El parqué
Avances al inicio de 2025
Creación
Una oficina en el interior de una manzana de la calle Lucanode Córdoba se encuentra en el grupo de los 70 proyectos finalistas de la XV Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (BEAU), convocada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en colaboración con el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España y la Fundación Arquia. El certamen premia lo más relevante de la arquitectura y el urbanismo de los últimos tres años (de 2018-2020), y en la última selección se encuentra el proyecto del estudio Sol89 desarrollado en el casco antiguo de Córdoba.
La rehabilitación del paraje del Caño de Hierro, en Hornachuelos, ha logrado colarse en el listado de 100 seleccionados de entre las 581 propuestas presentadas. La Bienal se celebra este verano de manera paralela en una doble sede -del 28 de junio al 16 de septiembre en el Pabellón de Barcelona, y del 2 de julio al 23 de septiembre en el Patio Herreriano de Valladolid- y con un objetivo: servir de punto de encuentro entre la ciudadanía, la arquitectura y el urbanismo y reivindicar el valor social de ambas disciplinas.
Elegidas según criterios de calidad, pertinencia, vocación social y cultural o innovación, las obras seleccionadas y finalistas de esta convocatoria reflejan, en palabras del equipo de comisarios -Óscar Miguel Ares, Anna Bach y Eugeni Bach-, “no solo el excelente trabajo arquitectónico, paisajístico y urbanístico de un gran número de profesionales, sino también el estado actual de la arquitectura en nuestro país”, ha informado la Bienal.
El proyecto de Sol89 en Córdoba consiste en la ampliación de unas oficinas situadas en una vivienda de tres plantas con la incorporación de tres nuevos locales, dos en planta baja y uno en la planta superior. El estudio explica que el tejido urbano del centro de la ciudad "se compone de manzanas densas caladas por infinidad de patios que confieren a este lugar el carácter de un espacio nunca del todo conocido". Este territorio de luces y sombras queda articulado por toda la colección de espacios intermedios que nutren el acervo arquitectónico meridional.
El objetivo de Sol89 en el número 13 de la calle Lucano, que ha supuesto una inversión de 204.500 euros, es que el proyecto suceda "sin que apenas percibamos el tránsito entre el ámbito original y el nuevo, garantizando así la cohesión final del espacio de trabajo resultante". Los arquitectos plantearon la intervención definiendo un espacio continuo que va serpenteando por el interior de la manzana, atravesando patios, internándose en la densidad edificada y ahuecándose cuando es preciso.
Los cuerpos emergentes construidos con acero galvanizado y los techos de madera intercalados en la estructura original de hormigón persiguen la continuidad deseada. La intervención procura potenciar "los conceptos de transparencia, secuencia y gradiente" propios de los centros extensos y abigarrados de las ciudades históricas del Sur, sin perder de vista la voluntad de coser los espacios disponibles para la ampliación.
En un momento de disrupción histórica motivada por diferentes retos como la actual pandemia o la crisis climática, ha sido especialmente valorada en la selección de propuestas la respuesta que cada una de ellas aporta en relación a su contexto físico y social. Tal y como explica, el jurado: “Son obras que responden a los retos de la sociedad, que se vinculan y enraízan con los lugares donde se asientan y que aportan soluciones para mejorar el contexto social y cultural en el que operan”.
En esta línea, el director general de Agenda Urbana y Arquitectura Iñaqui Carnicero, confía que la BEAU "sirva para acercar el trabajo y los valores de la arquitectura y el urbanismo a la sociedad”. Esta particularidad enlaza con la temática que vertebrará la XV BEAU, España vacía, España llena. Estrategias de conciliación.
La otra iniciativa arquitectónica que ha logrado hacerse un hueco en la Bienal es la recuperación del Caño de Hierro, en Hornachuelos, aunque no ha logrado pasar al grupo de finalistas. Según el proyecto de Oriol Ferrer Frau, Ventura Godoy Garcia, Maria Megías Homar y Marc Sanchez Olivares, el Ayuntamiento melojo invirtió 156.252,84 euros en la ejecución del proyecto de rehabilitación de esta formación rocosa sobre la cual se asienta el municipio.
Las cuevas del Caño de Hierro se utilizaban antiguamente como refugio y como almacén agrícola, y cuando estos usos decayeron quedaron sepultadas bajo runa y maleza durante décadas. En 2017, el Consistorio decide actuar en este lugar, y convoca un concurso para su adecuación.
El ámbito de intervención se caracteriza por una topografía pronunciada y una anchura limitada. Ante tales características, la propuesta surge del respeto al entorno y se sirve de él para el trazado. Se plantean unos cortes en el terreno sencillos y claros, que resultan en muros de contención cuya altura se va reduciendo hasta fundirse con el suelo.
De los cortes, nace el paseo peatonal. El proyecto trabaja desde la sobriedad material a través de la utilización de tres materiales: la propia formación geológica, el hormigón y el acero corten. Esto, permite desdibujar la propuesta, que es geométrica y al mismo tiempo se mimetiza con el entorno.
La intervención en Caño de Hierro se trata de un proyecto de recuperación ambiental, pero también social, ya que contó con la participación activa de los vecinos de la localidad, desde los herreros que trabajaron con esmero el acero a los mayores del lugar, que vuelven ahora aquí para encontrase en sus paseos vespertinos.
Temas relacionados
También te puede interesar
Lo último
El parqué
Avances al inicio de 2025
Tribuna Económica
Carmen Pérez
Los gastos navideños y sus pagos
Quizás
Mikel Lejarza
¿Pueden pensar la máquinas?
No hay comentarios