"Los militantes del PP lo están pasando mal y necesitan un apoyo que no llega"

liborio cabello. expresidente provincial del pp y exparlamentario andaluz

Llegó a la política muy joven, en plena Transición, y salió en 2003 después de la última gran polémica del PP cordobés

Este profesor, ya jubilado, repasa el pasado y presente de su partido

Liborio Cabello durante la entrevista. / Sánchez Ruiz
Félix Ruiz Cardador

28 de mayo 2017 - 02:34

Liborio Cabello nació en la localidad de Pozoblanco en 1953. Comenzó en la política muy joven, en plena Transición, primero con Democracia Social, partido creado por Licinio de la Fuente y que fue una de las seis formaciones que conformaron la coalición Alianza Popular. Tras ser concejal en su municipio, Cabello llegó a mayores responsabilidades en Córdoba, donde fue presidente y secretario general del PP. Durante 12 años también fue parlamentario andaluz. En 2003 dejó la política activa y volvió a su puesto como profesor, del que se jubiló en 2013. Cabello, sentado en la terraza de la cafetería Bogue de Pozoblanco, repasa lo ocurrido hace más de una década y reflexiona sobre un PP provincial que en apenas unos días afrontará un nuevo Congreso.

-Usted, tras ocupar importantes cargos, salió de la vida pública hace más de una década. ¿Cómo recuerda lo ocurrido entonces? ¿Y cómo ha sido su vida posterior?

-Mi salida de la política, como algunos supongo que recordarán, vino supeditada por un acontecimiento muy similar al que se ha producido ahora en el PP cordobés. Entonces también se presentaron dos candidaturas al Congreso Provincial, aunque en aquella ocasión fue el candidato no oficial, el que se situaba frente al aparato del partido a nivel nacional, el que ganó. Enrique Bellido, al que yo respaldé, venció, y aquello tuvo consecuencias, claro. Una de ellas fue mi salida de la política activa, pues nunca nos perdonaron haber ganado aquel congreso al aparato y al secretario general de aquel entonces, que era Javier Arenas. Volví a mi puesto de trabajo, que ojalá que todos los políticos tuvieran un puesto de trabajo al que volver, cumplí con los años que me quedaban y desde hace más de tres años vivo jubilado y muy a gusto. Sigo con interés la política, porque han sido muchos años, pero mis deseos de volver a la política son cero. Pese a esa distancia, me he alegrado mucho de que una militante del PP como Rosario Alarcón haya tenido la valentía de dar un paso al frente optando a la candidatura. No ha tenido el respaldo que ella esperaba, pero el hecho de presentarse creo que ha sido bueno en un partido que en los últimos años ha cometido serios errores.

-El PP ha logrado la Alcaldía de Córdoba dos veces y la ha perdido a los cuatro años. Y a la Diputación llegó pero fue un visto y no visto. ¿Qué falla?

-Pues yo creo que fallan zonas de la provincia, porque la capital y la zona Norte, como Los Pedroches, aunque puedan existir los lógicos altibajos, son lugares que votan PP. Yo lo que veo es que se han perdido prácticas muy positivas para la vida del partido y que se tienen que recuperar cuanto antes. Las estructuras locales en muchos casos apenas existen, hay muchas sedes que están cerradas y apenas tienen vida. El militante no se siente ni imprescindible ni necesario, pues no hay ni juntas locales ni asambleas de militantes. Lo que ahora se hace es convocarlos de golpe y porrazo, bien cuando hay unas primarias o bien cuando llegan unas elecciones y hay que buscar interventores y apoderados. El problema es que los cargos públicos se dedican a la opción de gobierno -diputados, alcaldes...-, mientras que la estructura provincial la dejan de lado y por ello se resiente. Para que un partido funcione en la provincia hace falta que todos ellos trabajen mucho: muchos viajes, muchas reuniones con las gente, poco descanso, muchas horas de noche, esfuerzo. Ir por los pueblos para dar una rueda de prensa ante los medios de comunicación y marcharse, como ahora se estila, no vale de nada. Muy al contrario, el contacto de los militantes con sus cargos públicos es vital, y más en estos momentos en los que los que ser militante del PP no es nada fácil y en los que tan mal lo está pasando la militancia por la corrupción de algunos altos cargos, que no es ni mucho menos la tónica del partido.

-Habla de la provincia, pero al PP también le cuesta consolidarse en la Alcaldía de la capital...

-Sí, también, y es triste que en Córdoba, con lo que cuesta lograr la Alcaldía, tengamos cuatro años de gestión y luego otra vez fuera. Pero creo que existen opciones de que el PP recupere la capital, pues los ciudadanos están viendo lo que hace el actual gobierno. Será fundamental acertar con el candidato, pero no sólo eso. En una ciudad como Córdoba hace falta tener un buen equipo de trabajo que permita abarcar la ciudad. Es necesario equipo y esfuerzo para estar en los barrios y en la calle, con la gente.

-Adolfo Molina, más que probable nuevo presidente del PP, también procede de un pueblo, de Cabra en su caso. ¿Cree que eso supondrá una mayor sensibilidad hacia el PP provincial?

