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Simon Leviev se hacía pasar por un importante magnate de los diamantes y engañó a numerosas mujeres hasta alcanzar estafar millones a sus víctimas. Es la historia que quedó retratada en El estafador de Tinder, la serie de Netflix que se hizo viral en 2022 y dio la voz de alarma sobre los peligros de las citas online, que no son nuevos. Desde que empezaron a surgir las primeras páginas web donde se podía conocer gente de cualquier parte del mundo comenzaron a aparecer también las estafas. En todos los rincones hay víctimas de la estafa del amor, incluida la provincia de Córdoba.
En mayo de este año dos personas fueron investigadas como presuntas autoras de un delito de estafa, otro de falsedad documental y otro de blanqueo de capitales. La víctima, de Córdoba, denunciaba haber sido estafada por una persona con la que creía mantener una relación afectiva, quien le había solicitado varias cantidades de dinero, llegando a estafarle más de 16.000 euros. Tratamientos médicos, envío de valijas y traslados para sufragar gastos que posibilitarían el encuentro entre ambos fueron los pretextos para robarle el dinero.
Esta es solo una de las historias de una de las muchas modalidades que usan los ciberdelincuentes para robar a sus víctimas. Los encargados de luchar contra ellos son los integrantes del Equipo @ de la Guardia Civil, compuesto por más de 300 agentes en España, con 84 equipos que se crearon en octubre de 2021 como una solución al aumento de estos hechos delictivos. Protegen a las víctimas a golpe de click.
Los delitos relacionados con el mundo digital aumentaron un 29,9% en Córdoba, según los datos de criminalidad de enero a marzo de 2023 del Ministerio del Interior y en comparación con el mismo periodo de 2022. El total de estos delitos cometidos es de 1.712, la mayoría relacionadas con estafas: 1.476 del total y un aumento en este apartado del 31,4%.
"Mamá, mi teléfono se ha averiado, escríbeme a este número", son el tipo de mensajes que los delincuentes suelen usar para, tras ello, pedir dinero a las familias con el objetivo de "salir de un apuro". Y es que los delitos más comunes son las estafas y la que está repuntando más en Córdoba es la del familiar en apuros, según informa el responsable del Equipo @ en la provincia a este periódico.
El phishing, la modalidad para obtener por internet datos privados, es de los más comunes, "se hacen pasar por una entidad, te mandan un mensaje o te hacen una llamada telefónica, incluso ya utilizan programas informáticos para cambiar el teléfono que figura en pantalla", explica el agente. La estafa con facturas a las empresas, conocida como BEC, también es común en la provincia cordobesa, donde los delincuentes suelen estafar grandes cantidades de dinero, así como las de compraventa de vehículos, videoconsolas o de alquiler de pisos en periodo vacacional.
El conocido como grooming, el acoso sexual a menores a través de internet, es otra modalidad que preocupa a los agentes. "Los menores cada vez tienen más acceso a las redes sociales, donde pueden caer en trata o pornografía infantil", con envíos de fotos explícitas que los delincuentes usan luego para extorsionar a los niños y adolescentes. Se trata de un perfil "muy vulnerable por la inmadurez y la facilidad que tiene el delito telemático, que llega a cualquiera". La labor preventiva en colegios e institutos es clave para atajar el problema.
La tipología delictiva de la ciberdelincuencia cambia muy rápidamente, lo que obliga a los agentes a mantenerse al tanto de las últimas tecnologías. En Córdoba, por ejemplo, la inteligencia artificial todavía no se ha usado para estafar, aunque es una realidad que preocupa y mantiene alerta a la Guardia Civil, que considera que "va a generar dolores de cabeza". Los agentes se han formado sobre legislación, métodos de investigación y los distintos delitos para convertirse en una especie de hackers del bien, los conocidos como hackers de sombrero blanco, que también se encuentran fuera de los cuerpos de seguridad y suelen ayudarles a identificar delitos.
