El obispo de Córdoba asegura que la "estabilidad del matrimonio es progreso para la sociedad" y el divorcio lo "contrario"

Religión

Demetrio Fernández recuerda que Jesucristo es "promotor de una igualdad que se funda en su doctrina"

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El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, durante una misa en la Catedral
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, durante una misa en la Catedral / El Día
El Día

03 de octubre 2024 - 12:52

Córdoba/ El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, defiende que "la estabilidad del matrimonio es fuente de felicidad y de progreso para la sociedad", mientras que "la disolución del matrimonio, por el contrario, es fuente de desestabilidad en la sociedad y trae consigo mucho sufrimiento". En su carta semanal, el prelado ha añadido que "Jesús ilumina el misterio del hombre, también en este campo afectivo sexual", de modo que "vivir según el camino que él señala en este evangelio es fuente de felicidad para los esposos y para los hijos que brotan al calor de ese amor".

No obstante, ha puesto de manifiesto que "no se trata de reavivar la familia tradicional, que para muchos está pasada de moda hoy. Se trata de avivar el proyecto de Dios, la familia cristiana, que es promesa de futuro para una humanidad decadente. En este punto nos jugamos la felicidad de muchas personas".

Además, ha destacado que en el "matrimonio hombre-mujer", tal y como se establece en el Génesis, se da "una igualdad fundamental originaria, con una diferencia complementaria y enriquecedora, inscrita en la carne, en la psicología, en el alma de cada persona", y "borrar esa diferencia o borrar esa igualdad fundamental es atentar contra la dignidad del hombre y de la mujer".

"Desde el origen, tal como Dios ha creado al hombre y a la mujer, los ha hecho el uno para el otro. Si después de maduro discernimiento, llegan al compromiso de casarse para toda la vida, esa unión es irrompible e indisoluble por la gracia de Dios", ha señalado y ha añadido que "la redención que Cristo nos ha alcanzado afecta también a estas relaciones del amor esponsal. El sacramento del matrimonio consagra a cada uno de los esposos como signo eficaz y prolongación de Cristo esposo para el otro".

Así, ha expuesto que hombre y mujer "están hechos el uno para el otro, y si uno de ellos, tanto el varón, como la mujer, abandona esa unión para unirse a otra persona, comete adulterio, tanto si es mujer, como si es varón. He aquí una gran novedad histórica, por la que se supera el planteamiento machista presente en tantas culturas y religiones. Jesucristo es promotor de una igualdad que se funda en su doctrina".

En esta línea, el obispo de Córdoba ha subrayado que "no es bueno que el hombre esté solo, por eso, se le ha dado la ayuda adecuada en Jesucristo esposo para toda persona que viene a este mundo. En la vida consagrada, esa relación con Cristo esposo es directa, sin intermediarios, total y fecunda. En el matrimonio esa relación con Cristo esposo se da por la mediación sacramental del marido o de la mujer para una fecundidad asombrosa entre ambos, que rebosa en los hijos".

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