Un museo al aire libre en el Distrito Sur

ARTE URBANO

La segunda edición de 'Madeinbarrio' ofrece cuatro nuevos murales visibles en fachadas

Un museo al aire libre en el Distrito Sur / Juan Ayala
Antonio Rodríguez

16 de mayo 2018 - 20:50

Madeinbarrio es una iniciativa social que reinventa la interacción de uno de los barrios más pobres de la ciudad, el Distrito Sur, con el resto de la ciudad a través del arte visual. La primera edición tuvo lugar el año pasado y cubrió algunas de las fachadas con pinturas murales basadas en fotos en blanco y negro que plasmaban la cultura del barrio. Este año se añaden otros cuatro murales con una estética más artística y emocional que busca reflejar el alma de la barriada que fueron presentados ayer.

El programa de esta edición, promovido por la agencia de comunicación Alas6enlaplaya y la Casa de la Juventud, comenzó la preparación a finales de 2017 con talleres formativos para los jóvenes interesados en la fotografía, que co

Percepciones

La recepción positiva y la colaboración vecinal facilitan la realización del proyecto

ncluyó con la realización del vídeo Barrio dentro de barrio que posteriormente sirvió como inspiración a los artistas que participan en la muestra.

El concejal de Juventud del Ayuntamiento, Antonio Rojas, señaló en la presentación que “el objetivo es convertir al Distrito Sur en un museo de arte urbano y ofrecer un nuevo atractivo a aquellas personas que transiten el espacio comprendido entre el puente de San Rafael y el recinto ferial”. Además, Rojas destacó que el estilo de este año se distancia al usado en el programa Inspirados, de la pasada edición, ofreciendo al barrio “otra vida y otro aire”.

En la presentación también estuvo César de la Torre, representando a Alas6enlaplaya, que recordó la labor de acogida y colaboración por parte de los vecinos. Respecto a las obras, de la Torre señaló que “nacen del esfuerzo colectivo”, tanto de por parte de los artistas como de los vecinos. “Los vecinos están tomando conciencia de que sus casas pueden convertirse en un espacio museístico. Es más fácil gracias al éxito del año anterior”.

Los tres artistas participantes son de origen andaluz y han conseguido crearse un nombre a nivel nacional e internacional a través de su obra, como es el caso del artista del grafiti Belin, nacido en Linares. Actualmente, su obra refleja la sociedad desde el uso del hiperrealismo, como es el caso de la presente en la exhibición, permitiendo la expresión de ideas y emociones a través de la deformación de la realidad. En este caso, expone el retrato de una mujer joven que busca ser el foco de las miradas ajenas.

Por su parte, la cordobesa Virginia Bersabé presenta un retrato detallado para homenajear a Ana, la piconera, ejemplificando la importancia de la figura de la mujer en el barrio y su relevancia en el día a día, ya que éste se construye a través del alma de sus residentes y su forma de vida.

Por último, la también cordobesa María Ortega participó como formadora y también presenta dos murales en los que unifica el barrio y la naturaleza, con un toque emotivo dado que ella vivió su infancia en el distrito sur. En ambos murales Ortega busca resaltar “la poética de la naturaleza, la belleza del barrio y la verdad presente en las personas”. Su estilo es metafórico y hace alusiones al barrio, como en su obra La verdad, en la que representa “las raíces de mi familia y de mi infancia de una forma metafórica y artística”.

Para María Ortega, este proyecto es importante tanto en el plano artístico, que le ha permitido trabajar con nuevas dimensiones, como social ya que “realza al barrio y le quita etiquetas negativas”, especialmente si se pone el foco en las personas del mismo “porque es donde se encuentra la belleza y la verdad”. Además, destacó que “en la etapa de formación los alumnos se involucraron mucho con el barrio, tratando de conocerlo a fondo e impregnándose de su gente”.

Las técnicas usadas en esta edición (la mezcla de pintura y grafiti) abren un nuevo camino para futuros proyectos relacionados con el arte urbano y social. César de la Torre destacó que este tipo de programas requieren, sobre todo, un potencial artístico, pero también un relación de implicación con el barrio que sea recíproca y un presupuesto que permita llevar a cabo tanto las actividades formativas como las exposiciones del material artístico. Aunque esta edición aún está comenzando, desde la organización ya se trabaja en el siguiente programa de Madeinbarrio, que espera seguir la estela de éxito y la acogida de sus predecesoras.

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