El obispo de Córdoba destaca el "testimonio solidario" de la lucha contra el covid-19
El prelado asegura en el funeral por las víctimas del coronavirus que la pandemia "nos ha arrebatado la alegría"
Fernández subraya que "la muerte de tanta gente ha sido un mazazo fuerte"
Las fotografías del acto litúrgico en la Mezquita-Catedral
Un "testimonio de amor y solidaridad", en alusión a los profesionales que desde que estalló la pandemia del coronavirus en Córdoba han trabajado sin descanso. Así se ha referido a ellos el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, durante su homilía en el funeral por los fallecidos por covid-19, que se ha celebrado en la Mezquita-Catedral.
En su intervención, el prelado ha reconocido que esta crisis sanitaria "nos ha arrebatado la alegría de la convivencia, la del encuentro y nos ha hecho llorar". También ha indicado que el llanto ha sido una vía de escape ante tanto sufrimiento y ha recordado que "llorar no es pecado, no es debilidad, llorar es una expresión humana del sentimiento que brota del corazón ante una desgracia de este tipo".
Fernández ha aludido al trabajo que durante estos casi tres meses han llevado cabo los profesionales sanitarios y también los efectivos de los cuerpos de seguridad, quienes "han aportado cada uno lo mejor de sí mismos ante un desastre colectivo". A su juicio, todos ellos han mostrado "un testimonio precioso de amor y de solidaridad que no es estimula a seguir construyendo este mundo y a hacerlo más fraterno y solidario".
El obispo también ha recordado que en estas semanas "hemos visto la muerte de cerca" y han sido "días duros", al tiempo que ha señalado que "la debilidad de la condición humana nos ha hecho recurrir a nuestras convicciones humanas y religiosas".
"La muerte de tanta gente ha sido un mazazo fuerte y así lo estamos viviendo", ha reconocido, al tiempo que ha subrayado la importancia de celebrar un funeral de estas características porque "es un deber no solo de caridad cristiana, sino de justicia, que oremos por nuestros difuntos". Una crisis sanitaria "tan dolorosa que solo la fe puede despertar la esperanza de una nueva vida eterna", ha incidido.
A su juicio, "hemos de disfrutar la vida, porque es para vivirla, pero también para gastarla en el servicio de los demás". "La muerte siempre nos parece injusta, pero la fe nos dice que la muerte no la ha inventado Dios, que genera la vida continuamente", ha añadido.
En su homilía, Fernández también ha anotado que "la vida tiene otros sentidos y la muerte no es la última palabra". "La persona es un ser para la vida, hemos nacido para vivir, es un saldo y un precio que tenemos que pagar, no es inútil, sino que nos abre de par en par las puertas de la vida eterna", ha anotado.
También ha aludido al trabajo de las instituciones públicas durante estas semanas, a las que ahora que llega la desescalada ha recordado que "todos tenemos que colaborar para ayudar y que nadie se quede en la cuneta de la vida" y, por eso, "trabajemos todos por la paz, la convivencia y el progreso".
El funeral ha contado con la asistencia de numerosos representantes institucionales, entre ellos, el alcalde de Córdoba, José María Bellido, el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, la subdelegada del Gobierno, Rafaela Valenzuela, y el delegado del Gobierno de la Junta, Antonio Repullo.
A todos ellos se han sumado diputados por Córdoba, así como representantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y del Ejército, además de la Universidad de Córdoba.
La ceremonia ha concluido con una fotografía conjunta, tras la que ha sonado del himno de España y un fuerte aplauso de los asistentes. En este caso, el aforo estaba reducido a 400 personas.
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