La magia de Rozalén enseña a Córdoba "la cara amable del mundo"

Córdoba/“Y bailes, aunque no sepas”. Era una muy calurosa noche de julio. El Festival de la Guitarra de Córdoba la recibía a ella. Rozalén tenía una cita reservada en la ciudad para llevar su magia hasta la grada más alta de la Axerquía. Con la Mezquita de testigo, este encuentro comenzó sobre las 22:30. Gracias a una intro que animaba a disfrutar de los abrazos, los sentimientos empezaron a inundar el escenario. Rozalén abrió su corazón y el público sintió sus abrazos. 

Comenzó el concierto con Lo tengo claro. En el escenario no estaba sola, lo hacía con su intérprete de signos, Bea. Tenemos claro que el compromiso de Rozalén la hace única. “Ahora sí, muy buenas noches Córdoba”. No tardó ni dos canciones en saludar y agradecer a su público el apoyo que le brinda en cada uno de sus espectáculos. Sonó Sácame la pena y todos la llevaron a bailar. Al compás de la positividad de la cantautora, los espectadores disfrutan de este segundo tema. Llegó el turno de Te cuidaré de lejos. Mientras en la pantalla del escenario se dibujaban instantáneas de paisajes naturales. Para la siguiente canción, los espectadores prepararon sus móviles y consiguieron tener un recuerdo que fuera eterno. Y busqué llegó a Córdoba.

Poco ruido se escuchaba en la grada alta, los espectadores disfrutaron con los cinco sentidos puestos en la artista. Pensando en sus letras, sintiendo su música y sin perderse ni un acorde. “Voy a hablar un poquico que así se me van los nervios. Que frescura siempre en Córdoba”, dice la artista mientras hace referencia a las altas temperaturas que asoman en la ciudad. “Fíjate si es noble la gente que eso da igual. Pruebas una vez el salmorejo y se te pasa todo”. 

"Creo y espero que vais a disfrutar de un concierto que es diferente y espero que sea especial. Sabemos que el disco no ha salido hace mucho, pero como soy cantautora os voy cantando mi vida", ha contado. En este disco de El Abrazo, "os narro muchas cosas que he vivido en estos últimos años. Tiene que ver con lo universal en el arte, canciones de amor y de muerte. Tengo una intención que es vaciaros un poquito y luego volver a llenaros, que los años de estudio de Psicología me sirvan para algo. Pero como siempre, acabemos celebrando la vida, espero que nos sintamos como en el salón de casa. Estás cositas que me han pasado a mí, espero que os lo llevéis a vuestro terreno”. 

La cara amable del mundo llenó de amor las inmediaciones del recinto. Una canción que ha escrito y dedicado a un familiar muy querido de la cantautora, su sobrino. Una canción que tiene significado para todas las personas. Este tema te aporta pequeñas enseñanzas que te ayudan a vivir y a crecer. “No sé si, en realidad, me estoy diciendo a mí misma todos estas cosas. Vamos a intentar mostraros esa cara amable del mundo”, reflexiona la artista . 

Sobre las 23:00 llegó el turno de Vuelves y Comiéndote a besos. Una cita que dibujó sonrisas en los espectadores cordobeses. También hubo tiempo para montarnos en El tren de Rozalén. 

La cantautora también se sintió como en casa y sacó su lado más profundo, para que Córdoba la pudiera abrazar, también. “Me ha tocado despedir a muchos seres queridos. No voy a decir esto por victimismo ninguno, porque forma parte de la vida. Hasta os diría que el hecho de abrazar esas ausencias, me ha hecho amar mucho más la vida. Había ciertas tristezas que yo tenía, que al estar la muerte y la enfermedad cerca se me han esfumado un poquito”. Respecto a su canción Ceniza, tema donde narra lo que vivió cuando su abuela se marchó en 2020, la cantautora narró uno de sus significados: "Quería hacer esta canción para no olvidarme y para agradecerle a las profesionales de aquella unidad de paliativos. Cuando hablo de las hadas de alas blancas que te devuelven la dignidad, son esas enfermeras o médicas”, explica. Los pelos de punta. Así fue como acabó mucha gente al escuchar aquellas referencias.

Nostalgia a la infancia, recuerdos de familiares que han partido y muchos, muchos sentimientos afloraron en la Axerquía. “Rozalén, Rozalén, Rozalén”. Era lo que se escuchaba a las 23:33. Luego tocó interpretar Todo lo que amaste, mirando al cielo, donde nos regaló un abrazo eterno. Ya lo advirtió la artista, hoy toca vaciarse por completo. La emoción y alguna que otra lágrima invadió el recinto. 

Entre tanto sentimiento a flor de piel, también se necesita un poco de chispa, “tengo ganas de que os vayáis de aquí con un poquito de ganas de ser de Albacete. Voy a hacer mi pequeño momento patrio. Tenemos un propósito, que la Bea aprenda a bailar una seguidilla. ¿Os parece bien una jotita?, y sonó Es Albacete. La cantautora también se animó a bailar al ritmo de la canción . 

 A las 23:46 el teatro se puso a Vivir. Ahora sí, los espectadores comenzaron a llenarse de alegría y disfrutar al ritmo más bonito. También sonó 80 veces. El ritmo había echado ancla en la Axerquía, era hora de disfrutar de Tres días en Cartagena. Justo cuando el reloj se posaba en la medianoche, Rozalén plantó Girasoles en el teatro. “Venga que nos vamos”, decía. La gente quería y aclamaba otra. La artista abandonó el escenario, pero volvió para cantar Llévame. Para interpretar La puerta violeta, “derrumbó” las barreras del escenario y salió a la pista a sentir a sus seguidores. “Qué bonito es cuando cantamos así, mirándonos a los ojos”. 

Todo sigue igual le puso el broche a una cita donde todos los sentimientos tuvieron su momento. Los cordobeses terminaron saltando, haciendo vibrar el teatro con la magia de Rozalén. Ella dejó claro que las hadas existen y que no hay nada más mágico que un buen abrazo.