"Nuestros políticos todavía tienen ideas de movilidad muy anticuadas"
Entrevista Gerardo Pedrós | Plataforma Carril Bici
A pocos días de que arranque la Semana Europea de la Movilidad, Gerardo Pedrós hace un repaso por las carencias y virtudes de una manera de moverse por la ciudad de forma sostenible
La movilidad es tema de conversación en todas partes. Dentro de unos días, la ciudad celebrará la Semana Europea de la Movilidad, que plantea debates en cuanto al uso del automóvil privado y la necesidad, por el cambio climático, de llevar a cabo política sostenibles en este sentido. Gerardo Pedrós lidera la Plataforma Carril Bici desde hace más de 20 años y ve ciertos cambios en el uso de este vehículo. Aún así, reconoce que en Córdoba todavía queda mucho por hacer en esta materia y mira a ciudades como Sevilla, con un extensísimo carril bici, o a políticos como Antonio Valdenebro (que falleció en enero de este año) y que fue el padre de muchas de las peatonalizaciones de la ciudad y de esa movilidad sostenible. Teme, eso sí, un parón que observa en estas políticas, que, recuerda, cada vez son más necesarias.
–¿Ha avanzado Córdoba en materia de movilidad? ¿Cómo ve a la ciudad en este sentido?
–Notamos un cierto parón en estos temas. No hay una política concreta de movilidad. Por ejemplo, con la bicicleta, a la red de carriles bici le quedan cerca de 30 kilómetros por hacer del Plan Andaluz de la Bicicleta. Tenemos un plan de movilidad urbana que encargó el alcalde Nieto a la Agencia de Ecología de Barcelona hace ya seis o siete años y está durmiendo en un cajón. Creemos que no hay una estrategia y las cosas se hacen de una manera discrecional.
–¿Cree que la gente está cada vez más concienciada y los políticos menos?
–Llevamos con estos temas unos 25 años y lo que hemos notado es que ha cambiado el discurso. Hará unos 15 años, pedimos que hubiera un carril bici en Ronda de los Tejares y en un periódico nos sacaron con camisa de fuerza como si estuviéramos en un manicomio. En otro periódico tenían una serie de debates y me llamó el jefe de opinión para que le buscara a alguien que opinara en contra de los carriles bici, eso fue hace poco, y eso hoy en día es políticamente incorrecto. Hemos notado un cambio de discurso, los políticos han asumido nuestro discurso sobre movilidad sostenible, pero después no se refleja en los hechos. Cualquier cosa cuesta un montón de trabajo. Hace dos o tres años vimos que en la calle Cruz Conde hacían falta aparcamientos para bici, lo solicitamos por escrito y tardaron como dos años en ponerlos, no pedíamos una autopista.
–Todavía quedan en el cajón muchos proyectos de ampliación del carril en Córdoba, pero parece que cuesta llevarlos a cabo. ¿Por qué cree que ocurre esto?
–El problema es que no tengas un político comprometido con el tema en el Ayuntamiento. Por ejemplo, en Sevilla estaba Pepe García Cebrián que estaba comprometido con el tema y se hicieron 60 kilómetros en Sevilla en dos años; en San Sebastián estaba Odón Elorza e hizo el carril bici de La Concha a pesar de la oposición. El problema es que a nuestros políticos les hace falta un viajecito porque todavía tienen ideas de movilidad muy anticuadas.
–También habría que hablar del estado de ese carril bici de la ciudad, ¿cree que es el mejor?
–Habría que mejorarlo en ciertas zonas. El problema que tenemos actualmente es que es inconexo, tiene huecos. Imaginas que quieres ir a Carlos III por la Ribera, llegará un momento en el que el carril bici se acaba o te lo montan por una acera estrechísima llena de escalones. El principal problema son esos tramos inconexos y que algunos carriles bici que se hicieron al principio tampoco tienen un diseño muy adecuado. El de la avenida del Cairo para recorrer 400 metros tienes que pasar por tres semáforos, parece que estás moviéndote como un ciempiés, o el de la avenida de Barcelona, que está muy pegado a los veladores. Son fallos que se cometieron al principio. Por lo tanto, el principal problema es la inconexión de los carriles bici, que no hay una oficina de la bicicleta y que no hay una política de aparcamientos seguros. Si los centros de trabajo habilitaran aparcamientos seguros dentro a los trabajadores, se relanzaría mucho el uso de la bicicleta.
–En cuanto a esa oficina de la bicicleta, ¿se propondrá a este gobierno municipal?
–Sí, creemos que es una de las medidas importantes en este sentido. En la Oficina de la Bicicleta de Sevilla, que desapareció con Zoido, había 11 personas trabajando. Si apuestas por un medio de transporte, tienes que tener un personal detrás, lo que no puedes es depender de una ONG que te vaya diciendo “aquí falta un aparcamiento”. Nosotros no somos ingenieros ni nada parecido. El Ayuntamiento tiene que tener una estructura si realmente apuesta por algo. Lo lamentable es que incluso el Área de Movilidad del Ayuntamiento está muy infradotada, ahora, tras la muerte de Valdenebro, tiene prácticamente a un técnico. Y con lo importante que es la movilidad en una ciudad, no sé cómo puede estar tan en precario ese área.
