La limpieza de la noria de la Albolafia de Córdoba saca a la luz su origen almohade
Patrimonio
Un estudio de la Gerencia de Urbanismo revela que la noria cuenta en su base con materiales y técnicas propias de los almohades
Las mejores imágenes de la noria de la Albolafia tras descubrirse su origen almohade

Córdoba/La limpieza del histórico Molino de la Albolafia ha sacado a la luz su origen almohade, descartando otras teorías que situaban su construcción en el siglo IX, más concretamente durante la época de Abderramán II. Un estudio realizado por la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) ha revelado que tanto los materiales como las técnicas constructivas utilizadas en los cimientos de la noria (en los sillares) y en la arquería son propias de la arquitectura almohade, situándolo en la segunda mitad del siglo XII.
El jefe de la Oficina de Arqueología de la GMU, Juan Murillo, ha recordado que otras teorías situaban el origen de esta construcción en el periodo almorávide, pudiendo formar parte de un palacio construido sobre el río "a partir de una supuesta cita de un texto árabe"; y también se especulaba con que pudiera ser parte de una fábrica mudéjar.
Sin embargo, todo ello ha quedado descartado tras el análisis de la base de esta infraestructura hidráulica en la primera fase de los trabajos de limpieza y recuperación de este bien patrimonial de Córdoba, que se han desarrollado a finales del pasado año y gracias a los cuales el molino "ya luce con dignidad", según ha destacado el alcalde, José María Bellido.
Murillo ha recalcado que "pocas veces con un presupuesto tan corto se han obtenido mejores resultados" porque han testado los materiales que van a utilizar en la restauración y, sobre todo, han obtenido toda la documentación que necesitaban para redactar todo el proceso. "Ya tenemos elementos como para poder resolver algunos de los problemas que tenía planteada la Albolafia", ha puntualizado.
Al respecto, ha explicado que la función que había llegado hasta nosotros era como molino, no como una noria. "Sabíamos que era una noria por una serie de datos iconográficos, como su presencia en el escudo de la ciudad ya desde el siglo XIV, y también por referencias textuales a raíz de la famosa anécdota cuando Isabel la Católica ordena desmontarla", ha indicado.
Sin embargo, el momento en que se había construido era una "incógnita". Por ejemplo, Murillo ha destacado que se sabía que en el momento de la conquista cristiana ya había una noria que continuó hasta el final del siglo XV. Sobre su origen "se ha dicho de todo" y por fin "se ha podido hacer el correspondiente análisis" y la fase inicial de lo que se conoce como noria de la Albolafia "es almohade".
"Lo sabemos tanto por las fábricas como por las características de la arquería, un arco que queda más los que desaparecieron, y los cimientos sobre los que apoya exactamente igual", ha especificado para agregar que "luego hay un añadido de época mudéjar de lo que es el actual soporte, que es una reforma del siglo XIV, después de la conquista cristiana". Se trata de una reforma que "es casi una reconstrucción porque debió producirse" para arreglar un colapso en una parte de la estructura.
El destino del agua que movía también refleja su origen. Por una parte, "no tendría ningún sentido en época omeya (la teoría de que era de época de Abderramán II) por la sencilla razón de que el nivel del agua está muy por debajo de los niveles de suelo del alcázar omeya, que está intramuros". Murillo ha apuntado que "no podría haber llevado el agua al interior del alcázar por la sencilla razón de que no la elevaba, y habría sido necesario otro gran estanque y otra noria para volver a elevar el agua, lo cual habría dejado alguna constancia que no hay". "Sabemos que quien lleva el agua al alcázar es el propio Abderramán II y lo hace con un canal", ha aseverado.
Además, ha explicado que los textos árabes dicen que el agua de los ríos era de la de peor calidad posible, lo que indica que el agua que movía esta noria estaba destinada al riego de los jardines y huertas y "no a consumo humano, ni a un hammam o un baño".
El estado de la rueda
La arquitecta y coordinadora de gestión de Casco Histórico en la GMU, Rosa Lara, ha reconocido que pensaban que la rueda "estaba en mucho peor estado y, en principio, lo que se ve, la parte que ha quedado por encima de la tierra, está en muy buen estado". Luego, han testado los productos que quieren aplicar en la siguiente fase de restauración de los radios y de las palas y "parece que funcionan muy bien". Lara ha señalado que lo que les "sorprendió negativamente es que toda la parte enterrada de la rueda, que esperábamos que siguiera esa estructura, ha desaparecido" ya que se la han comido los insectos xilófagos.
Por otro lado, se están haciendo estudios paramentales y los resultados "están siendo muy interesantes". También ha destacado que los tratamientos que han aplicado "en principio" están yendo bien, con lo cual "son unos productos de una calidad idónea", y ha añadido que solo han tenido que reponer un sillar que "se había perdido".
En este sentido, ha felicitado a la empresa adjudicataria de estos trabajos, Arqueobética, por su buen hacer, destacando al jefe de obra, a la restauradora y a los operarios, que durante varios meses "han estado descolgados limpiando a mano los sillares porque era lo menos invasivo".
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