El 80% de las operaciones de cirugía estética que se hacen en Córdoba son de pecho
Retoques al alza
El cambio físico viene acompañado por un "beneficio psicológico" y un aumento de la autoestima, según señala el cirujano plástico del Hospital Cruz Roja Samuel Ramón
El centro, que lleva años haciendo este tipo de operaciones, ha abierto ahora una consulta dirigida por el especialista para atender dudas y orientar
Cada vez es más habitual el deseo de hacerse un retoque estético. Ya sea por mejorar la apariencia física, por atajar un complejo o por necesidad, este tipo de intervenciones se han normalizado y desde hace unos años ha aumentado el número de personas, sobre todo mujeres, que se ponen en manos de un cirujano plástico. Antes eran las famosas y personas con un alto poder adquisitivo las que se sometían a este tipo de operaciones; hoy en día -casi- cualquiera puede hacerlo.
Y son sobre todo las mujeres las que eligen hacerse este tipo de retoques porque la cirugía más demandada es la relacionada con el pecho (aumento, reducción o elevación). Es más, en Córdoba y, en general, en Andalucía constituye un 80% de las operaciones de estética, según indica el cirujano plástico del Hospital Cruz Roja de Córdoba Samuel Ramón. El resto se reparte en rinoplastia y abdominoplastia principalmente.
Una vez que se toma la decisión, es fundamental ponerse en unas buenas manos y acudir a una clínica que ofrezca seguridad y garantías. En este sentido, aunque en Cruz Roja estas intervenciones se hacen desde hace muchos años, ahora ha abierto una consulta de Cirugía Plástica dirigida por el doctor Ramón, que es miembro de la Sociedad Española de cirugía plástica, reconstructiva y estética.
De esta forma, en ese primer encuentro -que en Cruz Roja es gratuito- es el propio cirujano quien evalúa lo que la paciente está solicitando, se le abre una historia clínica y después se hace un análisis anatómico de la zona que quiere modificar. Con ese diagnóstico, se proponen una serie de tratamientos entre los que la mujer puede elegir el que más se acerque a lo que busca.
Por ejemplo, en el tema del pecho, que constituye casi el 80% de las consultas, se estudia si se puede colocar una prótesis de un volumen determinado u otro. En este hospital tienen además un sistema para que las pacientes se pongan una especie de prótesis externa y puedan mirarse en el espejo para ver el efecto. "Las pacientes más o menos saben lo que quieren y enseñan imágenes para mostrar lo que les gustaría tener y si se puede conseguir", explica el doctor Ramón. Principalmente, quieren conocer las características de las prótesis que se van a utilizar, el tiempo de recuperación y los síntomas. En definitiva, cómo va a ser el proceso y el postoperatorio.
El especialista reconoce que "cuanta más información traigan el día de la consulta, siempre es más enriquecedor y la comunicación es más fluida". En este primer encuentro, el médico trata de informarse sobre lo que la paciente va buscando, la orienta y le da la información que necesita saber. A la hora de asesorar a una persona, lo primero es "manifestarle que tenga expectativas reales" y tratar de aclarar todas las dudas. El cirujano aborda también otras cuestiones como la actividad laboral de la paciente, su edad y otras circunstancias "para hacer un tratamiento lo más personalizado posible".
Lo más habitual, por estadística, es que a esta consulta del Hospital Cruz Roja acudan mujeres de entre 25 y 35 años, aunque el especialista señala que varía dependiendo también de la edad del cirujano. Principalmente, llegan con la idea de aumentarse el pecho o reparar alguna secuela producida por los embarazos o una importante pérdida de peso.
Durante el primer estado de alarma estaba desaconsejado este tipo de cirugía (solo se recomendaba hacer intervenciones de urgencia o necesarias, como las de oncología), por lo tanto durante esos meses no hubo actividad. Al acabar la desescalada, se puso en marcha "con todas las medidas de seguridad". Al respecto, Ramón cuenta que en este hospital todos los pacientes se hacen una PCR 72 horas antes y se siguen todas las medidas que se aconsejan. Desde el verano, ha habido un leve descenso en el número de pacientes, pero no ha sido significativo.
El doctor puntualiza que "la gente sigue notándolo como algo que quiere realizar porque, a fin de cuentas, una cirugía así no se hace solo para estar más guapo, sino para sentirse mejor consigo mismo". Como profesional, es consciente de que estas intervenciones influyen en la autoestima, por eso "continúa siendo el deseo de muchas mujeres a pesar del momento que vivimos".
De hecho, puede haber personas realmente acomplejadas. "Podría decir que, en el fondo, no hay ninguna paciente en la que no vea un beneficio psicológico en una cirugía de este tipo e incluso creo que es una satisfacción propia", apunta.
Lo mismo ocurre, por ejemplo, con la rinoplastia, sobre la que el doctor cuenta que una paciente llegó a decirle tras recuperarse de la operación que nunca había sentido al entrar en su clase de la universidad tanta confianza y seguridad como la que sintió tras hacerlo con su nueva nariz. Por eso "estamos en un momento en el que estas intervenciones se ven casi como una inversión", concluye Ramón.
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