Un funcionario de la cárcel de Córdoba intercepta un dron cargado de hachís y un móvil junto a la ventana de una celda
Sucesos
Los presos intentaban recuperar la mercancía con un palo de escoba en cuyo extremo colgaba una bolsa de plástico
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Córdoba/Un funcionario del centro penitenciario de Alcolea, en Córdoba, ha interceptado en la madrugada de este domingo un dron que portaba 23 bellotas de hachís, un móvil y un cargador y que se aproximaba a la ventana de una celda. Según ha informado el sindicato CSIF, el trabajador se percató de la aeronave no tripulada sobre las 03:00, durante una de las habituales rondas nocturnas que se realizan en el centro.
Alertado por el sonido propio del aparato, observó cómo desde la ventana de una celda unos internos sacaban un palo de escoba de cuyo extremo colgaba una bolsa de plástico al objeto de hacerse con el contenido del dron.
CSIF ha valorado que la profesionalidad del funcionario ha logrado frustrar la entrega, al tiempo que los internos de esa celda han sido conducidos al módulo de ingresos.
Hechos como el narrado, según el sindicato, "evidencian una falta de medios tecnológicos adecuados que detecten y neutralicen la entrada de estas aeronaves portadoras de objetos y elementos que vulneran la seguridad del establecimiento, como drogas, móviles y armas". CSIF, Durante una reciente reunión celebrada en este centro con el secretario general de Instituciones Penitenciarias, CSIF ya denunció estas carencias y otras más, como la falta de trajes de protección adecuados, formación específica y continua o marcos legales y normativos acordes a estas nuevas realidades.
"El compromiso con la seguridad y la profesionalidad de los trabajadores de este centro quedó manifestado una vez más la pasada madrugada; aun así, necesitamos más personal de servicio y medios materiales más efectivos", ha incidido CSIF.
Seis detenidos por usar drones en la cárcel
A principios de enero, seis personas fueron detenidas e investigas como resultado de la denominada operación Califa-Centro-23, desarrollada por la Guardia Civil de Córdoba con el apoyo de funcionarios del centro penitenciario de Alcolea, que logró desmantelar una organización criminal que introducía estupefacientes y objetos prohibidos en la cárcel con la ayuda de drones a organización desarticulada, originaria de Ceuta, dispondría de un grupo itinerante que se desplazaría por todo el territorio nacional para llevar a cabo su acción ilícita. El grupo, partiendo de la localidad de Algeciras, se desplazaba por carretera a diferentes centros penitenciarios de la península.
En el seno de la organización existía un reparto de funciones, entre la que cabe destacar la del especialista en el vuelo de aeronaves no tripuladas (drones), las cuales habían adaptado para el transporte de distintos objetos y que volaban en horario nocturno sobre los distintos centros penitenciarios.
Los drones eran manipulados para eliminar cualquier tipo de iluminación que emitiesen y eran provistos de una cuerda y un sedal transparente atados a su carcasa, de donde pendían los objetos que introducían. Los drones sobrevolaban los centros penitenciarios y se dirigían a las ventanas de las celdas previamente acordadas, procediendo entonces el interno correspondiente a cortar el sedal y hacerse con los efectos transportados. Según la investigación policial, los drones realizaban varios vuelos en un corto periodo de tiempo, haciendo distintas entregas en una misma noche.
El problema técnico de un dron permitiró tirar del hilo
La investigación se inició en torno al centro penitenciario de Córdoba, al encontrarse allí interno un integrante de la organización que ocupaba una "importante posición" en la jerarquía de la misma. En una de las operativas llevadas a cabo por la organización, debió existir algún problema técnico durante el vuelo de un dron y este terminó accidentado en las inmediaciones del centro penitenciario de Córdoba, el cual fue recuperado posteriormente por agentes de la Guardia Civil.
Fruto de un "minucioso" análisis policial, fue descubierto uno de los puntos desde los que la organización realizaba los vuelos de drones, ubicado a una distancia aproximada de un kilómetro respecto del centro penitenciario. Allí, entre la maleza, la organización tenía oculto material para la manipulación de las aeronaves in situ, tales como cuerdas, sedal transparente y cinta aislante.
Infraestructura dentro de la cárcel de Córdoba
Dentro del centro penitenciario, la organización criminal contaría con "infraestructura suficiente" como para recibir, ocultar y distribuir los efectos prohibidos entre los internos, contando para ello con reclusos especializados en las distintas funciones, entre las que destacaría el liderazgo del encargado de coordinar con el líder del grupo itinerante la operativa de vuelo, estableciendo la hora óptima para la recepción de la mercancía, haciendo uso de señales lumínicas y sistemas de geolocalización para señalar el punto de recepción de la misma.
Del mismo modo, una vez en el interior del centro penitenciario, la organización dispondría de otros reclusos especializados en la ocultación y distribución final de una mercancía que incrementaría su valor de mercado exponencialmente, poniendo igualmente en "grave peligro" tanto la salud como la seguridad de los internos y de los funcionarios encargados de su custodia.
La Guardia Civil interviene cinco drones
En la fase final de la operación se procedió a la detención del líder del grupo itinerante, y al registro domiciliario de su vivienda habitual, procediendo a la aprehensión de material electrónico e informático, así como material de inhibición y detección de señales. Asimismo, a lo largo del desarrollo de la investigación, a la organización le han sido intervenidos cinco drones que ya habían sido utilizados para sobrevolar los centros penitenciarios o se encontraban a punto de hacerlo, así como teléfonos móviles smartphone y varias dosis de hachís en forma de tabletas.
En cuanto a los internos del centro penitenciario de Córdoba relacionados con la organización investigada, les han sido intervenidos, por funcionarios de ese centro y en el interior del mismo, cuatro teléfonos móviles, una baliza de señales lumínicas y más de 500 gramos de hachís.
Como fruto de la investigación y tras un notable esfuerzo de análisis, se ha detectado que la organización investigada habría reproducido el modus operandi utilizado en el centro penitenciario de Córdoba, en los centros penitenciarios de Villanubla (Valladolid), Dueñas (Palencia) y Albolote (Granada).
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