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Córdoba/Inés Torralba (1962) es una escritora cuya vida es merecedora de ser contada en un libro, como un ejemplo de luchar pese a todo y con una frase de cabecera: “El no ya lo tienes”. Tras perder un 90% de visión hace 18 años, un concurso de la ONCE la animó a escribir y ahora ha publicado Club Caribe, su tercera novela, una historia policíaca que se desarrolla en Córdoba.
La escritora posee una neuropatía severa en los ojos, de la que desconoce su origen y que descubrió sin aviso. Como explica, en 2006, durante su último día de vacaciones, comenzó a ver un poco borroso. Al día siguiente, cuando ya estaba en su lugar de residencia, decidió acudir al médico. La respuesta fue demoledora: los profesionales que la atendieron le comunicaron que esta situación no tenía remedio y que, lamentablemente, su vista era irrecuperable. “En ningún momento pensaba que me podía ocurrir algo así”, confiesa. La enfermedad la había dejado con un 10% de visión en un ojo y un 8% en el otro. En ese momento de su vida tuvo que elegir entre dos opciones: “Seguir adelante o seguir adelante”.
Tuvo que dejar su trabajo. Más tarde, dejó su residencia en Barcelona para mudarse a un lugar donde el ritmo de vida fuese más tranquilo. Sus hijos eran muy pequeños, uno de ellos tenía solo dos años. Contó en todo momento con la complicidad de su marido, un pilar fundamental. Durante los primeros días, relata que dejaba a sus hijos en el colegio y "me iba al sillón de mi casa a llorar". Pero no se dejó hundir y comenzó a forjar una historia de superación. Y comenzó a hacer algo inesperado: correr. El primer día corrió 500 metros, el segundo, 550. A los seis meses corría 10 kilómetros todos los días. “Pensé en correr por si así huía de los problemas. Cuando estás en una situación tan mala es bueno buscar algo que quieras hacer”.
Cuando la escritora verbaliza su historia, señala algunos puntos que llaman a la reflexión: “Todos tenemos muchas cosas dentro, pero como no las investigamos, no sabemos que somos capaces”. Su relación con la escritura comenzó por casualidad. En el colegio de sus hijos necesitaban una historia y nadie se presentaba voluntario para realizarla. Ella siempre intentaba todo, y esto no iba a ser menos. Su “historieta” gustó tanto que al año siguiente volvió a repetir. Luego, un amigo suyo la animó a escribir. Cuentos, relatos cortos, relatos más largos.
Un día, en 2015, recibió una convocatoria de la ONCE sobre un concurso de relatos cortos. Sin pensarlo, y siguiendo su filosofía de vida, lo mandó. Y ganó. Cuando le dieron la noticia de su victoria, le comunicaron algo muy especial: uno de los jueces del certamen había dicho que su relato parecía profesional. “Había notado madera en mí”. Más tarde, ganó el XVII y XVIII Concurso de Microrrelatos del Consejo Territorial de la ONCE de Andalucía, Ceuta y Melilla.
Torralba soñaba con escribir una historia que se desarrollara en unas 300 páginas. “Ojala tuviera un día una idea lo suficientemente buena para escribir una novela”, pensaba la escritora hace unos años. A día de hoy, tiene varios libros: El demonio que me acecha, la primera novela que publicó, gracias a un anuncio que de una editorial que buscaba nuevos manuscritos; La verdad de tus mentiras, la primera novela que escribió; y Club Caribe, editada el pasado junio en Mascarón de Proa, un sello del grupo Almuzara.
Parte de su familia materna es de Benamejí y ahora reside en Córdoba; también pasó unos años en Granada. “Yo creo que es mi ciudad, me gusta muchísimo, si obviamos julio y agosto que son tremendos", dice entre risas. "Es una ciudad que está bastante bien, se está trabajando la inclusión con semáforos sonoros. Y hay una vida cultural que es una pasada, de aquí no me mueve ni un huracán”.
Inés Torralba sí que es un huracán, pero de positividad. “Mi vida tiene que ser diferente, pero no puedo renunciar a vivir lo más plenamente posible", destaca. Fue algunas veces al psicólogo, le dijo que algún día olvidaría como veía y se acostumbraría a ver cómo lo hace ahora. "No lo he olvidado, pero sí me he acostumbrado. Yo intento adaptar mi vida a mi capacidad, pero sin renunciar. Voy al cine, al teatro. Intento coger las primeras filas, eso me permite ver el movimiento de las figuras. Para mí eso es una satisfacción. Salgo a bailar, hago fotos. Luego, en mi tablet las amplio para ver lo que he visto”, explica.
Afiliada a la ONCE, esto le ha posibilitado conocer otras historias de superación, saber que hay cientos de personas que están pasando por momentos difíciles. Por eso anima a la gente a que acuda a la organización a realizar actividades. "Estos momentos de felicidad te ayudan a mantener el día a día, que ya es difícil para todos”. La escritora agradece la ayuda de la organización, ya que le ha dado herramientas y asesoramiento sobre todo tipo de temas. Respecto a la idea de tirar la toalla en algún momento, lo tiene bastante claro: “La vida es una”.
Sobre su forma de trabajar, explica que “mi teclado de escribir es normal, pero yo le tengo puestas unas pegatinas con unas letras muy anchas. Luego, utilizo mucho el lector, que me va leyendo lo que escribo. Además, tengo una pantalla enorme y pongo el zoom”. Respecto a cuál de sus obras le guarda un mayor cariño asegura que no puede elegir, aunque también confiesa que "la primera que escribes la pillas con más satisfacción".
La última comienza con “la desaparición de Marta Caparrós, el intento de fuga de una prostituta del Club Caribe y la aparición de un cuerpo desmembrado en el embalse de La Breña" en Palma del Río, un nuevo caso para la teniente Elena Suárez. La novela se desarrolla en un club de alterne ficticio, pero con unas ubicaciones reales. La historia de la mujer que está detrás de ella, todavía está por ser escrita.
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