El meandro de las nutrias artistas

Desde hace unas semanas, una familia de este mustélido exhibe sus acrobacias acuáticas en los Sotos de la Albolafia para asombro de quienes pasean por la Ribera

Una de las nutrias nada en el Guadalquivir, ayer por la tarde.
F. J. D.

24 de enero 2012 - 01:00

Decenas de personas han visto ya las nutrias que campan a sus anchas por el meandro del Guadalquivir, junto a los Sotos de la Albolafia de la capital. Las nutrias, que han perdido la vergüenza y que hacen caso omiso a su carácter esquivo, saltan, nadan, pescan e incluso juguetean con la corriente entre la arboleda para deleite de pequeños y de mayores, que gracias a estas jornadas de sol se agrupan en la Ribera para ver a esta familia de mustélidos en una imagen insólita, sobre todo porque la nutria tiene un elevado nivel de protección y hasta hace un par de décadas eran muy escasas.

Sin embargo, y pese a que ahora se las puede ver sin problemas gracias a que el río no va crecido y a que hace muy buen tiempo, las nutrias están censadas en el río desde los años 80, según confirmaron ayer a El Día fuentes de la Delegación de Medio Ambiente. Hasta hace 20 ó 30 años, la nutria era un animal exigente, que sólo vivía en aguas claras donde se criaban los peces de los que se alimentan, pero las alteraciones que han sufrido nuestros ríos con la llegada de especies invasoras como el cangrejo rojo o el mejillón cebra supone que la nutria pueda encontrar alimento en casi cualquier cauce, pues la aclimatación de estas especies es "poco exigente", según explican desde Medio Ambiente. Por eso, el mito de que la nutria necesita agua limpia para vivir no es tal, y habitan en el Guadalquivir. Lo que no es normal es que se vean tan cerca de la gente y sin ningún tipo de complejo. En Yotube incluso se han colgado vídeos en los que se ve a la nutria cogiendo una pez y llevándoselo a la orilla. Sí se ha constatado la presencia frecuente de nutrias en las inmediaciones del Jardín Botánico y aguas abajo en el Guadalquivir. También han conquistado los cursos de buena parte de los arroyos de la Campiña, donde antes no habitaban, ya que la nutria es una animal más propio de los cursos encajonados entre vegetación y riscos de la Sierra.

Pero la presencia de nutrias ha dado lugar incluso a la anécdota, pues una persona que paseaba con su perro vio como el animal se enfrentó a la nutria y acabó con ella, lo que se notificó a Medio Ambiente. En cualquier caso, las nutrias son ahora un aliciente más para pasear por la Ribera, pues aparte de demostrar su pericia en el arte de la pesca, se exhiben sin complejos y con mucho arte, con su natural elegancia en el agua.

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