Felipe Conde, 25 años de música y mucho por cantar "hasta que el cuerpo aguante"

Córdoba/“Hay canciones que significan más de lo que las palabras pueden expresar”, confiesa con sentimiento Felipe Conde, artista cordobés que lleva 25 años dedicándose a la música de manera profesional y toda la vida formando parte de ella. Para celebrar estas bodas de plata, ha elegido lo que mejor sabe hacer, subirse a los escenarios, un tour que pasará por el I Cordobita Fest, el festival que se celebrará en octubre en la plaza de toros de los Califas y que ha generado gran expectación, ya que compartirá escenario con Medina Azahara o Las Ketchup. 

Para rememorar los inicios de Felipe Conde, hay que viajar más allá de los 2000, cuando se ponían cd en los coches y en los equipos de música de cada salón. Había ilusión por esperar que tu cantante favorito sacara un nuevo trabajo y por intentar tenerlo firmado; era una forma diferente de consumir música. Este año, los 2000 han hecho mucho ruido, por su música, su moda y su estilo, antes de que las pantallas lo dominaran todo. Y, sí, había vida antes de las pantallas. Y era muy intensa.

La historia profesional de Felipe Conde comienza, de hecho, en 1999, un momento en que el artista pudo vivir cómo su pasión se convertía en su profesión o, más bien, en un sueño cumplido. Lo que siente el artista se resume de esta manera: “Primero una satisfacción y un orgullo, pues cuando empecé con el primer disco no me imaginaba que iba a estar 25 años al pie de cañón. Con 20 y pocos años tenía mucha ilusión por grabar", recuerda. Y confiesa que esa ilusión "del primer día" continúa: "Es fundamental para seguir emocionándote”. 

También reconoce la constancia de su público, que también ha estado “al pie de cañón” durante todo este tiempo: “Gracias a Dios no hemos parado de currar y vamos a estar trabajando hasta finales de octubre. Cerramos año la gira en la plaza de toros, muy ilusionado y muy contento por la acogida que estamos teniendo". "No sé si es porque les gusta mi música o porque llevamos ya muchos años y soy uno más de la familia, pero siguen ahí”, agradece entre risas el cantante.

De ruta por las discográficas

En un cuarto de siglo, las cosas cambian, se transforman. Cualquier sector profesional tiende a introducir novedades: “Había seis, siete, diez discográficas, ninguna más. Recuerdo grabar la maqueta e irme a Madrid, compañía por compañía, sentándome delante del director con mi guitarra para que comprobara que quien cantaba era yo y que quien intentaba grabar un disco con mis canciones era yo”, rememora. Actualmente, como explica, un artista puede desarrollar su propio disco por su cuenta y subir su contenido a distintas plataformas digitales: "El abrir esas puertas hace que muchísima gente que hace 30 años no podía ponerse en el escaparate su música lo consiga ahora. Hoy en día es supersencillo que tu música esté para todos”, compara. 

Y, hablando de esos escaparates, analiza el poder de las colaboraciones entre los artistas: “Antiguamente, eso era algo que se hacía muy esporádicamente. Ahora si te das cuenta es el modus operandi de todo el mundo. Todo se nutre de unos y otros”. Al igual que esto ha cambiado, también cambia la forma y el tiempo de consumir música: “Se lanzan singles cada treinta días, para que el público siempre te tenga presente”. En sus comienzos, los seguidores tenían que esperar un año o dos para que un cantante sacará un disco de diez canciones. 

Respecto a sus propias colaboraciones, menciona a Sergio Contreras: “Lo mismo que un su día me pidió Tío Arango para convertirlo en Me recuerda a ella. Tuvo la virtud de ver en ese tema, que estaba escondido en mi segundo disco, su potencial y lo convertimos en un número uno”. A primeros de este año le propuso hacer algo parecido con Sin ti. Gracias a esta sinergia, salió Yo sin ti. 

Discos que son etapas vitales

Como señala el artista, la vida son etapas. En cada disco cuenta una época de su vida y teje lo que va a ser su historia. En este sentido, confiesa que es muy difícil elegir una canción para definir una carrera tan larga, pero lo que el artista sí confiesa es que hay un disco que es la “niña de sus ojos”. Ese es Entre vivir y soñar. “Engloba lo que soy o lo que me gusta de la música”. El motivo es que guarda una conexión emocional muy fuerte con él, ya que como indica estaba a punto de convertirse en papá. Estuvo un año escribiendo, analizando y viendo los temas que encajaban en el álbum, un proceso muy bonito que, después de años, recuerda con ternura.

Y es que insiste en que las etapas que una persona vive son claves a la hora de componer. En este sentido, descubre que no solo escribe de las situaciones que él vive en primera persona, sino de momentos por los que pasa gente cercana. Aunque aquí también llega el cambio: “Puedes estar escribiendo supuestamente al amor, pero puedes estar hablando del amor que sientes hacia tu hija. En ese sentido, siempre digo que lo bonito de escribir es como tú lo interpretes. Lo bonito es como a ti te llega”. Incluso hay canciones que “significan más de lo que las palabras llegan a expresar”, indica. 

Respecto a los próximos años, avanza: “Todos los años, por esta fecha, digo que este es mi último año. Al final, llega octubre o noviembre y estoy preparando nuevo single y el repertorio para la temporada que viene. Al fin y al cabo, es lo que llevo haciendo profesionalmente 25 años porque llevo cantando y escribiendo toda la vida. Si no son 25 años más, que sean hasta que el cuerpo aguante y hasta que el público quiera. Creo que habrá Felipe Conde para un buen rato”.