Más de 700 mujeres gitanas consiguieron un empleo en los últimos siete años gracias al Programa Calí

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La Fundación Secretariado Gitano ofreció apoyo sociolaboral a 4.676 mujeres gitanas de toda España con este programa y actividades de sensibilización contra la discriminación étnica al resto de la ciudadanía

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Presentación de los resultados del Programa Calí.
Presentación de los resultados del Programa Calí. / Miguel Ángel Salas

El Programa Calí, por la igualdad de las mujeres gitanas, consiguió la inserción laboral de 704 participantes de toda España durante el período 2016-2023. Contratos como limpiadora en un centro comercial o servicio en un hotel cinco estrellas; en él participaron 4.676 mujeres de 30 provincias distintas pertenecientes a 14 comunidades autónomas.

Por su parte, las más de 3.000 mujeres que no encontraron un puesto de trabajo comenzaron una búsqueda activa de empleo o retomaron los estudios reglados, teniendo en cuenta que el perfil mayoritario (un 63%) apenas contaba con la Educación Primaria, un 14% con estudios de Secundaria y un 5% entraron a dicho programa consideradas directamente con analfabetismo.

"Me ha ayudado a aprender, a estar en público, a hacer entrevistas y a trabajar en empresas sin tener vergüenza", reconoce Nerea Fajardo, una participante cordobesa de estos itinerarios sociolaborales. Como remarca Nerea, además de la carencia formativa, estas mujeres también cargan con el estigma de ser gitanas a la hora de buscar un empleo.

Estos resultados son una muestra del "efecto positivo y significativo" que ha tenido el Programa Calí en la vida de las participantes y que la Fundación del Secretariado Gitano (FSG), como impulsora del mismo, ha querido compartir este miércoles en Córdoba en el Centro de Recepción de Visitantes, después de encargar a una consultora que evaluara el impacto del programa tras siete años de actividad, antes de lanzar una nueva edición en este 2024.

Calí es un programa cofinanciado por el Gobierno central, el Fondo Social Europeo de la UE y Fundación La Caixa que, a pesar de estos datos especialmente relevantes, no tiene como objetivo la inserción laboral de sus mujeres participantes.

Su idiosincrasia es la de apoyar la promoción social de las mujeres gitanas que se encuentran en situación de desventaja y vulnerabilidad por su género o pertenencia étnica (además de sus circunstancias socioeconómicas y carencias formativas), y luchar contra el antigitanismo y la discriminación, ha explicado la coordinadora estatal del programa, Pepi Fernández.

En este sentido, ha esgrimido otros resultados de estos siete años como la atención y acompañamiento a 392 mujeres víctimas de violencia de género, o los 1.244 casos atendidos de discriminación étnica a mujeres. Un alto porcentaje de estas cifras suceden Andalucía, la región española en la que residen más gitanos, ha subrayado la responsable de la FSG de Jaén, Guadalupe Revueltas. En concreto, 134 de las mujeres gitanas víctimas de violencia de género y 439 víctimas de discriminación étnica eran andaluzas.

Actividades de sensibilización

En su afán por combatir ambas situaciones, el programa Calí ha realizado más de 4.000 actividades de sensibilización sobre la igualdad de género y la igualdad de trato (contra la discriminación a personas gitanas) dirigidas a miles de mujeres y hombres, agentes sociales clave en la vida diaria de estas personas, políticos y profesionales del Derecho administrativo, según recoge la memoria detalladamente.

"Es un programa transformador de realidad, que sabe intervenir desde lo más cercano a lo más lejano, como la política", ha explicado este miércoles en Córdoba Sheila Carmona, una de las 34 técnicos del programa. "Las actividades de sensibilización son muy importantes, más allá de las competencias laborales y digitales. Tenemos tan interiorizada la discriminación que la actitud es dejarlo pasar. Así lo que le estamos diciendo a las generaciones que vienen por detrás es que la discriminación es lo normal".

Al debate posterior a los datos se ha sumado el fiscal delgado contra los delitos de odio y discriminación de Granada, Francisco Hernández Guerrero, que ha sostenido que "los tribunales son todavía muy reacios a aplicar el delito de odio" en sus sentencias". Por un lado, están quienes argumentan que se puede caer en la persecución de la libertad de pensamiento o de opinión; por otro, la existencia de una posible motivación del delito distinta al odio o la discriminación, ha añadido el fiscal.

Hernández Guerrero ha defendido que por esta vía hay que ir "paso a paso", haciendo preferiblemente un trabajo más lento, pero asegurando que se va a ganar el caso e ir caminando sobre precedentes favorables, a diferencia de las fiscalías que llevan 100 casos por delito de odio y ganan solo la mitad.

En esta línea, ha querido destacar las sinergias con asociaciones como la Fundación Secretariado Gitano, que colabora siempre con imparcialidad, respeto y profesionalidad: "no instrumentalizan los casos de las víctimas como banderas políticas y eso lo valoramos muchísimo".

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