La iglesia de Córdoba despide a Gaspar Bustos: "Ha sido un sacerdote santo y maestro de espíritus"
Diócesis
Ante unas naves repletas de fieles, el presbiterio de la diócesis de Córdoba ha despedido al sacerdote en la misa exequial presidida por el obispo
Era canónigo emérito de la Catedral y director espiritual del seminario San Pelagio
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"Formador de sacerdotes, maestro de espíritus, apóstol del Corazón de Jesús, sacerdote santo y gran enamorado de Jesucristo" son algunas de las cualidades que el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, ha destacado este sábado en la misa exequial de Gaspar Bustos, canónigo emérito de la Catedral y director espiritual del seminario San Pelagio.
Fieles de toda la Diócesis y de distintos rincones de España, así como el clero diocesano, los seminaristas y los obispos cordobeses monseñor Francisco J. Orozco, obispo de Guadix, y monseñor Antonio Prieto, obispos de Alcalá de Henares, han llenado las naves del templo principal de la Diócesis para despedir a este sacerdote "conocido en toda España y muy querido por todos".
El obispo de Córdoba, en su homilía, ha agradecido la presencia de todos y les ha dado la bienvenida en este día en el que, según el prelado, “nos encontramos un poco huérfanos ante la muerte de don Gaspar, aunque sabemos que continuará siendo intercesor y protector de todos”.
El prelado ha puesto en valor las múltiples cualidades de este “santo sacerdote” por el que ha pasado multitud de presbíteros y seminaristas a lo largo de estos más de 40 años, ya que como ha recordado el obispo, “el seminario ha sido la niña de sus ojos, el encanto de su corazón y de su vida”. “Don Gaspar ha gastado su vida por el seminario, por formar sacerdotes, así como por dirigir y acompañar a tantos aspirantes al sacerdocio”, ha subrayado monseñor Demetrio Fernández al tiempo que ha pedido que su alma “interceda por nosotros en el cielo, y su cuerpo quede en el seminario, en su casa”, de esta manera, los seminaristas podrán contar de manera palpable y tangible la presencia de don Gaspar en el seminario y acudir a su intercesión.
“Don Gaspar os ha querido muchísimo y vosotros a él. Su historia es una historia para ser contada”, ha aclamado el prelado recordando a las personas y congregaciones para las que don Gaspar ha sido un referente, como las Hermanas de la Cruz, Hogar de Nazaret o las Obreras del Corazón de Jesús de Villanueva de Córdoba, entre otras. “Ha dejado huellas de vida y de espíritu, de santidad por todas partes por donde ha ido”, ha aclamado monseñor Demetrio Fernández, añadiendo que “allí donde hay santidad, don Gaspar tenía un instinto de captarla para acercarse, acompañar y apoyar, por eso es tan querido en el mundo espiritual del siglo XX y XXI”.
Este sacerdote de la diócesis de Córdoba ha dado miles de ejercicios espirituales por toda España y se ha distinguido por el don de consejo, “un don del Espíritu Santo que en él abundaba”. Su vida ha estado marcada por el amor de Dios, a él nadie le ha separado de este amor que ha sido el centro de su vida, como ha recordado el Obispo, “el Sagrado Corazón de Jesús es el núcleo de la vivencia cristiana, un amor que es misericordia para todos. Don Gaspar ha sido un apóstol del Corazón de Jesús en nuestro tiempo”.
El pastor de la Diócesis ha realzado que “en don Gaspar ha rebosado el amor al sacerdocio ministerial, esa pasión al sacerdocio y la vocación sacerdotal, ya que alentaba, sostenía y acompañaba a la vocación magistralmente, por lo que sobresale en nuestra época como maestro de espíritus y formador de sacerdotes”.
Dirigiéndose a los sacerdotes y seminaristas, el obispo les ha alentado a dar gracias a Dios por haber tenido cerca a este sacerdote, porque “un sacerdote santo genera santidad en su entorno y si está en el Seminario configura todo el presbiterio de la Diócesis”. El cuerpo ha sido depositado en la capilla del seminario, donde a partir de ahora podrá ser venerado.
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