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Han sido, por el momento, tres las olas de calor que se han vivido este verano en Córdoba. Durante las mismas, el mercurio se ha disparado por encima de los 40 grados durante varias jornadas, mientras que las noches han sido tórridas y tropicales, por lo que el sueño de muchas personas se ha vistado alterado. Sin embargo, las altas temperaturas no han provocado, hasta la fecha, ningún ingreso por golpe de calor en el Hospital Reina Sofía de Córdoba. El verano pasado, el Sistema de Vigilancia Epidemiológica registró en la aplicación Red Alerta un total de 31 casos graves asociados a golpe de calor en toda Andalucía, con 29 ingresos hospitalarios y cinco exitus. De todos ellos, Salud solo registró un caso en la provincia de Córdoba.
Es más, la media de atenciones que están realizando los profesionales del servicio de Urgencias del complejo hospitalario este verano es de unas 450, una cifra similar al resto de las que se registran durante todo el año, salvo contadas excepciones, en las que la cuantía ha llegado al medio millar.
Un golpe de calor aparece cuando el organismo no puede controlar su temperatura, que aumenta entonces rápidamente. Se reconoce por: piel caliente, roja y seca, dolores de cabeza, náuseas, somnolencia y sed intensa. También es habitual confusión, convulsiones y pérdida de conocimiento y una agresividad inhabitual. Pero, por el momento, no ha habido ningún ingreso.
No obstante, es importante saber que una persona víctima de un golpe de calor está en peligro, por lo que hay que acudir o llamar inmediatamente a los servicios sanitarios. Mientras tanto, hay que situar a la persona en un lugar fresco, darle de beber, aflojar la ropa, mojarla si es posible con agua fría o poner toallas húmedas, en la frente, la nuca y el cuello, y abanicarla.
El jefe de sección del Servicio de Urgencias del Hospital Reina Sofía, Rafael Calvo, ha informado a El Día de que por el momento los que sí han llegado al complejo sanitario han sido pacientes con patologías previas que han sufrido "descompensación por calor". Se trata de personas, ha continuado, con "enfermedades crónicas, cardiovasculares, renales, además de personas dependientes y otras con demencia" que llegan a Urgencias por descompensación. En la mayoría de los casos, ha asegurado, estos pacientes "permanecen en observación" menos de 24 horas y regresan a sus domicilios una vez que se encuentran estabilizados.
Se da la circunstancia de que en gran parte de estos casos, ha señalado, este tipo de personas "sufren más altas temperaturas, pero también el frío". En esta línea, ha insistido en que como consecuencia de las altas temperaturas que se están registrando en Córdoba "se deshidratan más por sus patologías de base y también por la medicación que toman". La mayoría de cuadros que atienden son casos de gastroenteritis, deshidrataciones y trastornos renales por el calor.
Ante esta circunstancia, el facultativo ha dado una serie de consejos para evitar que el calor perjudique el día a día de estas personas, pero también de aquellas que no presentan ningún tipo de enfermedad. La principal recomendación que lanza es la de estar hidratado y "beber agua" y, además, "evitar bebidas muy azucaradas, y también alcohol o bebidas que lleven cafeína".
Otro de los consejos que ha indicado Calvo es, siempre que sea posible, permanecen "en lugares frescos, refrigerados y climatizados", además de vestir "ropa ligera y transpirable".
El jefe de sección del Servicio de Urgencias del Hospital Reina Sofía también ha lanzado un consejo a los jóvenes y a quienes practican deporte. Así, ha explicado que es mejor llevar a cabo cualquier tipo de actividad física "a las horas más tempranas y no en las horas centrales del día", puesto que es cuando hace más calor.
No en vano, los deportistas, trabajadores expuestos al calor, los bebés, las personas mayores, las personas discapacitadas o con una enfermedad crónica son particularmente sensibles a los golpes de calor. Por eso es imprescindible no realizar actividades durante las horas de más calor y beber agua aunque no se tenga sed.
En el caso de la comida, el médico ha recomendado que durante el verano lo más adecuado es tomar comidas ligeras, evitar las copiosas e incorporar a la dieta la ingesta de frutas y verduras.
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