Los vecinos del casco histórico critican el "desmadre" y el 'botellón' en las Cruces

Los residentes en la Axerquía y el Consejo de Distrito Centro advierten del cambio de rumbo de la fiesta, alejado de su origen. El Ayuntamiento reconoce que debe haber mejoras.

Ambiente en la Cruz de la hermandad de la Paz, en la Cuesta del Bailío.
Ambiente en la Cruz de la hermandad de la Paz, en la Cuesta del Bailío.
Anabel Calero

04 de mayo 2016 - 07:00

"Desmadre", "botellones", "micciones en la calle", "ruido". Este es el balance que han realizado los vecinos del casco histórico de los cuatro días de Fiesta de las Cruces, que se han saldado con un récord de asistentes pero también de molestias para los residentes. La presidenta de la Asociación de Vecinos de La Axerquía, Juana Pérez, lamentó "la clase de turismo en la que nos estamos convirtiendo" ya que "esta celebración nada tiene que ver con la de otros tiempos y que algunos barrios conservan, como el Parque Cruz Conde o San José Obrero". Pérez alabó ese tipo de encuentros "en los que la organización vecinal colabora, trabaja" y hace posible "que la expresión de la fiesta se convierta en convivencia y encuentro vecinal". Lo cierto es que en los últimos años la popularidad de la fiesta de las Cruces de la capital se ha incrementado y eso ha propiciado el incremento de los visitantes, sobre todo entre la población joven. Algo parecido ocurrió en Granada, aunque en esta localidad se optó por prohibir las barras ya que la celebración se había convertido en un foco de botellones. Precisamente el público que antes optaba por la capital granadina ahora se está desviando a Córdoba y los vecinos llevan unos años notando esa mayor afluencia, a lo que se unen las cada vez más numerosas despedidas de soltero.

Pérez aseguró que "los vecinos estamos hartos" del enfoque que en los últimos año han adquirido las Cruces en algunas zonas del casco, sobre todo en entornos como Santa Marina, la cuesta del Bailío o la plaza de Conde Priego. La presidenta vecinal describió la celebración con "el único objetivo de consumo de alcohol y ganancia" en la que "la cruz apenas se ve y sí la barra de grandes dimensiones". Las Cruces, insistió, "se convierten en discotecas en plenas calle" con jóvenes que hacen botellón, "tras la borrachera miccionan en los portales y se dedican a llamar a los porterillos y gritar hasta altas horas de la madrugada". Los vecinos lamentaron además la proliferación en los últimos años de las despedidas de solteros, que calificaron como "bandas uniformadas con licencia para desmadrarse" y ante lo que manifestaron "una gran indignación, rabia e impotencia". La asociación vecinal de la Axerquía puso el centro en una de las cuestiones que más preocupa y lamentaron que "nuestros barrios se van despoblando poco a poco".

El presidente del Consejo de Distrito Centro, Rafael Soto, aseguró por su parte que "las fiestas se están yendo de las manos y hay que controlarlo más". Para Soto lo que se produce en estos días es "un ataque" tanto al descanso de los vecinos como al mobiliario urbano porque "hay algunas personas que tienen comportamientos incívicos". "Se van a cargar nuestras fiestas si no tomamos conciencia", advirtió. Tanto Soto como Pérez insistieron en la necesidad de tomar medidas y apostaron por "pensar entre todos" posibles soluciones a este "problema".

El primer teniente de alcalde, Pedro García, coincidió ayer en que las Cruces "no deben servir para el consumo de alcohol indiscriminado", pues se ofrece una imagen que "nada tiene que ver" con esta celebración. García dijo que su deseo es, "tanto para las Cruces, como para los Patios, que mejoremos algunas cosas", teniendo en cuenta que a él tampoco le gusta "ver los botellones, ni la música discotequera a toda voz". El primer teniente de alcalde insistió en que "ese modelo cultural, para nada tiene que ver con lo nuestro" y apostó por "seguir mejorando" para no acabar con esta imagen negativa.

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