La melodía de las ondas
Loco por la música
Existe la música en todo tipo de espacios radiofónicos: en los espacios informativos, deportivos, las tertulias o en los anuncios: siempre hay un lugar para ella
Los medios de comunicación son los instrumentos que para informar utiliza la sociedad. Sus usos pueden ser políticos, sociales, económicos, nacionales o internacionales, incluso locales. Dependiendo de los soportes utilizados, hay unos que se clasifican como audiovisuales, porque tienen la dualidad de ser vistos y escuchados a la vez. Aquí tenemos la televisión y el cine. También están los radiofónicos, cuyo formato de emisión es únicamente sonoro, lo cual tiene sus ventajas y desventajas respecto al audiovisual, más demandado socialmente.
Básicamente, la televisión y la radio son los dos medios de comunicación que más nos influyen, pues los medios digitales e impresos, aunque son medios de comunicación, obviamente no encajan en el tema de la sonoridad. La relación entre música y radio es tan estrecha que difícilmente podríamos entender ni tener una idea de cómo sería la radio sin la existencia de la música como parte del lenguaje radiofónico de incalculable valor sensorial.
La radio surgió primero que la televisión y es un medio que tuvo un surgimiento algo controvertido y cuya paternidad se le supone a diversos individuos. A partir de la década de los años 20 del siglo pasado, y necesariamente unida al desarrollo social, la música empezó a formar parte de la radio. Sí, hace 100 años aproximadamente, cuando se empezaron a popularizar las emisiones radiofónicas, la música que se escuchaba estaba en vivo, en el estudio, con músicos que con sus interpretaciones llenaban los espacios vacíos de las informaciones que se daban.
La relación radio-música desde esos inicios fue muy provechosa. La idea de deleitar y entretener a los oyentes fue una de las primeras intenciones de este medio, aunque dadas las limitaciones técnicas de la época, para trasmitir las actuaciones más relevantes no quedaba otra opción que trasladar sus micrófonos hasta aquellos escenarios en los que se desarrollase la actuación.
De cualquier forma, este método de llevar los micrófonos y la técnica a los escenarios se utiliza aún hoy, aunque exista un mayor desarrollo técnico y social que ha permitido a las emisoras adaptar acústicamente sus instalaciones para albergar orquestas, grupos de cámara, coros, etcétera, lo que ha supuesto un verdadero revulsivo y que las estaciones estén en condiciones de ofrecer una programación musical propia y variada. Podemos afirmar con rotundidad que la posibilidad de “enlatar” la música en discos ha ido aparejado a la incorporación, sobre los años 50, de los grabadores a la producción y la realización radiofónica. Con esto se propició un aumento del número de espacios musicales, el nacimiento de emisoras especializadas en música y la creación de piezas especialmente concebidas para el medio.
Como es evidente, existe la música en todo tipo de espacios radiofónicos. En los informativos, en los deportivos, en las tertulias, en los anuncios, entre otras. Siempre hay un lugar para la música, como también lo hay, lógicamente, en las emisoras cuya función es casi en exclusiva la divulgación y programación musical.
Como curiosidad está el hecho de que si se analiza la oferta musical de las distintas emisoras, se ve un uso desigual. En ocasiones te permiten escuchar íntegramente una canción, en otras es una melodía que suena de fondo mientras un locutor te invita a que te apuntes a una academia para mejorar tu idiomas o emprendas nuevos estudios. Teniendo en cuenta que cualquier composición es susceptible de despertar determinadas sensaciones y emociones, su utilidad en la radio puede variar sus funciones. Lo hacen según el contexto y es importante destacar la riqueza del lenguaje musical y las múltiples posibilidades de explotación de esta materia que priman en el ámbito de la comunicación radiofónica y, en especial, en la radio musical.
Hoy en día, la radio musical se ha convertido en un vehículo importantísimo para la difusión y creación de nuevos hábitos de escucha y gustos musicales. Estas emisoras especializadas atraen a más de la mitad de la audiencia total utilizando las conocidas radiofórmulas. Son la forma de inducir al oyente al gusto y apetencia por un tema o género determinado y a veces están sustentados por los réditos económicos que deja la continua difusión de estos temas, que a veces quedan en la cultura popular y otras se desvanecen tal cual llegaron de improviso.
En las emisoras de carácter comercial dirigidas a un público juvenil, se refuerza el lanzamiento de temas de moda. En las cadenas dedicadas a estilos musicales menos comerciales orientadas a sectores de público más restringidos, los locutores suelen realizar una labor de información, didáctica y crítica, para la mejor apreciación musical, antecediendo o sucediendo al acto de escucha de la obra en cuestión.
La definición de la radio como un medio de comunicación exclusivamente sonoro hace que se sirva también de la música como un recurso estructural de gran importancia para sí misma.
También te puede interesar
Lo último