Las jirafas llegan por primera vez al Zoo de Córdoba
Medio Ambiente
Bulería y Kenia se convierten en los primeros ejemplares de esta especie en habitar el espacio de la avenida del Liceo
Ambas proceden de la reserva del Bioparc de Valencia
El Parque Zoológico de Córdoba ya cuenta con un ejemplar de jirafa dentro de sus muros. Se trata de Bulería, una hembra de nueve años con una envergadura de 4,30 metros y 800 kilos, que proviene del Bioparc de Valencia y ya forma parte de la vida del Zoo cordobés. Hoy ha sido la primera vez que la nueva inquilina ha conocido el exterior de su nuevo entorno ante la mirada atenta de un grupo de escolares y otros visitantes. A ella se unirá su hija Kenia, de tan sólo dos años y la mitad de peso y altura, el martes de la próxima semana, y juntas se convertirán en los primeros ejemplares que se podrán ver en el Zoológico.
Según ha informado la delegada de Medio Ambiente e Infraestructuras, Amparo Pernichi, la especie de la que provienen estas jirafas tiene su origen en Kenia y "se encuentra en peligro de extinción debido a las acciones humanas" que afectan al hábitat de las mismas. Los ejemplares llegan a Córdoba gracias a la colaboración del Zoológico con la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios (AIZA) y la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA) para asegurar las mejores condiciones de vida y mantenimiento de estos animales. Ambas pertenecían a los nueve ejemplares de jirafa que se encontraban en el Bioparc de Valencia, aunque se trata de las dos únicas híbridas, por lo que "el Zoo de Córdoba era el que mejor se adaptaba a sus necesidades", ha expresado Pernichi.
La delegada ha afirmado que el Zoo "tiene la infraestructura necesaria para acoger jirafas desde su reforma en 2004" y que este espacio "se sitúa entre los mejores en el ranking de bienestar animal", por lo que se ha conseguido traer a los ejemplares "en el mínimo espacio de tiempo" cumpliendo con las condiciones necesarias. Las jirafas estarán vigiladas por cuatro cuidadores que han recibido una formación específica, al igual que el equipo técnico y veterinario que trabajan en el recinto con el resto de animales que lo habitan.
Tanto Bulería como Kenia han vivido en cautividad desde su nacimiento: la madre nació en Jerez y la hija en Valencia. La delegada ha indicado que esto cumple con el cambio que ha sufrido el Zoo a lo largo del tiempo, en el que "ha pasado de ser un espacio de exhibición de especies a convertirse en un reservorio genético" que asegura la continuidad de la misma y donde prima su cuidado y adaptación al ambiente sobre el carácter de exposición pública.
Al tratarse de una especie en peligro de extinción, Pernichi ha hecho hincapié en que se debe "sensibilizar sobre la necesidad de proteger el hábitat de estos animales" y el impacto de nuestras acciones en ella, al igual que hay que "comenzar con la educación ambiental alrededor de estos ejemplares" para darlos a conocer dentro de la sociedad cordobés y concienciar sobre la importancia de tenerlos en el Zoológico local.
La delegada ha calificado la actitud sobre el espacio natural de estas jirafas como "un modo depredador" ya que las acciones humanas han contribuido a su deterioro a través de actividades "como la explotación minera, la agricultura expansiva y, sin duda alguna, la explotación de los recursos naturales".
El hecho de traer a madre e hija al mismo lugar entra dentro de la preocupación por asegurar el bienestar animal y su relación con otros de su especie, algo que además facilitará la adaptación de ambas a su nuevo entorno al igual que el trabajo de los cuidadores y técnicos del Zoo.
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