Un médico acusado de la muerte de un bebé afirma que se manipularon datos

La Fiscalía solicita dos años de cárcel para el tocólogo de la avenida de América por un delito de homicidio imprudente

Acceso principal al centro de salud de la avenida de América.
Acceso principal al centro de salud de la avenida de América.
Ángel Robles

04 de diciembre 2007 - 02:51

Un tocólogo del centro de salud de la avenida de América -para quien la Fiscalía solicita dos años de prisión por la muerte de un bebé- argumentó ayer durante la vista oral que los datos que constaban en la cartilla maternal de la embarazada estaban "manipulados", por lo que no tuvo acceso a la información adecuada para evitar el fallecimiento del feto. Los hechos se remontan al año 2003, cuando la mujer se quedó embarazada por segunda vez.

Hasta en cinco ocasiones -según el escrito de acusación del fiscal- la madre acudió a que el procesado, especialista en obstetricia y ginecología, revisara su gestación, hasta que a finales de mayo acudió al Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Reina Sofía, donde se procedió a la inducción del parto. El bebé presentaba un cuadro de shock por anemia hemolítica con afectación multiorgánica e ictericia precoz. El 26 de mayo, el bebé tuvo que ser ingresado en la Unidad de Neonatología hasta que falleció el 7 de agosto. Según el fiscal, el procesado no le practicó a la gestante el test de Coombs, utilizado para detectar anticuerpos en la membrana fetal, lo que derivó en la muerte del bebé.

Tras declararse inocente, el especialista insistió a preguntas de la acusación particular que la cartilla maternal, en la que el médico de cabecera debe anotar los resultados de todos los análisis, fue "manipulada". "La cartilla era un auténtico desastre. La fecha de la última regla venía equivocada, el nombre, el peso del niño...", sostuvo el encartado, quien insistió en que, si hubiera tenido constancia de que el embarazo era de alto riesgo, habría derivado a la mujer a una unidad especial del Hospital Reina Sofía.

El interrogatorio se centró en por qué si el grupo sanguíneo de la embarazada era RH negativo -lo que obliga a realizar determinados exámenes clínicos a la madre-, no se tomó ninguna medida. El facultativo explicó que conoció este dato durante una de las últimas revisiones de la madre, y dijo que fue el padre quien instó a la matrona a que modificara el grupo sanguíneo que constaba en la cartilla maternal, pues venía equivocado. Según el facultativo, la enfermera tachó con típex la señal de positivo y, en su lugar, puso un negativo.

El encartado insistió, además, en que la caligrafía que aparece en el documento no corresponde a la del médico de cabecera, sino que las anotaciones fueron modificadas una vez que se abrió el procedimiento judicial. Insistió, además, en que "todos los resultado que constaban en el documento original señalaban un embarazo normal". La vista se suspendió debido a que la matrona, que había sido llamado a declarar como testigo, no se presentó a la vista oral. El Juzgado de lo Penal número 2 acordó con las partes aplazar la declaración de los testigos hasta el próximo 25 de enero.

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