El obispo de Córdoba denuncia el "desprecio a la vida" de la ley del aborto

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha denunciado este jueves, en su carta semanal y coincidiendo con el inicio de la Cuaresma, que la actual ley sobre el aborto en España, avalada por el Tribunal Constitucional (TC), supone un "desprecio a la vida".

En su misiva, titulada Corregir el rumbo, conversión, Fernández se pregunta cómo pueden los humanos "llegar a tal desprecio de la vida" con una ley que "haga cada vez más fácil el aborto" en lugar de ofrecer "más medios para las personas que están en peligro de matar al hijo de sus entrañas".

"Pero, cómo pueden los humanos llegar a tal desprecio de la vida, que haga cada vez más fácil el aborto y no ofrezcan más medios para las personas que están en peligro de matar al hijo de sus entrañas. Se suprime el tiempo de reflexión, se rebaja la edad para cometer este crimen abominable, como dice el Vaticano II", ha recordado.

El prelado, además, ha señalado que en la normativa "se niega la información previa al consentimiento informado. Crecen los derechos de los animales y sus crías, mientras el nascituro es despojado de todo derecho. Más aún, se proclama que el aborto es un derecho".

"Dieciocho meses de prisión por matar una rata, y se puede matar al niño en el seno materno con todas las facilidades", ha apostillado el obispo de Córdoba en alusión a las palabras de "monseñor Bernardito Auza, nuncio apostólico del Papa en España".

Por ello, Fernández ha pedido en su misiva que "junto a esa oración y ayuno que brotan de la conversión", se procure "despertar la conciencia personal y social" ante la "dormidera de una sociedad que parece entumecida y narcotizada", mientras que ha recordado la Cuaresma muestra que "la vida ha vencido sobre la muerte en Jesucristo muerto y resucitado".

Finalmente, ha mostrado su "apoyo de corazón" a la "valiente iniciativa 40 días por la vida”, que se desarrolla "desde el Miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo" y que "tiene lugar en el mundo entero" para "hacernos caer en la cuenta de la tremenda desgracia del aborto, al que no debemos acostumbrarnos".