Misa Crismal en la Catedral de Córdoba: "Ninguna tarea pastoral se agota en un solo carisma"
Semana Santa
Demetrio Fernández preside su última celebración del Martes Santo antes de la llegada del nuevo obispo, Jesús Fernández
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Córdoba/La Santa Iglesia Catedral ha acogido este Martes Santo la celebración de la solemne misa crismal, que ha congregado a sacerdotes, consagrados, religiosos y laicos en una celebración que es “el corazón de la Iglesia a la que pertenecemos por el bautismo, un cuerpo muy plural en distintos carismas y misiones”, según ha expuesto el administrador apostólico de la Diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández, quien ha presidido la celebración ante doscientos presbíteros que han renovado su compromiso con el ministerio sacerdotal antes de la consagración del Santo Crisma y la bendición de los óleos. La misa ha estado concelabrada por el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, que perteneció al presbiterio cordobés durante 14 años.
La misa crismal, que el obispo celebra con su presbiterio, y dentro de la cual consagra el Santo Crisma y bendice los demás óleos, es una manifestación de comunión de los sacerdotes con su propio obispo. En esta celebración, Demetrio Fernández ha invitado a todos a elevar la mirada porque ninguna tarea pastoral “se agota en un solo carisma” y ha instado a celebrar la pluralidad de dones al servicio de la Iglesia para “disfrutar de todos los carismas que reparte el Espíritu Santo, que es el alma de la Iglesia.
En concreto, con el Santo Crisma consagrado este Martes Santo se ungen los recién bautizados, los confirmados, las manos de los presbíteros y los altares en su dedicación. Con el óleo de los enfermos, estos reciben el alivio en su debilidad, por eso, en esta solemne celebración “se concentran todos los sacramentos”, ha explicado Fernández en su homilía antes de expresar su agradecimiento a todo el presbiterio tras quince años como obispo de Córdoba.
El prelado ha asegurado estar muy contento en esta última misa crismal que preside porque “la Iglesia sigue y seguiré a su servicio” una vez tome posesión como obispo de Córdoba, Jesús Fernández González, al que ha encomendado especialmente.
En total, este Martes Santo han sido ocho los presbíteros que han participado por primera vez en la renovación de las promesas sacerdotales junto a sus doscientos hermanos sacerdotes para los que Demetrio Fernández ha pedido oraciones de todo el Pueblo de Dios.
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