–¿Cómo es la convivencia del ciclista con el peatón y el conductor de coches?
–Hay personas que conducen la bicicleta de una forma agresiva, a los que nosotros no defendemos, y el problema es cuando esta persona coja un coche o una moto, que serán mucho más peligrosos. En cualquier caso, voy notando con los años más respeto en los coches porque cada vez se ven más bicicletas.
–¿Cómo ve el proyecto de bicicletas públicas? ¿Por qué cree que no se apuesta por él?
–Porque no hay una política global de la bicicleta, ni unos objetivos. De hecho, en Sevilla el uso de la bicicleta se disparó por montar una buena red de bicicletas públicas y por la red de carriles bici. Es uno de los factores importantes. Hay que tener cuidado porque hay sistemas de bicicletas públicas que por algún tipo de diseño no funcionan, algo que ha ocurrido en muchas ciudades. Sin embargo, el modelo implantado en Sevilla, el Sevici, o el de Barcelona, el Bicing, funcionan muy bien.
–¿Se tienen datos de la cantidad de desplazamientos en bicicleta que hay en Córdoba al día?
–En este sentido siempre digo que tenemos que imaginar que vas a correr las Olimpiadas y entrenas todos los días, pero no tienes un cronómetro. ¿Cómo puedes evaluar tu entrenamiento o tu marca? En Córdoba pasa algo parecido, el ciclista no tiene un cronómetro, no se mide como en otras ciudades, que hacen conteos cada seis meses. Por lo tanto, si dices “mi política es que dentro de cinco años el 3% de los desplazamientos se hagan en bicicleta”, tendrás que medir de una manera continuada. En Córdoba no hay datos, aunque cualitativamente veo que se usa más la bici.
–Y con el patinete eléctrico, ¿se puede convivir desde la bici?
–Habría que regularlo porque se habla del vehículo de movilidad personal, tienes desde un patinete eléctrico limitado a 25 kilómetros por hora que creemos que puede ir por el carril bici, pero también tienes motos eléctricas que tienen una potencia de 1.000 vatios y un peso de 200 kilos y eso podría dar problemas. Pero los patinetes pueden ser un aliado de la bicicleta si el uso se incrementa y sus usuarios también demandan esa buena red de carriles, unas taquillas en los trabajos y ese tipo de cosas. No estamos en contra de los patinetes, siempre que no superen los 25 kilómetros por hora.
–El Ayuntamiento ha anunciado que, de momento, no acometerá más proyectos de peatonalización, ¿cree que es un error?
–Sí. Hasta ahora la peatonalización que se ha hecho ha sido por motivos comerciales, en el Centro, en el Casco Histórico... Pero creemos que los barrios tienen también derecho a tener zonas peatonales, sobre todo por temas de salud y contaminación. Y también porque allí donde se peatonaliza la gente compra más a gusto, se disparan las ventas. Creemos que hay un motivo de salud y también esa apuesta por el comercio de cercanía.
–¿Qué papel juega el transporte público en esa movilidad?
–Creo que, por ejemplo, el taxi tiene un problema en Córdoba y debería modernizarse. Soy usuario habitual del taxi y deberían sacar, por ejemplo, una especie de bonos.
–¿Y Aucorsa?
–Aucorsa ha ido mejorando con los años con diversas tecnologías que ha incorporado, con modificaciones de línea. Pero ocurre que si queremos potenciar el transporte público, al mismo tiempo tenemos que restringir el uso del coche y darle caminos segregados al transporte público. Recuerdo un proyecto de Valdenebro de poner una línea rápida de autobús que tuviera dos cabeceras, cada una en un extremo, que también está durmiendo. Si queremos fomentar el transporte público, al mismo tiempo tenemos que restringir el uso del automóvil. Lo que no se puede es soplar y sorber al mismo tiempo.
–Cuando habla de restringir el uso del automóvil es inevitable pensar en medidas llevadas a cabo en Madrid, por ejemplo, cuando se prohíbe circular a ciertos coches con ciertas matrículas.
–Restringir a los residentes, por ejemplo, determinadas zonas. Si haces viarios exclusivos de transporte público también estás quitando carriles a los coches.
–Existe la idea de que determinados proyectos de movilidad tienen que ver con un color político. ¿Teme que un determinado gobierno frene políticas en este sentido?
–Puedo basarme en la experiencia de los cuatro años anteriores del PP, cuando estuvo José Antonio Nieto y estaba de concejal de Movilidad Ana Tamayo. El tema de participación, por ejemplo, bajó muchísimo. Se hicieron algunas intervenciones peatonales que estaban bien, como los caminos escolares, pero nos tiramos cuatro años que ni se reunió la comisión de movilidad, ni la de accesibilidad del Casco. Y ahora me sorprenden las declaraciones en contra de la peatonalización cuando gobiernos de derecha e izquierda están haciéndola en toda España y en toda Europa. También debe haber una estrategia porque el mismo PP fue el que encargó el plan de movilidad y debería relanzarlo. Lo presentó Nieto y hablaba de una supermanzana que ya suponía peatonalizar bastante.
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