La guerra de los veladores
En pie de guerra. Los vecinos siguen dando la voz de alarma por la proliferación de veladores, lo que se ha convertido en un problema para la movilidad y el descanso sobre todo en algunas zonas de la capital. Las denuncias son constantes y a los residentes se han sumado los propios hosteleros, o al menos algunos que consideran que sufren competencia desleal por parte de otros compañeros. Lo cierto es que el incremento de negocios pequeños en el sector de la hostelería está provocando el aumento lógico de veladores hasta tal punto que se llega a crear un problema de convivencia entre empresarios, comerciantes y vecinos. Además, las quejas ya no sólo se centran en los locales nocturnos por el incumplimiento de horarios los fines de semana, sino que han llegado a zonas residenciales y los problemas se concentran también durante toda la semana. Encontrar un punto de encuentro resulta complicado para poner fin a esta guerra.
El departamento de Disciplina Urbanística de la Policía Local recibe llamadas prácticamente todos los fines de semana por cuestiones relacionadas con los veladores. Según las fuentes policiales consultadas, además de los vecinos cada vez son más los hosteleros que recurren a las fuerzas de seguridad. Las quejas se concentran sobre todo en la zona Centro y El Tablero -en calles como María la Judía y aledañas- y el volumen llega a ser tan alto que incluso compañeros de otros departamentos tienen que prestar servicio también en Disciplina Urbanística para atender a todas las demandas. Desde la Asociación de Hosteleros de Córdoba (Hostecor), no obstante, rechazan que haya competencia o guerra entre los empresarios. El secretario general del colectivo, Antonio Álvarez, asegura que "puede ser que si alguien es objeto de alguna inspección utilice el argumento de que el compañero también lo hace, pero no existe una guerra abierta entre negocios", apunta. Las irregularidades, sin embargo, son manifiestas y muchos empresarios reconocen que, en la medida de lo posible, "si puedo pongo dos o tres meses más" los fines de semana, como apunta un tabernero del Centro. Algunos de los hosteleros preguntados, aunque no quieren dar su nombre, aseguran que suele ser algo habitual incumplir la ordenanza sobre todo en el número de veladores, a pesar de que saben bien que la sanción sería bastante elevada. Los que ya se han enfrentado a una multa de este tipo -cuyo importe supera ampliamente los 1.000 euros- sí que son mucho más diligentes, como se puede observar sobre todo en locales de ocio nocturno en zonas de movida como el Vial Norte o el Centro.
El problema de los veladores es un continuo caballo de batalla de los vecinos. El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos Al-Zahara, José Rojas, asegura que a la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) se le ha pasado ya el tiempo "de tregua" para informar y prevenir a los hosteleros y ahora van a comprobar si se cumple la ordenanza o, de lo contrario, "empezaremos con el aluvión de quejas" por parte de los residentes. El mapa de la instalación de veladores, según Rojas, sitúa a cuatro zonas como las más conflictivas. Se trata de la avenida de Barcelona, El Tablero, las calles Isla Fuerteventura y aledañas en Arroyo del Moro y la zona Centro. En este último caso, las valles Victoriano Rivera y Gran Capitán, entre otras, acaparan la mayoría de quejas. Los principales motivo de denuncia tienen que ver con problemas de movilidad que acarrea la colocación de mesas y sillas en las aceras, ya que en algunas ocasiones se impide directamente el paso de las personas y se hace casi imposible el tránsito para las sillas de ruedas o los carritos de bebé. El incumplimiento del horario también se sitúa entre las mayores críticas de los vecinos, así como el exceso de ruido de manera que impide el descanso. La plaza de la Corredera también fue objeto de críticas por estos motivos. El presidente del Consejo de Distrito Centro, Rafael Soto, reconoce que "todavía se incumple la norma", tanto en la plaza porticada como en otros puntos como es el caso de San Miguel o la calle María Cristina y que desde el colectivo "no podemos tolerar que haya problemas de accesibilidad". Soto pide implicación a la Gerencia de Urbanismo para solucionar al problema "porque lo lógico es que tenga que haber sanciones para atajar este asunto".
Por si había pocos problemas, Hostecor ha alertado de otro nuevo frente que se abre justo ahora que las buenas temperaturas abandonan la ciudad y que es la prohibición de los toldos y cerramientos en las terrazas. Esta opción es muy empleada por algunos establecimientos para aprovechar también el espacio exterior y sortear la ley antitabaco en pleno invierno. Hasta el momento, la Gerencia había sido algo permisiva, pero este año hay orden expresa de no dejar pasar ni una. El gerente de Hostecor afirma que ha pedido recientemente una reunión con el responsable de Urbanismo, Luis Martín, "aunque no nos ha contestado". Álvarez confía en que se pueda llegar a un acuerdo porque "estamos muy preocupados" ya que esta medida supondría un perjuicio económico para los negocios, que de por sí "sufren al crisis y la bajada del consumo", según Álvarez.
Este periódico ha intentando, sin éxito, conocer la versión del gobierno municipal, su postura y actuaciones con respecto a la gestión de los veladores pero solo impera el silencio en torno a este tema.
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