Y es que el delito cibernético no tiene fronteras. Es el hándicap para los Cuerpos de Seguridad del Estado, que parten, casi siempre, de una víctima que denuncia en algún puesto de la Guardia Civil de la provincia. Se puede dar que el delincuente se encuentre en el mismo territorio, que esté fuera de España o que haya cambiado su dirección IP (un código que identifica al dispositivo que usa) a través de una VPN (que te permite cambiar tu ubicación para los servicios de internet).
Los componentes del Equipo @ acuden a diario a sus puestos para abordar las últimas denuncias que han recibido. No están encapuchados ni usan tecnologías para distorsionar su voz, como en las películas. Los agentes entran en sus ordenadores, revisan los hechos delictivos, miran si se necesita una actuación rápida y urgente que requiera su presencia sobre el terreno, un tipo de actuación donde se puede conseguir imágenes de las personas o paralizar transferencias, y realizan una multitud de solicitudes a empresas, bancos y personas para recabar datos y llegar hasta los delincuentes.
Asimismo, en una jornada normal mantienen contacto con equipos de otras provincias, la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol) o la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), pues hay objetivos relacionados con la delincuencia organizada internacional que requieren una actuación conjunta.
"Siempre que existe una investigación con un hecho delictivo tenemos dos vías de investigación", explica el agente responsable del equipo en Córdoba, una es la económica, a través del seguimiento del dinero, las transferencias, los titulares de las cuentas y dónde ha ido a parar, y, la otra, es la investigación tecnológica, el rastreo de teléfonos, correos electrónicos, programas y equipos informáticos que se han usado para cometer los delitos. La colaboración de las empresas privadas es vital para llegar a los delincuentes, bancos y compañías de teléfono están obligados a aportar datos a la Guardia Civil, a través de un oficio y autorización de los jueces.
"El fraude informático es lo que más está creciendo, a eso nos dedicamos sobre todo", asegura, aunque explica que hay estafas más complejas y, sobre todo en la provincia, el robo a compañías a través de facturas. En febrero de este año dieron con una persona que consiguió modificar la cuenta bancaria de cobro de una factura, que una empresa había remitido a un cliente, por valor de 260.000 euros.
La "ventaja" de estas infracciones es que el internet "deja siempre una huella que arroja algo que investigar", contrario a los hechos delictivos comunes, que pueden no dejar pistas y dejar a los agentes no tener por dónde empezar, pero "en el ciberdelito siempre hay algo". Todos los ciberdelitos en Córdoba se investigan, algunos van más despacio por peticiones de información, sobre todo si son a entidades extranjeras, "pero en todas se llega hasta el final y hasta los autores".
El Grupo de Delitos Telemáticos fue creado para investigar, dentro de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, todos aquellos actos delictivos que se cometen a través de sistemas de telecomunicaciones y mediante las tecnologías de la información. En 1996, cuando las investigaciones sobre delitos informáticos empezaron a adquirir especial relevancia, se vio la necesidad de crear un Grupo específicamente destinado a perseguir esta clase de delincuencia constituido por agentes que unieran a su preparación en investigación criminal una buena formación informática.
A mediados de 1999, dado que el campo de actuación se había ampliado a los fraudes en el sector de las telecomunicaciones, se adoptó una terminología más en consonancia con la realidad, pasando a llamarse Departamento de Delitos de Alta Tecnología (DDAT).
En 2000, se produce una mayor especialización de sus miembros, estructurándose en las áreas delictivas de pornografía infantil, fraudes y estafas, propiedad intelectual y delitos de hacking, en consonancia con el Convenio de Ciberdelincuencia del Consejo de Europa, en el que participa personal de la Guardia Civil como expertos policiales. Es en 2003 cuando la Unidad adquiere su actual nombre: Grupo de Delitos Telemáticos (GDT) se crean a nivel provincial los Equipos de Investigación Tecnológica (Edite) y, de ellos, nace el Equipo @.
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