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Definitivamente, Córdoba ha abierto una ventana al exterior que pretende exprimir al máximo. Con una adaptación notable a las consecuencias y transformaciones que la pandemia del Covid ha tenido en los mercados, y con un cambio de mentalidad, hacia el aperturismo, fundamental para el presente y futuro de su economía, la provincia ha cerrado 2022 con un récord en sus exportaciones, que por vez primera superan la barrera de los 3.000 millones de euros. Una cifra histórica que representa un crecimiento de casi el 20% respecto al balance anterior y de casi el 40% sobre 2018, algo que refuerza un proceso de internacionalización de las empresas continuado y para nada circunstancial.
Porque de un tiempo a esta parte, las compañías cordobesas se han percatado de que la fortaleza de sus balances financieros pasa por “salir al exterior y no quedarse solo en el mercado nacional”, tal y como señala Rafael Reyes, coordinador del Área de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Córdoba, desde donde asesoran, ayudan y colaboran en ese paso hacia, en muchas ocasiones, un mundo desconocido. De momento, la provincia se ha asentado por encima de las 2.000 sociedades exportadoras tras el tope de 2021, de las que casi 600 tienen la catalogación de regulares, dado que acumulan al menos cuatro años consecutivos vendiendo fuera de las fronteras del país.
La aportación de todas ellas al último balance, ya cerrado, aunque sin datos oficiales aún, arroja un valor por encima de los 3.000 millones de euros, según la estimación hecha por la Cámara en base a la tendencia mantenida de los años previos y su comportamiento en diciembre, único mes fuera de la estadística. Es, sin duda, una cifra desconocida para el comercio exterior de Córdoba, que llevaba unos años estabilizado por encima de los 2.000 millones, solo con una mínima caída de esa frontera en 2020 por la irrupción de la crisis sanitaria del coronavirus que paralizó España y el Mundo; y que había dado ya señales de un repunte en el ejercicio 2021, cuando se disparó por encima de los 2.550.
Un registro que ahora quedará pulverizado con un crecimiento estimado que supera el 18% y que se eleva hasta entorno el 38% respecto a 2018, en lo que sería una fotografía fija del último lustro que permite ver la evolución del mercado exterior en todos sus parámetros. Eso sí, la previsión invita a pensar a que a partir de ahora la curva será menos pronunciada, casi recta, en una línea de aumento sostenido. Y que en todo caso “siempre” deja una balanza financiera positiva para la provincia, ya que las importaciones son básica y principalmente insumos para la industria y la construcción a las que las compañías dan “un valor añadido” que multiplica su precio en la posterior venta.
Pero, ¿a qué se debe esta espectacular subida en el último curso? El análisis se detiene en virtudes propias y también deja una parte importante a comportamientos ajenos, como el gran aumento de la inflación, que ha multiplicado los precios de manera coyuntural, lo que se refleja directamente en los balances económicos. “Ahora mismo vendemos inflación, pero se acepta porque los otros países también la tienen y la de España es la más baja de la eurozona ahora”, incide Reyes, que también se detiene en el levantamiento en junio de 2021 de los aranceles adicionales impuestos por Estados Unidos a la venta a granel, que sobre todo afecta al sector agroalimentario y especialmente al aceite de oliva, como clave en el impacto positivo del último ejercicio.
Sin embargo, desde la Cámara de Córdoba destacan aún más la buena adaptación de la provincia a los efectos provocados por la pandemia, y que han permitido situarla en un lugar preferente para un notable abanico de mercados, lo que ha repercutido en estas cifras récord. De un lado está el auge de la venta online, que ha beneficiado especialmente a la joyería y los complementos, dos sectores robustos en la economía local, a lo que hay que añadir el salto de calidad en el uso de las nuevas tecnologías para estar más cerca de los clientes, que ya empieza a estar implementado (se ve hasta en lonjas o cooperativas) de forma clara en las sociedades cordobesas que venden fuera.
Además está la subida de los costes de transporte, algo que, aunque pueda sonar paradójico, ha colocado a España en una buena posición, ya que la eliminación de barcos y la subida de los fletes ha dejado como principales compradores a los países más cercanos (Europa) y los que tienen una masa financiera (Estados Unidos, Canadá, Arabia Saudí…) que pasan por ser salidas principales.
Aspecto este que se complementa con la tendencia a diversificar los proveedores, extendida con el parón del mercado asiático (China) que empezó a concienciar sobre la importancia de necesitarlos cercanos y de confianza para que pudieran responder en cualquier coyuntura. Una situación en la que Córdoba se ha mostrado fuerte, empujada también por ese cambio en la cadena de valor que se traduce en mayor proteccionismo de los países desarrollados y la manida apuesta por la sostenibilidad, lo que elimina a otros competidores que andan lejos de la normativa de calidad que marca la Unión Europea.
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