La mujer en la música

Para acercar al lector a este tema, hay que hacer constar que es amplio y tiene muchísimos enfoques para abordarlo. Centrémonos en algunos que considero interesantes, sin menospreciar otras opiniones. ¿Es machista el mundo de la música ? ¿Ha existido discriminación hacia la mujer en la historia de la música? Obviamente ambas preguntas tienen una respuesta afirmativa. Lamentablemente es algo que no tiene visos de cambiar mucho, a tenor de las últimas tendencias musicales y el trato que se da a las mujeres.

Cómo digo, esto tiene varios enfoques y no solo es el tratamiento social de la mujer en la música, sino el de las mujeres músicos en nuestro entorno. Los roles de hombres y mujeres han estado impuestos por las sociedades de cada época y el de ellas siempre ha estado condicionado por la religión y la cultura tradicional siempre favorable al hombre. El ejemplo mas claro, para el que escribe, se ve a través de la opera. Pongamos algunos ejemplos.

Tenemos que Mozart, en Cosi fan tutte, trata a la mujer con desdén y la muestra como un ser volátil e inestable sentimentalmente. Verdi, en La Traviata”, basada en La Dama de las Camelias, presenta a su personaje principal como interesada y libertina. Puccini, en La Boheme, caracteriza a uno de sus personajes femeninos (Mimi) como idealista y romántica. Tosca, también de Puccini, es una mujer dura y aguerrida, Carmen, de Bizet es librepensadora y coqueta. Y así un sinfín de personajes que han reflejado a la mujer en el tiempo.

Desconozco si los ejemplos que vemos a diario de trato a la mujer como objeto, cosificada, y sin derecho a ser ella misma, es lo que queremos dejarle a las futuras generaciones como herencia. Les invito a examinar las letras de las canciones de algunos artistas de moda. La curiosidad me ha llevado a buscar información sobre la mujer en la música y, vaya sorpresa, grandes como Beethoven, Bach, Mozart, Schumann, Wagner, Ravel, Falla, Brahms coexistieron en el tiempo con intérpretes y compositoras que muchas veces aparecen reflejadas en la historia más por su relación filial y social con otros grandes músicos o compositores que por su propios logros compositivos, que los tenían.

La mayoría de las mujeres que pudieron acceder a estudios musicales profesionalmente fueron educadas por hombres, pero no con el fin de que esa fuese su profesión, sino porque era bien visto para su educación y futuro social. Por fin muchas mujeres pudieron dedicarse a la música como profesión, pero esto solo ocurrió a finales del siglo XIX.

Como un ejemplo del tratamiento hacia la mujer intérprete, tenemos que hasta el año 1997 no se admitió a una mujer como parte de la Filarmónica de Viena, siendo esta orquesta centenaria una de las más reconocidas y famosas del mundo.

El tema de la composición es muy curioso, pues aún hoy la publicación y programación de obras escritas por ellas hace que se deban realizar conciertos monográficos y exclusivos de esas obras, porque sino serían difíciles de escuchar por otros medios. Existen más de 5.000 compositoras registradas en el International Encyclopedia of Women Composers de Aaron Cohen. Eso nos da una medida de la relevancia que van adquiriendo en el campo de la composición. Solo hay que interesarse un poco por esto y descubriremos innumerables ejemplos de su calidad y talento.

Siendo justos, no es solo en la música donde la mujer aún no ha logrado su lugar por derecho propio. Ejemplos hay a diario en los eventos de cine con la reivindicaciones de las actrices por su falta de presencia en las producciones por edad, estilo, anatomía u otras razones peyorativas. En la danza, donde el papel femenino es fundamental, todavía hoy hay compañías que aducen razones de todo tipo para “controlar” la maternidad de sus danzarinas y en las artes plásticas son francamente ignoradas. Testimonio de esto ultimo es el libro Grandes Artistas, que recoge a cerca de 400 creadoras plásticas que han sido “borradas” de la historia del arte.

Las diferencias entre hombres y mujeres en la música son inmensa. Discriminadas, mal representadas, cobrando en déficit con respecto los hombres. En fin, ya es hora de que definitivamente la sociedad vea a las mujeres artistas y compositoras brillar con luz propia, lejos de la sombra a la que se les ha sometido. A pesar de estos inconvenientes, hubo quienes lucharon contra estos cánones, se impusieron e incluso adelantaron a su época vivencias.

Me gustaría terminar con una frase de la compositora, laudista y cantante italiana Maddalena Casutana (1544-1590): “Deseo demostrar al mundo, tanto como pueda, la errónea vanidad de que solo los hombres poseen los dones del arte”.