Muerte en la arena: Desiderio Vaquerizo analiza la figura de los gladiadores en la Córdoba romana
Historia
El catedrático de Arqueología de la UCO prologa las Jornadas de Cultura Funeraria en Andalucía 'In Memoriam'
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Córdoba/El catedrático de Arqueología de la Universidad de Córdoba (UCO), Desiderio Vaquerizo Gil, ha ofrecido la conferencia Muerte en la arena… Gladiadores y Gladiaturas en la Colonia Patricia, dentro de las I Jornadas de Cultura Funeraria en Andalucía In Memoriam, que pondrán el foco en el turismo experiencial y el patrimonio en torno al legado funerario.
Las jornadas In Memoriam están organizadas por la Cátedra de Turismo Patrimonial y Cultural de la UCO y se celebrarán del 28 de octubre al 2 de noviembre, coincidiendo con el Día de los Difuntos. La conferencia en torno a los gladiadores ha aportado una rigurosidad y claridad en torno a esta figura, cuya imagen está muy influenciada por el cine.
El profesor Vaquerizo ha expuesto que los anfiteatros eran en Roma los edificios destinados a los ajusticiamientos y los espectáculos de sangre, lo que explica también su frecuente ubicación extramuros. En ellos tuvieron lugar las luchas entre gladiadores (munera gladiatoria), entre fieras y entre hombres y fieras (venationes), las naumaquias o batallas navales, las ejecuciones (damnatio) de condenados a muerte (noxii) y, en la misma línea, el sacrificio de tantos mártires cristianos como perdieron la vida en sus arenas, con independencia de que lo hicieran tras ser arrojados a las fieras (ad bestias) o víctimas de cualquier otro tipo de tortura más o menos sofisticada. Este tipo de espectáculos acabó por imponerse en las primeras décadas del Imperio a los que se celebraban en el teatro por su enorme expansión territorial y su capacidad para evocar el poder y los fastos de Roma.
De la existencia cierta de un anfiteatro en Colonia Patricia, antes de ser localizado arqueológicamente, daban cuenta algunos epígrafes que conmemoraban la celebración de juegos gladiatorios financiados por grandes prohombres locales que ejercieron como evergetas. Sin embargo, "a pesar de que diversos autores habían percibido ya la existencia en la zona del actual Rectorado de algún edificio singular -el estadio, según Rafael Castejón-, hasta el año 2002 desconocíamos sensu stricto la ubicación de dicho edificio, que finalmente fue identificado bajo el actual Rectorado de la Universidad de Córdoba, tras una intervención arqueológica de urgencia desarrollada en varias fases y nunca finalizada, que puso al descubierto algunos de los restos monumentales documentados por Samuel de los Santos Gener a mediados del siglo XX", ha detallado.
El hallazgo del anfiteatro completó el repertorio de edificios de espectáculos documentados hasta el momento en la ciudad, pero, además, vino a dar nuevo sentido al repertorio realmente extraordinario de epigrafía funeraria gladiatoria recuperado en su entorno -16 estelas, con una veintena de epitafios-, que documentan a la perfección el complejo mundo de la gladiatura en la capital de la Bética, los tipos de gladiadores que murieron en su arena, las relaciones entre ellos y su inserción en la sociedad (muchos estaban casados e incluso con hijos, y algunos fueron hombres libres), y la existencia de una asociación entre ellos (familia universa) que, a la manera de un collegium funeraticium, les garantizaba unas exequias y una tumba digna si morían en la arena. Eso explica que algunos de ellos se trataran entre sí de “hermanos”.
Finalmente, la inclusión entre las piezas conservadas del epitafio de un entrenador de gladiadores retiarios (los que luchaban con un tridente y la red) ha hecho a los especialistas plantearse la posibilidad de que en las proximidades del anfiteatro patriciense se hubiera ubicado la única escuela de gladiadores de Hispania (ludus gladiatorius Hispanus), hipótesis que da idea de la extraordinaria importancia que el mundo de la gladiatura desempeñó en la vieja Colonia Patricia.
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