El impacto de la sostenibilidad en las empresas agroalimentarias: entre la regulación y la responsabilidad
Tribuna universitaria
La elaboración de memorias de sostenibilidad se ha ido popularizando desde la década de los 70
Leáse con urgencia
Córdoba/El sector agroalimentario está en el foco de muchos de los cambios normativos de la Unión Europea (UE) por ser un sector fundamental para garantizar no solo la seguridad alimentaria de los países miembros sino también la conservación del medio ambiente. Tal es así, que cada vez son más las empresas de este sector que toman como fundamento de su comportamiento la denominada Responsabilidad Social Corporativa (RSC), y que tienen en la elaboración de las memorias de sostenibilidad una forma de divulgar las acciones realizadas en relación con esta materia.
La elaboración de memorias de sostenibilidad se ha ido popularizando desde la década de los 70, siendo la aparición de este tipo de divulgación muy positiva para la sociedad en su conjunto puesto que facilita el que las empresas apuesten por opciones más transparentes y responsables. Esto ha facilitado que la UE en al año 2014 promulgara la primera normativa, vía directiva (Directiva 2014/95/EU), que hacía obligatoria la elaboración de este tipo de memorias a grandes empresas con determinadas características, tratando, además, de regular y armonizar la información que contenían estos documentos. Así, las empresas debían divulgar sobre sus acciones en cuestiones tales como el medioambiente, las condiciones laborales, el respeto a los derechos humanos, o la implantación de prácticas anticorrupción y soborno.
Esta primera directiva afectó aproximadamente a 6.000 grandes empresas de la UE; no obstante, otorgaba mucha flexibilidad a los países miembros para que la trasladasen a su marco normativo, y los estudios que se realizaron sobre su impacto ponían en duda el compromiso de las empresas y su transparencia debido a su bajo nivel de divulgación. Entre estos estudios se observó que prácticamente no existían análisis en materia de empresas agroalimentarias, pese a que en España estaban obligadas a realizar estas memorias, siempre que cumplieran los requisitos establecidos por la Ley 11/2018 que trasponía esta Directiva.
En este punto, un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO) con la colaboración de un miembro de la Universidad Autónoma de Madrid solicitó un proyecto de investigación, titulado Comportamiento de las empresas agroalimentarias desde la Responsabilidad Social Corporativa: ¿podría influir el comportamiento del consumidor?, a la Junta de Andalucía. Este proyecto les fue concedido y se está desarrollando en la actualidad, investigando precisamente el nivel de divulgación y calidad de las memorias de sostenibilidad en este sector, así como los factores que facilitan o dificultan esta divulgación. El estudio se está haciendo extensivo a las pymes, ya que, en la última directiva promulgada por la UE (Directiva 2022/2464/UE), estas ya están obligadas a divulgar siempre que, de nuevo, reúnan determinados requisitos. Cuestión que hace pensar que, en un futuro próximo, esta normativa alcanzará a todas las pymes.
Así, en la primera parte del proyecto, bajo el régimen de la directiva de 2014, los resultados han mostrado que las empresas agroalimentarias españolas presentan un nivel de divulgación bajo, particularmente en cuestiones tan relevantes sobre cómo sus acciones afectan al medioambiente. No obstante, al realizarse una comparativa con otros países europeos (Alemania, Italia y Holanda), se observa que las empresas españolas presentan niveles similares a las alemanas e italianas, siendo la excepción Holanda donde aparecen con niveles aún más bajos. En la segunda parte del proyecto, ya bajo la directiva de 2022 y aplicando el reglamento de 2023 (sobre normas de presentación de la información sobre sostenibilidad), se ha detectado que los niveles y la calidad de la información de sostenibilidad divulgada siguen siendo en general bajos, aunque el hecho de que ya haya pymes agroalimentarias que están empezando a realizar estas memorias, pese a no estar obligadas aún por la normativa, puede reflejar un compromiso con la sostenibilidad. De hecho, en unas entrevistas realizadas a gerentes de pymes agroalimentarias, que se están llevando a cabo en la actualidad, muchos de estos declaran haber empezado a realizar memorias de sostenibilidad por razones sociales, poniendo de manifiesto que elaborarlas les ha ayudado a conocer mejor a su empresa y a sus trabajadores, además de contribuir positivamente en sus relaciones comerciales.
No obstante, entre los aspectos negativos comentan que para los consumidores el factor determinante de compra sigue siendo el precio, lo que desincentiva a las pymes más sostenibles a seguir invirtiendo en procesos de divulgación. Igualmente, consideran que, dada la tendencia global hacia la sostenibilidad y la creciente presión normativa, probablemente en algún momento también será obligatorio para ellos elaborar memorias de sostenibilidad y lamentan la falta de incentivos para que estas prácticas proliferen más entre pymes.
En la última fase del proyecto, que aún no se ha ejecutado, se pretende analizar si los consumidores recibirían positivamente un sello de transparencia presente en el etiquetado para aquellas empresas que divulguen más cantidad de información y con mayor calidad.
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