Maternidad cinéfila

Las entradas agotadas del Teatro Góngora desde hace varias semanas eran muestra de la gran expectación del público cordobés por ver Una madre de película, última obra de Juan Carlos Rubio interpretada por Toni Acosta.

El artístico tándem Acosta-Rubio lleva al escenario el síndrome del nido vacío, circunstancia vital que la gran mayoría de mujeres de mediana edad deben afrontar. En el caso de Eva María, protagonista de la historia, se encuentra en primeras fases de duelo. Con su hijo a un océano de distancia surge la pregunta de aquella canción de verano machacona que le ha perseguido toda la vida: ¿Qué voy a hacer? Recluida en el dormitorio vacío de quién ha sido siempre el motor de su existencia comienza a repasar la película de su vida. Cada secuencia mostrará ese camino que ha recorrido, repleto de momentos alegres y tristes, hacia un desenlace inesperado pero lleno de consuelo.

Juan Carlos Rubio vuelve de nuevo a asombrarnos con un texto fresco, cargado de un imaginario visual- sonoro muy cercano a la generación de los 80 en adelante que llenaba las salas de cine y con maestría despliega su habilidad para crear comedia sin soterrar en exceso el drama sobre el que está cimentado para conseguir divertir y tocar fibras sensibles.

Ayudado de la magnífica escenografía diseñada por Estudiodedos, música de Mariano Marín y luz de Nicolás Fischtel elabora la ambientación idónea para que una actriz soberbia suba a las tablas y se apodere de ellas. Toni Acosta nos atrapa en su red tejida a base de vis cómica, fragilidad y ternura al mismo tiempo. Sus ochenta minutos de monólogo son una travesía donde no deja pausas para que el público salga del vehículo que ella conduce hasta dejarnos en el destino donde recibe su más que merecida ovación.

¿Qué voy a hacer? La maternidad como sentimiento, condición, estado... El papel que al aparecer se convierte en parte inexorable en la vida de una mujer y conforme pasa el tiempo adquiere significados diferentes. Sin maternidad el mundo se hubiera ido al traste a una velocidad mucho mayor de lo que se está yendo. Si las madres gobernasen, la Historia sería mejor.