El obispo de Córdoba ante la Cuaresma: "Hay que ayunar de nuestros vicios, malas costumbres y del despilfarro"
Religión
Demetrio Fernández pide que durante estos 40 días "aflojemos nuestro bolsillo y seamos más generosos"
La Merced de Córdoba realizará el Miércoles de Ceniza un vía crucis extraordinario con su Señor

Córdoba/"La Iglesia nos invita a ayunar de tantas cosas: de nuestros vicios y malas costumbres, de nuestro despilfarro en un mundo que nos incita constantemente al consumo, mientras muchos a nuestro alrededor y lejos de nosotros no tienen ni lo elemental para sobrevivir". Es uno de los mensajes que ha lanzado el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en su carta semanas, centrada en esta ocasión en la llegada de la Cuaresma.
En su misiva pastoral, asegura que "el misterio central de la fe cristiana es Jesucristo, que murió por nosotros y nos perdonó todos nuestros pecados, y al tercer día resucitó, abriéndonos de par en par las puertas del cielo. Esto lo celebramos continuamente en todas nuestras celebraciones. Pero una vez al año lo celebramos con toda solemnidad. Esta es la Semana Santa que desemboca en la Pascua".
Respecto a la Cuaresma, el prelado recuerda que es el tiempo "para prepararnos a la Semana Santa" y anota que dura cuarenta días y que desemboca en la Pascua, que dura cincuenta días. "Estos noventa días son tiempo privilegiado del año litúrgico, para vivir más intensamente el misterio cristiano, en lo que tiene de configuración con Cristo, que se ha despojado de todo hasta la muerte en cruz y que ha sido ensalzado en la resurrección, el primero entre los muertos", explica.
Miércoles de Ceniza
Fernández también alude a la celebración del Miércoles de Ceniza, "cuando todos agachamos nuestra cabeza para recibir la ceniza, que nos recuerda nuestra condición de polvo, al que volveremos tras la muerte". "La ceniza viene a recordarnos lo que somos por nosotros mismos. Somos puro polvo, que se desvanece. A este polvo Dios se ha abajado, tomando nuestra carne, elevándola hasta ser glorificada en la resurrección. Si somos algo, es nuestra condición de hijos de Dios, llamados a ser amados para toda la eternidad", argumenta.
El obispo asegura también que "la vanidad de nuestra vida entra en verdad durante este santo tiempo de Cuaresma". "Nos creemos algo, nos ilusionamos con cualquier cosa, más aún, nos mentimos a nosotros mismos y nos creemos nuestras mentiras. La Cuaresma nos introduzca más y más en la verdad de lo que somos y a lo que estamos destinados", subraya.
Además, indica que para los cristianos "el referente siempre es Jesucristo. El no tuvo pecado, él vivió siempre en la verdad. Sin embargo, asumió nuestra condición débil y se humilló haciéndose obediente esclavo hasta la muerte y muerte de Cruz, para ser glorificado por el Padre. Por este camino nos ha librado de la muerte, de la mentira y del pecado, y nos ha abierto de par en par las puertas del cielo, de la vida eterna con Dios para siempre".
"La Iglesia, siguiendo el ejemplo de Cristo, nos marca la pauta. Nos invita al ayuno. Cristo ayunó durante cuarenta días, y fue tentado por el diablo, al que venció bien agarrado a la Palabra de Dios. La Iglesia nos invita a ayunar de tantas cosas: de nuestros vicios y malas costumbres, de nuestro despilfarro en un mundo que nos incita constantemente al consumo, mientras muchos a nuestro alrededor y lejos de nosotros no tienen ni lo elemental para sobrevivir. Con el espíritu afilado por el ayuno, podamos entrar más en el misterio de Dios y podamos ser más solidarios con nuestros hermanos", expone.
También durante la Cuaresma, el obispo recuerda que Dios "nos invita a la oración. Volvamos a Dios. Él nos curará y llenará nuestro corazón de la alegría que no tenemos. En este año jubilar, nos llenará el corazón de esperanza. Encontremos tiempo más abundante para la oración cotidiana, para un retiro durante la Cuaresma, para desenredarnos de las cosas de este mundo y abrir nuestra alma a Dios. La capilla de la adoración permanente, la visita al Santísimo sacramento, el compromiso diario del santo Rosario, la frecuencia del sacramento del perdón y de la comunión eucarística en la Misa. Volvamos a Dios y él nos restaurará".
Un tiempo el de la Cuaresma en el que también "nos invita a la limosna". Es por ello, que en su carta pastoral asegura: "Aflojemos nuestro bolsillo y seamos más generosos. Dedicando nuestro tiempo a los demás, a tantas personas que están solas, a tantos otros que no tienen posibilidades de insertarse, a los que sufren la injusticia de los demás, a los que son abusados de tantas maneras, a los migrantes que llegan buscando una mejor situación. Abre tu corazón al hermano, no te cierres a tu propia carne, y tu vida florecerá en frutos de justicia".
"Vivamos la Cuaresma. Es tiempo de gracia y de salvación. Es tiempo de Dios y de los hermanos. Y así caminaremos hacia la Pascua, hacia la renovación de nuestras vidas", concluye.
También te puede interesar
Lo último