El Imgema fija ubicación para exponer las plantas caudiciformes "de gran interés botánico" que recibió donadas

La colección tiene un "altísimo valor", con 150 especies raras y 700 macetas en total que Ángel María Lara fue acumulando durante 15 años

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Donación de las plantas al Real Jardín Botánico.
Donación de las plantas al Real Jardín Botánico. / Juan Ayala

Córdoba/El pasado mes de febrero, el Real Jardín Botánico de Córdoba (Imgema) se hizo con una colección de "altísimo valor" donada por una familia cordobesa tras el fallecimiento de su hijo, que durante 15 años fue acopiando plantas caudiciformes suculentas hasta lograr un total de 700 macetas en una terraza de 70 metros cuadrados de un ático de la avenida de Libia.

Ángel María Lara Gil, que así se llama el protagonista de esta historia, murió con 46 años a causa de un cáncer de páncreas tras tres años y medio batallando con la enfermedad. "Las plantas le dieron vida", explicó el día de la donación su padre, Ángel Tomás, insistiendo en que fueron algo así como fundamentales para que su hijo sobreviviera tanto tiempo a una enfermedad que suele ser letal.

Ángel María fue visitante habitual del Jardín Botánico, incluso entre las visitas y sesiones de quimioterapia que recibía en el Reina Sofía. "Las plantas eran su mundo, le daban un poderío grandísimo", aseguró su padre. Ángel María, "un amante autodidacta de la naturaleza en todos los sentidos", empezó su afición con los animales y acabó enamorado de las plantas.

"Él veía una planta que le gustaba y, por difícil que fuera se buscaba la forma para tenerla. Tengo facturas de todo el mundo", relataba su padre. Tanto es así que logró armar una colección con más de 700 macetas y 450 especies diferentes, de las que 150 son consideradas "raras".

Se trata de una colección de plantas caudiciformes, "de las que se hace necesaria su ubicación y las labores de cuidado y mantenimiento debido al gran valor e interés botánico que presenta esta colección", se insiste en la memoria del presupesuesto del también Instituto Municipal de Gestión Medioambiental.

En el documento se añade que para ello se pretende aprovechar un espacio anexo a los invernaderos centrales, actualmente sin uso, "para ejecutar un proyecto de adecuación del terreno mediante la demolición de una parte de los sótanos de calderas y depósitos de la zona, la retirada de distintos elementos de la instalación en desuso y la posterior construcción de dos pabellones-umbráculos anexos a los invernaderos centrales y que sirvan para la exhibición de la conexión donada".

Además, se aprovecharán los sótanos, una vez remodelados, para su funcionamiento como aljibes de almacenamiento de agua recogida de las cubiertas de los invernaderos centrales anexos. "Estas actuaciones se completan con la adquisición de mobiliario y equipamiento de los umbráculos tales como instalaciones de tipo centro de jardinería en distintos niveles de exhibición, paneles informativos, etcétera", se añade en el texto.

En la memoria se insiste en que "todas estas actuaciones se justifican con la necesidad de disponer de una instalación para la atención, conservación y exhibición al público visitante de la colección de plantas de la colección". "La dotación presupuestaria solicitada para esta línea de inversión es de 95.000 euros", se concluye.

El equipo de técnicos del Jardín Botánico de Córdoba, encabezados por Carmen Jiménez, tasaron económicamente la colección como  "muy valiosa" en el mercado. Desde el punto de vista científico Jiménez la catalogó como "muy interesante", destacando especialmente la colección de Euforbias, un género bastante difícil de conseguir del que Ángel María guardaba muchísimos ejemplares, "algunas de ellas muy raras y difíciles de cultivar".

Son todas plantas suculentas, casi todas con espinas, algunas cactáceas (cactus) y otras poco conocidas, que son muy típicas de coleccionista como las caudiciformes , que acumulan el agua en dos tallos y hacen como un engrosamiento de botella.

Para hacerse una idea de la biodiversidad que atesora la colección, en todo los Patios de Córdoba se cultivan aproximadamente 500 especies, solo 50 más que en la colección donada por la familia de Ángel María al Botánico. "Es realmente impresionante como en 70 metros cuadrados de terraza podía tener tantísimas plantas y con esa biodiversidad", concluyó Jiménez.

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