Escribir a mano mejora la conectividad cerebral
Humanidades en la Medicina
Cuando el cerebro se adapta y reorganiza a través de la práctica de la escritura implica la formación y fortalecimiento de las redes neuronales, es la neuroplasticidad en la escritura

Con la era de las nuevas tecnologías se nos olvida el escribir a mano, ya sea por prisas o por no disponer de lo que antes era un clásico, como llevar un lápiz o un bolígrafo en el bolsillo. El redactar a mano requiere un esfuerzo extra. Aunque es un proceso más lento, se considera ideal para enseñar a las personas, independientemente de la edad, como método para retener mejor la información. Es un buen ejercicio mental y favorecedor para el desarrollo adecuado del cerebro.
Para textualizar, además de usar la interacción motora del cerebro, hemos de unir el lenguaje oral con lo visual, convirtiendo estos estímulos en letras o símbolos escritos con una concordancia y cohesión que formarán una imagen que se traducirá en escritura. Esta cuestión se lleva a cabo en una parte del cerebro, en el giro fusiforme, que se encuentra en la parte inferior del lóbulo temporal y el occipital. Realiza el procesamiento de las palabras escritas y es responsable de la fluidez en la lectura, así como del reconocimiento visual.
Cuando el cerebro se adapta y reorganiza a través de la práctica de la escritura implica la formación y fortalecimiento de las redes neuronales, hablamos de la neuroplasticidad en la escritura, que interviene en el control motor, cognitivo y del lenguaje. Nuestra relación con el medio ambiente, en parte la llevamos a cabo con las manos, y la escritura es una forma de interactuar con él, lo que favorece la cognición y mejora la función cerebral, con incremento de conexiones y desarrollo de la neuroplasticidad.
Hemos de decir que todos los tipos de escritura activan la plasticidad neuronal. Se observa un impacto que en los niños mejora el desarrollo cognitivo, la memoria y la comprensión lectora; en los adultos puede retrasar el deterioro cognitivo y, en las secuelas de ictus, traumas craneales y en enfermedades neurológicas, puede llegar a recuperar funciones motoras y el habla.
Con la práctica, la escritura se vuelve más fluida y automática, reduciendo la carga cognitiva, reforzando las conexiones sinápticas y activando múltiples áreas cerebrales.
Investigadores noruegos han publicado un estudio en la revista científica Frontiers in Psychology donde comparan la escritura a mano y la escritura a máquina, y en el que muestran la importancia de escribir a mano para mejorar los procesos cognitivos relacionados con el aprendizaje. Mediante electroencefalografía, demostraron que escribir a mano activa más las regiones del giro fusiforme, como lo demuestran los patrones de coherencia de conectividad theta/alfa. Especialmente en el rango de las ondas theta, crucial para la memoria y el aprendizaje. Esto sugiere una mayor sincronización entre áreas cerebrales en la escritura a mano.
Es importante considerar que otros investigadores han señalado limitaciones en este estudio citado, como son que se aplicaron a adultos jóvenes exclusivamente, por lo que no son extrapolables a todas las edades, como son niños y adultos mayores. Las tareas fueron en un entorno de laboratorio y no en situaciones cotidianas educativas. Se hicieron en periodos cortos, de difícil evaluación. Y por último, y más importante, no se aplicaron al rendimiento académico. Todo esto nos lleva a la conclusión de que harían falta más investigaciones en los ítems antes relacionados para afirmar este desenlace. Tanto el escribir a mano como el mecanografiar son actividades complejas, que muestran tantas similitudes como diferencias.
Por otra parte, tenemos que la caligrafía excita el sistema reticular activador que incide sobre el hipotálamo e interviene en la vigilia, ritmo circadiano, estado de alerta y discriminación de estímulos útiles o banales. Hace que nos concentremos en la tarea que estamos ejercitando, coordinado la motricidad fina y el aprendizaje.
Basándose en los estudios donde comparan el manuscrito con la máquina, y ante una creciente evidencia de los beneficios de la escritura a mano, podría haber sido el fundamento para aplicar la ley de California, que fue promovida por Sharon Quirk-Silva, una profesora de educación primaria. Dicha ley exige la enseñanza de la cursiva a partir del 16 de octubre de 2023.
Otros estudios se han basado en la Resonancia Nuclear Magnetica funcional para mapear los procesos distintos de activación cerebral cuando una persona escribe a máquina o con teclado, lo que parece indicar mayor participación de los locus cerebrales cuando se escribe a mano.
Aunque haya un abuso de las nuevas tecnologías, hemos de decir que el uso del teclado activa circuitos cerebrales diferentes a la escritura a mano o la escritura artística, mejorando la rapidez y la multitarea, optimizando la eficiencia y la adaptabilidad. Por todo lo cual, hemos de verlas como implementación de unas sobre otras, sin despreciar ninguna. Pero hay que saber cómo y para qué usamos las tecnologías, sobre todo en edades tempranas, con la dependencia que pueden malograr la educación. Su sobreexposición puede afectar al desarrollo del lenguaje y la escritura manual. Y lo más importante: déficit de atención.
Pensamos que en un momento en que la escritura a mano recibe menos atención y que la tecnología parece haber sustituido a la clásica escritura, es necesario dar a ésta la importancia que merece, así como a su investigación, para su aplicación en el aula e influir en última instancia en las políticas educativas.
Como se destaca en el libro The Oxford History of Historical Writing, la escritura manual ha sido un vehículo clave en la preservación del conocimiento y la historia, contribuyendo al desarrollo del pensamiento reflexivo y la comprensión de los acontecimientos históricos.
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