Flamingo Biomechanical Lab, la empresa cordobesa que revoluciona el sector sanitario mediante impresión 3D

Emprendimiento

Luis Martínez, a sus 26 años, es el fundador de esta empresa que utiliza la laminación "más definida del mundo" de modelos de órganos para que los cirujanos practiquen con ellos antes de una intervención

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Luis Martínez y Laura Wahab, fundador y animadora 3D de Flamingo Biomechanical Lab. / Juan Ayala

Córdoba/Flamingo Biomechanical Lab es una empresa 100% cordobesa que, con apenas un año desde su creación en octubre de 2023, está revolucionando la sanidad. Lo hace porque brinda al sector sanitario y veterinario soluciones que permiten agilizar procesos, lograr una planificación quirúrgica más segura y, finalmente, dar un servicio totalmente personalizado a cada paciente. Unos innovadores resultados que han sido conmemorados recientemente por la Asociación de Jóvenes Empresarios de Andalucía (AJE Andalucía), que ha otorgado a esta corporación el premio de Iniciativa Emprendedora de este 2024.

Un reconocimiento que ha sido recibido con "alegría y motivación" por los siete trabajadores que actualmente conforman Flamingo Biomechanical Lab, ubicado en una de las incubadoras del Parque Científico y Tecnológico de Rabanales. Así lo explica Luis Martínez, quien con apenas 26 años es el director y fundador de esta empresa que recién ha cumplido su primer aniversario y que aspira a revolucionar el sector sanitario.

Y eso que Luis es graduado en Ingeniería Mecánica en la Universidad de Córdoba (UCO). Fue su pasión por las impresoras 3D surgida hace tres años lo que lo llevó a interesarse por este proyecto. De recrear figuras de DC y de Marvel en su habitación como un simple hobby, ahora reproduce con impresoras especializadas (que pueden ir desde los 250 a los 1.500 euros) modelos 3D de órganos, huesos, músculos, membranas y tejidos que incorporan simulaciones matemáticas de dinámicas fisiológicas que permiten a los profesionales de la salud comprender y practicar procedimientos en un entorno que refleja de cerca la complejidad de la anatomía y la fisiología antes de proceder a una intervención quirúrgica.

Fue su Trabajo Final de Grado lo que le permitió dar el salto al emprendimiento. A través de su tutor, Pablo Romero, surgió una colaboración con el Hospital Reina Sofía para resolver un problema: a los niños debían sedarlos para hacerles una resonancia magnética y, cuando se trataba de una urgencia, trasladarlos al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde usaban modelos 3D para minimizar riesgos.

Luis Martínez trabaja en la sede de Flamingo. / Juan Ayala

"Nosotros probamos este sistema desde un TAC, a ver qué diferencia había en esa fase inicial. Durante esta investigación, creamos una inteligencia artificial que extraía más tejidos de los que eran visibles y mejoraba la resolución de esta prueba. Se demostró entonces que con el TAC podíamos extraer más información y omitir la resonancia magnética reduciendo los días de espera que pasaban para esa prueba", argumenta Luis sobre este estudio que dejó "asombrados" a especialistas y al tribunal de su TFG, que le puso una merecida Matrícula de Honor.

El trabajo, por supuesto, no podía quedarse en tan solo un estudio y lo decidió llevar a la práctica colaborando junto a hospitales. Tanto públicos como privados -la mayoría-, se benefician de la labor de Flamingo y esos modelos 3D que se diferencian de otros proyectos similares en que "es el más definido del mundo", aunque está "en proceso de patente". Así lo asegura Luis Martínez, quien explica que el proceso es sencillo: esta empresa recibe las pruebas médicas, de las que genera un modelo digital en 3D que es enviado de nuevo al centro médico para que distinga lo que ocurre. Entonces, para poder practicar la intervención previamente, le solicita el modelo a escala real personalizado para cada paciente en el que se apoya y directamente pincha y corta sobre él.

Uno de los casos tratados por Flamingo que con más cariño recuerda Luis Martínez es el de un niño de ocho años que tenía una malformación en un ventrículo. Ellos crearon el modelo a escala real para que los sanitarios trabajaran en la corrección de este problema grave de salud que afectaba al bombeo de su corazón. "La reducción que hubo no de horas, sino de días para esta cirugía compleja, es algo súper satisfactorio", señala el fundador de la corporación, que trabaja mucho con patologías de oncología o ginecología y que se está adentrando en la odontología y en aspectos vasculares aplicando una tecnología conocida como gemelo digital, que permitirá "en unos años, prever las patologías de cada paciente".

Luis y Laura sostienen varios modelos junto a las impresoras. / Juan Ayala

"Esta tecnología lo que ha demostrado es que reducimos un 70% los tiempos de cirugías complejas y hasta un 40% los costes hospitalarios por paciente. Esto es debido a que hay menos pérdida de sangre y a que es menor el tiempo que se pasa en cama para esa rehabilitación", destaca Martínez, quien en apenas tres años ha pasado de imprimir en tamaño real a Deadpool y a Lobezno, a hacer corazones, riñones o cerebros a escala real para que pacientes de todas las edades tengan una mayor seguridad en sus operaciones. Los modelos, elaborados lámina a lámina con materiales como almidón de maíz o resina biodegradable, pueden tardar desde las 10 horas a varios días si se trata de una pieza muy grande.

Además, Flamingo Biomechanical Lab también trabaja en veterinaria, un sector, como señala Luis, "un poco abandonado para la tecnología" y en el que están aplicando sus modelos 3D personalizados, sus herramientas de realidad virtual e impresiones 3D metálicas para prótesis de titanio. Uno de los casos más especiales trabajados por esta empresa fue el de un perro de agua que tenía un tumor óseo en el cráneo tan grande que le escarbaba en la pared cerebral. "Hubo que cortar la zona para conocer dónde estaba cada tejido tumoral y crear una placa de un material biocompatible y atornillársela. Sigue vivo y es uno de los casos más interesantes en los que hemos trabajado", confiesa con una sonrisa el CEO de Flamingo.

Abarcando múltiples campos de la medicina y atendiendo a personas y animales, Flamingo tiene muy claros sus objetivos: "Que la empresa se asiente y pueda ser un referente no solo en Córdoba, sino en Andalucía. Esperamos que en toda España se pueda utilizar nuestra tecnología y que llevemos la marca nacional también fuera del país, pues planteamos para el año que viene una salida a nivel internacional", reivindica Luis Martínez, quien, aunque ahora mismo su proyecto apenas lleva un año en marcha y todavía tiene semanas con pocos encargos, confía en que “el próximo año llegue la estabilidad económica” a una empresa que apunta a marcar un antes y un después en el sector sanitario.

Luis Martínez trabaja con la réplica de una columna vertebral. / Juan Ayala

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