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El verano es la época del año en la que existe una mayor variedad de frutas. Una de las que siempre ha contado con mayor aceptación entre los consumidores es el higo chumbo, un fruto de temporada que alcanza entre los meses de julio y octubre su mejor periodo para el consumo. Antes, cuando llegaban estas fechas, muchas personas solían comprar este producto en las fruterías, algo que ahora casi no ocurre. Apenas se encuentran higos chumbos y sólo algunos establecimientos se encargan de venderlos.
Sin embargo, aún es posible encontrar algún punto de venta en el que poder comprar esta fruta. En la avenida de Medina Azahara, Rafael Menéndez coloca su puesto todas las mañanas durante los meses de verano. Éste es el primer año en el que se dedica al negocio, siguiendo con la tradición familiar, ya que su padre cuenta con otro establecimiento en el barrio de la Fuensanta desde hace 15 años. Antes de encargarse de su puesto actual en solitario, pasó dos semanas junto a su padre aprendiendo el negocio. Aunque en principio la tarea no parezca especialmente complicada, antes de disponerse a vender los higos chumbos es necesario llevar a cabo una laboriosa tarea. Primero acude muy temprano a las localidades de Adamuz y La Guijarrosa, donde adquiere los frutos. Posteriormente, se encarga de quitarles las espinas y lavarlos. Es en ese momento en el que se realiza el traslado a los puestos para poder comercializarlos.
Menéndez sufre durante estos meses los rigores de trabajar en la calle, algo que no es muy agradable con la temperatura que suele hacer. Su horario laboral se prolonga desde las 09:30 hasta las 13:30, pero al menos tiene la suerte de que los clientes, a pesar de las estrecheces económicas, están respondiendo. Son muchos los seguidores de este fruto que esperan pacientemente a esta época del año para poder degustarlo. "Mi padre ya contaba con una clientela fija, pero yo estaba preocupado con la marcha de las ventas en este puesto porque a mí no me conocen tanto", indica Menéndez mientras atiende a un comprador. Sin embargo, hasta el momento el joven no se queja de como le están marchando las cosas. "Muchos vecinos suelen venir casi todos los días y comprar una o dos bolsas de higos chumbos", manifiesta, sobre un gesto que es tradición en muchas casas.
Parte del éxito de este producto radica en las numerosas salidas con las que cuenta una vez adquirido. Así lo atestigua Rocío Garrido, vecina del barrio de Ciudad Jardín y compradora habitual del puesto. "En mi casa solemos comer los higos chumbos al natural, pero también son una fruta que puede utilizarse para hacer postres e incluso sorbetes", dice.
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