Encuentran un incunable desconocido en la Biblioteca Diocesana de Córdoba
Investigación
El investigador de la Universidad de Córdoba Julián Solana localiza un volumen colectivo en el que se incluyen otros cinco incunables más
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Las bibliotecas son lugares donde se pueden encontrar incontables tesoros, más aún en las que conservan ejemplares antiguos, de esos que no se quieren tocar por no estropearlos. Trabajando en los fondos de la Biblioteca Diocesana de Córdoba, el investigador del grupo de Filología Latina y profesor emérito de la Universidad de Córdoba (UCO) Julián Solana ha hallado uno de esos tesoros: una edición desconocida hasta la fecha de Las Elegancias, un incunable impreso el 7 de noviembre 1487 de 24 folios.
Con el título Elegantiae terminorum ex Laurentio Valla et aliis collectae, la obra es un resumen extraído de las Elegancias del humanista italiano Lorenzo Valla, impresa por el tipógrafo holandés Gerard Leeu en Amberes y que supone una nueva forma de acercarse al aprendizaje de la lengua latina pues trata, como si fuera un diccionario, sobre el significado más común de las palabras, el contexto en el que se usan y cómo diferenciarlas de otras de significado parecido.
La Universidad de Córdoba ha informado de que el hallazgo de la obra, de la que se sospechaba su existencia por otro ejemplar incluido en el catálogo para la subasta de la biblioteca de un antiguo noble neerlandés, pero de la que nunca se había encontrado un ejemplar físico, permite completar el mapa de los llamados incunables, los primeros libros que se imprimieron desde que Gutenberg desarrolló su imprenta de tipos móviles e imprimió con ella el primer libro (1455) hasta el final del año 1500.
De hecho, la obra ya ha sido incluida en un catálogo alemán (Gesamtkatalog der Wiegendrucke) que recoge todas las ediciones incunables existentes.
El hallazgo de Solana en la Biblioteca de la Diócesis de Córdoba no se limita sólo a Las Elegancias, pues esta obra estaba encuadernada dentro de un volumen junto a otros cinco incunables más.
Dos de ellos son también ejemplares “raros”, en palabras del investigador: uno de ellos es el único ejemplar completo conservado de la edición parisina de Antoine Caillaut (1483) del Ars memorativa de Jacobus Publicius, que incluye un cuadernillo con grabados con técnicas nemotécnicas para memorizar discursos, y el otro es una edición de un sermón de San Agustín (Oxford, Rood & Hunte, en torno a 1483) del que sólo se conserva otro ejemplar en Reino Unido.
A ellos se suman una obra atribuida a Aristóteles (Secreta secretorum), pero que en verdad es una obra árabe sobre consejos a un príncipe para gobernar bien, los Dísticos de Catón con consejos didácticos y morales o las enseñanzas de un padre a su hijo para hablar bien y saber cuándo y cómo hablar o guardar silencio (De arte loquendi et tacendi de Albertano de Brescia).
Las temáticas de todos ellos son similares: relacionadas con aspectos didácticos, morales y sobre el comportamiento. Según Solana, esta característica común es uno de los motivos por los que ejemplares impresos en diferentes países (principalmente en Países Bajos, pero también en Francia o Reino Unido) entre 1483 y 1487 acabaron encuadernados juntos. Como si el propietario del volumen hubiera querido agrupar una colección de libros.
Y esa persona posiblemente fuera William Hewster, un clérigo y profesor de la Universidad de Oxford y decano de la institución entre 1483 y 1489 cuyo nombre aparece en uno de los cortes del libro y quien, por su profesión, podría estar interesado en esos temas.
Estos ejemplares, como muchos libros actuales, cuentan con anotaciones en los márgenes que resaltan el contenido e indican de qué trata esa parte concreta sirviendo de ayuda a quien lo estaba leyendo. En total, hay anotaciones correspondientes a cinco personas diferentes, escritas entre el siglo XV y el siglo XVII y algunas de las cuales ya están en español. Sin embargo, se desconoce cuándo llegó el libro a Córdoba.
Solana trabaja con la posibilidad de que viniera por Leopoldo de Austria, obispo de Córdoba entre 1505 y 1557, o alguien de su séquito. Leopoldo de Austria fue hijo ilegítimo de Maximiliano de Austria, hermano de Felipe el Hermoso y de Jorge de Austria, obispo de Lieja, y tío, por tanto, del emperador Carlos V y de María de Hungría, que fue gobernadora de los Países Bajos.
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