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Educación
Es un inicio de curso atípico para los niños en Córdoba. La incertidumbre de los padres de llevar a los bebés hasta las aulas de las escuelas infantiles reina este año a causa del covid-19 y, también, de los debates entre las administraciones públicas y las organizaciones acerca de la seguridad de este regreso a clases.
Así las cosas. Solo uno de los padres llevará al menor hasta la puerta del centro, haciendo uso de la mascarilla y manteniendo siempre la distancia de seguridad entre los otros padres, una imagen poco común en un primer día de clases y que, para los centros más grandes, contará con la colaboración de la Policía Local.
Los trabajadores estarán esperándolos ataviados con mascarillas, una alfombra desinfectante para los zapatos, gel hidroalcohólico y, en algunos casos, otros zapatos limpios para el niño y calzas desinfectadas para ellos, que se dirigirán con el menor a cumplir con la toma de temperatura y el lavado de manos.
Este panorama estará acompañado, también, por la restricción de paso de cochecitos o sillas, la desinfección de juguetes u otros complementos que traigan de fuera y la prohibición de llevarse el chupete y peluches de nuevo a sus casas, por lo que deberán dejarlo en el centro para ser lavados y desinfectados a diario.
El inicio de curso no arrancará en Córdoba sin que los más de 10.000 trabajadores (y posibles trabajadores) se hayan hecho los test rápidos para descartar riesgos. Así lo informa la presidenta de Escuelas Infantiles de Córdoba, Rosario de la Peña, quien también ha sido sometida a la prueba.
De la Peña se muestra preocupada por el atraso en la etapa educativa que supondrá el absentismo escolar derivado de la pandemia, y también, por las consecuencias económicas que traerá esta misma situación para las familias dueñas de estos centros y los trabajadores que dependen de ellos.
Estas escuelas llevaban cerradas desde la declaración del estado de alarma. Durante este tiempo, las escuelas adheridas han recibido una ayuda de 180,20 euros al mes por plaza ocupada para el mantenimiento de los empleos hasta el 31 de julio. Esta ayuda ha sido calificada como "insuficiente" por De la Peña, quien además se muestra preocupada por el protocolo a seguir en caso de que haya algún positivo en un aula. "Si hay un caso y hay que confinar, ¿Cómo nos mantenemos?, el incremento del 15% en el precio por plaza se ha quedado en nada por el absentismo y perder más niños sería la ruina de muchas escuelas", advierte De la Peña.
Los datos le dan la razón. Las plazas ofertadas en la provincia de Córdoba este año han sido 11.676, lo que supone 192 más que el anterior ejercicio. Aún así, solo 7.387 alumnos comenzarán el curso este martes en las escuelas infantiles sostenidas con fondos públicos de la provincia, lo que supone un 8% menos con respecto al año pasado, unos 643 niños.
Se mantiene la tendencia a la baja en el número de matriculaciones de los últimos años por la caída de la natalidad, agudizada esta vez por las consecuencias de la pandemia. Estos alumnos se repartirán entre las 246 escuelas infantiles de 0 a 3 años sostenidas con fondos públicos. De ellas, 214 son de titularidad privada pero adheridas al Programa de Ayudas a las Familias de la Junta de Andalucía. El resto, son de titularidad de la Junta.
Tras 12 años congelado, el precio por una plaza escolar en los centros de primer ciclo de Educación Infantil ha pasado de 278,88 a 320,71 euros. Un incremento, no obstante, que no sufrirán las familias, ya que la diferencia la sufragará la Junta de Andalucía. De esta forma, la cantidad máxima que pagarán las familias seguirá siendo de 278,88 euros.
Además, las familias disponen de unas “bonificaciones” que se aplican en función de sus niveles de renta y que pueden alcanzar hasta el 100% de reducción en el precio por plaza.
De las 34 plazas disponibles en el CEI Educare Eduquere de Córdoba, por ejemplo, al menos ocho padres no están seguros de llevar a sus hijos a las instalaciones durante la primera semana. El dueño del centro, José Luis Victorio Beltrán, explica que muchos padres esperarán para ver el desarrollo de las actividades durante los primeros días, saber cómo se están aplicando las medidas de seguridad y asegurarse de que todo marcha bien para decidir sobre la futura incorporación de sus hijos a las escuelas.
Otros padres no tienen opción. Para muchos el teletrabajo se terminó y llevar a sus hijos al cole es la única opción que tienen para seguir trabajando tras más de cuatro meses con los niños en casa.
Debido a la pandemia por covid-19, que parece estar lejos de ser controlada pronto en España, este año se ha establecido un protocolo de medidas higiénico sanitarias en las escuelas infantiles, que ya de por sí son centros en los que la higiene y la seguridad tienen un peso notable, debido a la alta vulnerabilidad del alumnado.
Se establecen grupos de convivencia de alumnos que no podrán mezclarse en ningún espacio, ni siquiera en el aula matinal ni en la siesta. Las trabajadoras deberán evitar, en la medida de lo posible, coger a los niños en brazos, "aunque si es necesario hay que consolarlos", además deberán extremar la higiene a la hora de cambiar el pañal.
Las entradas y salidas del centro deben estar debidamente señalizadas y los profesionales deben evitar todo contacto entre ellos, deberán usar el pelo recogido, sin bisutería, las uñas cortas y sin esmalte.
El lavado continuo de la ropa usada en el centro a una temperatura de 60 grados es también recomendable. Los juguetes, colchonetas y material que usen los niños deberá ser higienizados constantemente con detergentes desinfectantes homologados y deberán fomentar el espacio exterior si es posible.
Los niños tendrán casilleros individuales en la entrada al centro y sus maestras limpiarán sus juguetes, superficies, cambiadores, cada pomo de puerta, tablet y teléfono al menos tres veces al día.
Las medidas parecen ser insuficientes para que muchos padres se sientan seguros a la hora de llevar a sus hijos al cole. Ya la Plataforma de Ampas Cordobesas Niñ@s del Sur ha anunciado una serie de acciones y movilizaciones ante lo que consideran una "inseguridad manifiesta" en el retorno a la actividad escolar presencial.
Las Ampas, que se han reunido en vigilia el pasado viernes, han pedido la disminución del número de alumnos por clase "esta vez no solo para mejorar la calidad educativa, sino también para evitar posibles focos de coronavirus". Para la presidenta del AMPA del CEIP Algafequi, Erin McNulty, las medidas de seguridad "están bien" pero "serán insuficientes".
Las Ampas piden que se mantengan ratios de 15 a 20 alumnos como máximo para no poner en riesgo la salud de los menores y de toda la comunidad educativa. "Con la pretendida supresión de líneas, en algunos de estos centros las ratios sobrepasarían los 25 alumnos por aula", aseguran.
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