando empiezo a escribir un espectáculo, me surge de la necesidad de contar algo que siento en ese momento. A veces hago una reflexión sobre mi vida, otras veces me viene un pensamiento que puede aportar algo al mundo...
-¿Y cómo ve este mundo actual?
-Tengo tres niños y son todavía pequeños, pero a través de ellos veo la velocidad con que se mueve todo. Las redes, la televisión, las series, la música, el Tiktok... Los niños tienen una información tan grande y tan desvirtuada de la realidad que muchas veces intento reflexionar y que el flamenco sea un punto donde agarrarnos. Porque el flamenco es hermandad, familia, humildad, muchísimas cosas que se van perdiendo... Y hay que recordar todo esto si quieres ser un buen flamenco. En mi caso, me agarro a lo que viví en casa e intento no solo mejorar las formas, sino conservar los valores buenos que me inculcó mi familia.
-Habla de sentimientos de hermandad y de familia. ¿Siente que esto se está dejando atrás en el mundo del flamenco?
-No solo en el flamenco, sino en el mundo entero. Da la sensación de que no nos importa nada ni nadie y a mucha gente solo le mueve la necesidad de llegar más lejos, de ser más conocido... Estamos metidos en un pensamiento muy individualista, pero sin los demás, sin quienes te rodean, no eres el mismo. Y más si te dedicas a las artes, un trabajo que consiste en repartir emociones a los demás. Es importante que las generaciones de hoy se paren a pensar que no han nacido de un matorral, sino que han crecido en una familia, con todo lo que eso significa.
-¿Qué habría que hacer para que los jóvenes se acercaran al flamenco?
-Lo mismo que hacemos con el reggaetón, ponerlo en todos lados hasta que los niños aprendan a apreciarlo. ¿Por qué en la publicidad, por ejemplo, no suena música flamenca? ¡Todos los anuncios de la tele están fuera de ritmo! ¡No tienen compás! Ojalá en un anuncio de pasta de dientes sonara flamenco. Porque el reggaetón suena con la colonia, con los coches... ¿Cómo va a escuchar flamenco un niño? Pero ni un niño ni yo mismo...
-¿Sienten apoyo real de las instituciones a la hora de difundir el flamenco?
-Esto no es culpa de unos cuantos, sino de unos muchos, porque al final el público consume otras músicas y se olvida de las suyas. Si ponen la tele escuchan reggaetón; si cogen la tablet, los famosos que te salen son de reggaetón; en Tiktok nadie sale haciendo viral una canción flamenca, ya pueda tener la calidad de Michael Jackson... Mi Juan, que baila, tiene que buscar nombres concretos de artitas falmencos para verlos en internet, porque si no le salen los de reggaetón. Ya lo dijo Lola Flores hace muchos años: ¿por qué todo lo que viene de fuera es mejor? ¿Por qué lo de España siempre tiene que ser peor? No sabemos vendernos, y pasa con todo, también con la comida. Con lo bueno que está un potaje o la tortilla de patatas, vamos a un restaurante y nos pedimos una pizza.
-¿Qué supone para el género la aprobación de la Ley del Flamenco?
-Dije lo mismo cuando el flamenco se declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Es una alegría y estamos muy agradecidos, pero lo importante es que la gente se conciencie. Que tú le digas a tu mujer qué guapa es todos los días le puede subir la autoestima, pero si no haces nada para que se sienta bien eso no sirve para nada. Los flamencos no necesitamos ningún reconocimiento ni ninguna ley que apruebe nada. Tenemos una de las músicas y de las culturas más admiradas por el resto del mundo, y hay que hacerle honor porque es una pena que un cantante joven al que le gusta el flamenco, si quiere estar en el mercado, tenga que grabar un reggaetón porque es lo que le hace ganar dinero. Que pase eso es una torpeza.
-¿Le han tentado desde el reggaetón?
-Sí, claro... Yo soy músico y me gustan todas las músicas, y si tengo que compartir espacio con otros estilos siempre voy a aportar mi flamenco. La gente está confundida con la fusión, porque evolucionar es hacerlo mejor, espectacular, no mezclarlo con otras cosas. Omar Montes me llamó para hacer un videoclip. Bailé por bulerías y a él le hice cantar por bulerías, porque cómo me voy a poner a bailar una danza que no conozco. Es que no creo que sea ni una danza...
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