-Debe dársela, sí. Es más, yo creo que él sabe que tiene que recuperar ese contacto del dirigente con el militante y revitalizar la vida del PP en la provincia. Yo sé, porque lo viví, que eso cuesta mucho esfuerzo, que hay que estar casi viviendo en la carretera, que no es fácil llevar la labor que supone el cargo público con el cargo orgánico, pero sin eso no se puede avanzar. En un momento en el que los militantes se sienten desmoralizados por lo que leen en los periódicos necesitan ese respaldo para volver a sentirse orgullosos de su partido y dignos de una formación política que ha contribuido decisivamente en el bienestar de España. El PP tiene militantes excepcionales, a los que la corrupción les duele en lo más hondo, yo diría que más que a los socialistas, que sobre temas como el de los ERE pasan de puntillas y siguen funcionando exactamente igual. Hay mucha gente que lleva dando la cara por el PP toda la vida y que no se merece que le den la espalda. Si Molina quiere que el PP recupere la Diputación, con unas elecciones municipales que están ya cercanas, apenas a dos años vista, se tiene que poner en marcha para recuperar la vida del PP provincial. Hay tiempo, pero hay que crear una red extraordinaria en toda la provincia si se quiere aspirar a eso. Además, eso sería vital también para las andaluzas.

-Usted fue parlamentario andaluz durante una década. ¿Qué faltó entonces y que ha faltado para que el PP haya pasado casi 40 años sin gobernar?

-Cuando yo accedí a la dirección provincial del PP, el PSOE nos sacaba entre 25 y 30.000 votos, y cuando la dejé el PP ganaba en Córdoba y tenía alcaldes en ciudades como Lucena y en varios municipios de Los Pedroches. En Andalucía nunca se estuvo tan cerca como en la famosa legislatura de la pinza, con Javier Arenas y Luis Carlos Rejón. Luego siempre ha sufrido el PP el mismo hándicap: que o gana con mayoría absoluta o no gobierna. Y siempre será difícil que el Partido Popular lo logre, salvo que en los próximos años coaliciones o alianzas con algún grupo, caso de Ciudadanos u otro, lo permitan. De lo que no dudo es de que Andalucía se merece ser gobernada por el Partido Popular, como ha ocurrido en tantas otras autonomías. Creo que los andaluces deberían comprobar, al igual que ha ocurrido en todas las capitales andaluzas y en las diputaciones, el modelo de gestión política que propone el PP para Andalucía. Creo que es necesario para esta tierra que el PSOE deje el gobierno tras tantos años, tras tantas décadas y fracasos, y se prueben otras políticas y otras opciones de gobierno.

-Tras el bajón que supone para Susana Díaz su derrota ante Pedro Sánchez, ¿cree que es un buen momento para Moreno Bonilla?

-Sin duda. Es un gran momento para que Juanma Moreno, después de los distintos congresos provinciales, salga reforzado, y eso a pesar de los problemas que haya habido en lugares como Jaén o Sevilla. Si tras todo eso sale con fuerza y se vuelve a recuperar el espíritu de militante, de juntas locales, de retomar la vida de partido, hay opciones. El peligro es que caigamos en el estilo americano, que consiste en venir cada cuatro años para dar dos mítines y pedir el voto en las localidades para olvidar luego por completo la relación con los cargos públicos de cada zona y con los militantes. Así no. Así nunca ganaremos.

-En su tierra, Los Pedroches, el PP gobierna en los varios municipios, aunque me da la sensación de que cada uno va por su lado.

-Los Pedroches es una de las zonas cordobesas más fieles al PP, donde hemos disfrutado de alcaldías desde hace tiempo y hay muchos votantes comprometidos. Ahora tenemos varios alcaldes, pero veo, por desgracia, que los dejan desde el partido bastante solos. Ahí está el caso de Torrecampo y Dos Torres, cuyos regidores han sufrido duros ataques de la izquierda por hechos simplemente anecdóticos estos últimos días y no han tenido respaldo. En esos casos he echado de menos el apoyo decidido del PP provincial, de los cargos públicos, de la militancia o de las juntas locales de la zona, aunque esto último ahora no es posible porque ni siquiera se convocan.

-¿Cómo valora usted, que ya hizo política en la Transición, que ahora prolifere un relato político en el que se desvirtúa esa época?

-De aquellos años lo valioso es que hubo una gran generosidad. Fue un proceso ejemplar en cuanto a la concordia que se demostró. No tengo duda de que mi generación le dejó a sus hijos una España mejor, aunque haya aspectos aún mejorables, que no lo dudo. Lo que ahora ocurre es que hay fuerzas políticas que desdeñan aquella concordia y aquellos pactos porque entienden que les beneficia de forma partidista. No creo que estén mirando por los intereses de España sino por los propios. Quienes estuvimos en la Transición no podemos quedarnos callados sino reivindicar lo que hicimos.

-Hablábamos antes de la derrota de Susana Díaz y en lo que puede provocar en Andalucía. A nivel nacional, ¿qué puede suceder?

-El vuelco que ha pasado en el PSOE sin duda es importante, pero también creo que no es bueno para el Partido Socialista ni para España. Aun así, confío en que la cordura del militante socialista y de los miembros del grupo parlamentario prime y sean capaces de anteponer los intereses de España a otros intereses. Como confío en eso, coincido en la idea de Mariano Rajoy de que no habrá elecciones anticipadas. Sí es cierto que el Partido Socialista tendrá que prestar apoyo en algunos puntos para que esto sea posible, pero no en todos. Si el PSOE opta por otras opciones no me extrañaría nada que acabe aquí igual que el Partido Socialista ha acabado en Francia. Podemos lo acabará deglutiendo por su flanco izquierdo si hacen eso.

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