El puzle de la casa de la memoria
Obras de Rehabilitación del Archivo de Córdoba
Se considera que el edificio es del 1300, un siglo antes de los que se pensaba
El arqueólogo Luis Tovar, que ha revisado los entresijos de la Casa de los Guzmanes –sede del Archivo Municipal– ha dividido el histórico edificio en más de 1.500 piezas. Es el puzle de la casa de la memoria de Córdoba, el lugar donde se depositan los documentos que conforman la historia de la ciudad y que desde hace tres meses se está sometiendo a una restauración integral que permitirá recuperar el esplendor del edificio y prepararlo para las futuras generaciones.
Más de un millar de piezas que poco a poco van encajando y que están dejando sorpresas tanto para los responsables de la obra como para los que hasta ahora habitaban la Casa los Guzmanes, como la responsable del Archivo, Ana Verdú.
El primer hito es que el edificio no es del siglo XV, como se había pensado siempre, sino que seguramente se empezó a construir un siglo antes, en torno al año 1300. ¿Qué ha llevado a este cambio? Tovar se apoya en los alfarjes de la casa que se pueden ver en una de las galerías de la entrada, la que da acceso al que hasta ahora era el despacho de Verdú.
Los alfarjes están repintados y por eso, tras haberse estudiado la simbología heráldica y los colores, se había pensado que era del siglo XV. Sin embargo, los primeros trabajos han dejado al descubierto una parte original, en la que la simbología es distinta y también los colores de los escudos, que pertenecen a una época anterior.
La alfarjería de la Casa de los Guzmanes muestra el escudo de los Fernández de Córdoba, que representa la base de las armas por tres fajas de sangre en campo de oro. “Cada línea familiar que vino después impuso algún signo que la individualizaba”, explica Tovar, como los señores de Aguilar, que incluyeron un águila de sable coronada de oro, “que hacía referencia a su señorío”. Muchos símbolos y detalles se fueron incorporando por los nobles, pero los originales sitúan la casa en el siglo XIV.
Hay otro elemento que también permite pensar que el edificio es de esa época: los tapiales. El espacio cuenta con unos tapiales monolíticos que recuerdan a la muralla del Marrubial, “aunque no serán tan antiguos”, asegura Tovar. Estos tapiales “yo no los he visto nunca”, reconoce el arqueólogo, quien apunta que esta parte de la casa se va a someter a la prueba del carbono 14. Segundo hito.
“Es la primera vez que un monumento de Córdoba se va a someter a esta prueba”, afirma Tovar, quien explica que este proceso permitirá conocer la fecha exacta del inmueble. ¿Cómo? “Mientras estamos vivos vamos acumulando carbono y, a la muerte, se va perdiendo el carbono que se ha acumulado durante toda la vida. Lo que analiza esta prueba es la cantidad de carbono que aún queda, por lo que se puede saber la edad exacta: cuanto menos carbono haya, más antiguo es”, detalla Tovar.
Aunque esta prueba confirme las teorías del experto, en la casa hay elementos aún más antiguos, aunque se trata de un extremo también por confirmar. Se trata de un capitel que “parecer ser que es del islam, de la época de Al-Haken”, pero todavía no se ha podido documentar. Las 1.500 piezas del puzle van encajando, pero poco a poco.
Uno de esos capiteles está apoyado en un aljimez. una ventana de dos aberturas, dividida en una columna sobre la que se apoyan dos arcos de media punta. Tras él, una celosía espectacular “que puede datar también de 1300”. Ymás hitos. Los aljimeces cuentan como adorno con los únicos azulejos de Doménico Nicoloso que hay en Córdoba.
Y de lo más antiguo a la última tecnología. El edificio se está sometiendo precisamente ahora a los trabajos de instalación de las cámaras donde irá la documentación que conserva el Archivo municipal. El sistema es pionero en Andalucía –y solo hay un precedente en Madrid– y consiste en reducir los niveles habituales de oxígeno –equilibrado con nitrógeno– de manera que la combustión es imposible en ese entorno.
Se trata de una manera de proteger los archivos en el caso de que se declarara un incendio, por ejemplo. “Las personas pueden entrar a trabajar, pero solo un máximo de 20 minutos, por el bajo oxígeno que hay, por seguridad”, asegura el jefe de obra, Alberto Villa.
La parte en la que irá el archivo fotográfico también contará con características especiales en cuanto a humedad y temperatura, para garantizar la conservación.
Las obras en el Archivo comenzaron hace tres meses y tienen un plazo de ejecución de 14 meses. La obra es “completamente integral” ya que se va a “desmantelar prácticamente toda la infraestructura previa, hasta los suelos son nuevos” respetando tanto las técnicas como los materiales originales.
Toda la instalación eléctrica y resto de servicios necesarios también serán nuevos, pero “se hará sin abrir nuevos conductos, intentando aprovechar todo lo que hay”, para que se haga el mínimo daño posible al edificio.
Es probable que la evolución de las obras pueda dejar nuevas sorpresas. Así, este repaso por la Casa de los Guzmanes puede que no haya finalizado aún. Continuará...
No hay comentarios