Una nueva etapa
El fracaso en Las Quemadillas abre ahora otras puertas.
Casi diez meses después de que desaparecieran los pequeños Ruth y José, de seis y dos años, la investigación para esclarecer lo que ocurrió la tarde del 8 de octubre de 2011 inicia una nueva etapa. La Policía concluyó ayer de manera definitiva la búsqueda en la finca de Las Quemadillas sin obtener ningún resultado ni indicios de que los niños puedan estar enterrados allí. Ésta era la principal línea de investigación de los agentes y la tesis que también defendía el juez instructor del caso en su auto, aunque también abría la posibilidad a otros supuestos. La puerta se abre ahora por tanto a otras opciones que se barajaron, como la de que el padre de los pequeños -en la cárcel acusado de detención ilegal y simulación de delito- entregara a sus hijos a otra persona y permanezcan retenidos en otro lugar y, lo más importante, vivos.
Durante los últimos meses se ha examinado palmo a palmo la parcela de Las Quemadillas utilizando la más avanzada tecnología, desde el georradar hasta una máquina hidráulica que detecta la humedad o una placa de carga dinámica para localizar filtraciones de cemento en una profundidad de un metro. El suelo de la casa se ha levantado y también se han realizado catas con excavadoras en los naranjos, pero nada, ni rastro de los pequeños. La tesis del juez y el interés de la acusación particular -la madre de los niños, Ruth Ortiz-, ha sido el detonante para que la labor de la Policía se haya centrado durante estos meses en la finca de los abuelos paternos. Agotado este cartucho, los agentes tienen que iniciar nuevas tareas de investigación que arrojen luz a un caso que parece que vuelve a empezar. Todavía continúa la incógnita de dónde estarán los niños, aunque al menos parece más claro que ese lugar no es la finca.
Durante los últimos meses la Policía también ha estado realizando pesquisas en el extranjero, en países como Bélgica, por lo que nunca se ha abandonado la idea de que los menores puedan estar en otro lugar. La tesis que cobra más fuerza ahora es precisamente esa, que Bretón tuviera un colaborador al que le haya entregado a sus hijos y estén retenidos dentro o fuera de España. También se mantiene la versión de que no estén con vida y los cuerpos estén escondidos en los alrededores de la finca de Las Quemadillas. Durante las primeras búsquedas la Policía inspeccionó graveras, parcelas adyacentes y las inmediaciones del río sin resultados. Ahora se iniciarán nuevas exploraciones en caminos y zonas sospechosas que se encuentren en un radio de entre cinco y diez minutos desde la casa de los abuelos paternos de los niños.
Se abre una nueva etapa que abre también a la esperanza a Ruth Ortiz y a su familia que, dentro del dolor que supone estar sin sus hijos, retoman la idea de que puedan estar vivos. En los próximos meses habrá que seguir despejando dudas para dar con la clave de lo que ocurrió el 8 de octubre de 2011.
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