Pablo Muñoz Bretón: "Los pisos de estudiantes generan más molestias que los turísticos"

Córdoba/Pablo Muñoz Bretón (Madrid, 1983) ha sido nombrado recientemente nuevo presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Córdoba en sustitución de Mercedes Romero Balsera. Graduado en Derecho y antiguo vicepresidente tercero de la institución, a sus 41 años, afronta un nuevo reto en su carrera profesional al mando de un Colegio cuya figura e importancia quiere consolidarla en la sociedad. Con los objetivos de potenciar la especialización en un sector amplio, atender la inmediatez en el servicio y apostar por la digitalización, Pablo Muñoz ya se ha puesto a los mandos de un Colegio "que está en el top 5 de los más importantes".

Pregunta.¿Cómo afronta este nuevo reto al mando del Colegio de Administradores de Fincas de Córdoba?

Respuesta.Con muchísima ilusión, es un verdadero honor. Yo al colegio entré joven, con 23 años, y nunca me esperaba llegar a ser presidente, pero lo afronto con naturalidad y con la ilusión de hacerlo bien para mis compañeros. Tengo claro que he de pensar en la figura del colectivo y potenciarla de cara a la sociedad, es lo que persigo.

P.¿Cómo define la función de un administrador de fincas?

R.Un administrador de fincas es un profesional que se encarga de una de las cosas más importantes que tienen las personas, que es su vivienda. Somos muy constantes, pues somos un servicio muy recurrente, es decir, el que tiene un administrador de fincas, lo tiene todo el año. No es como otro profesional al que acudes de vez en cuando. Nos dedicamos a gestionar las viviendas de las personas y todo lo que conlleva: accesibilidad, bienestar, telecomunicaciones y un sinfín de cosas.

P.¿Haría algún cambio en la ley de propiedad horizontal vigente?

R.Esta ley es casi la más usada a nivel de conflicto jurídico en España porque muchos pleitos emanan de la convivencia. Es una ley que está siempre adaptándose al día a día, porque no es lo mismo vivir en comunidad en el año 1960 que ahora. Cada vez que sale algo nuevo cambian la ley, como pasó hace unos 15 años con la adaptación a la TDT o hace un par de años cuando se modificó la ley para facilitar la instalación de ascensores y modernizar el parque de viviendas. Ahora está el tema de los pisos turísticos, que no existían hace 20 años y la ley va adaptándose a ellos. A nivel político hay áreas que van surgiendo y son innumerables.

P.¿Son los pisos turísticos un inconveniente para la convivencia?

R.Desde mi experiencia personal he tenido muy pocos problemas, aunque hay compañeros que llevan edificios con pisos turísticos y les revientan la convivencia. Se deben cohesionar las personas que viven en el edificio con las que vienen de turismo y eso es complicado. Muchas veces depende del propietario que hace la actividad. Si tiene cierto sentido de lógica, mira que los que se hospeden sean personas coherentes que no van a dar ruido. Al final, creo que los pisos de estudiantes generan más molestias que los pisos turísticos. Obviamente, hay excepciones, pues existen edificios que son 10 viviendas y ocho son pisos turísticos, entonces los dos vecinos que quedan lo pasan mal. Pero en un edificio de 30 viviendas, si hay uno turístico, a priori no tiene por qué darte más problemas que un piso de alquiler de estudiantes.

P.¿Cuáles son los principales problemas a los que os enfrentáis como administradores de fincas?

R.Afortunadamente, la gente de media es pacífica, pero los acuerdos del día a día de la comunidad o las adaptaciones de edificios donde no hay ascensor son bastante tortuosos. Es difícil llegar a esos acuerdos, porque está el típico del bajo que no quiere ascensor y tienes que mediar. La ley te posibilita y te facilita que con una mayoría determinada puedas poner ascensor, pero, si son varios los que no quieren, va a haber problemas de convivencia en el futuro. Por eso hay que mediar para que la comunidad llegue a acuerdos que sean moldeables al sentir popular y no imponer la ley.

P.¿Siempre optáis por la vía conciliadora y evitáis la judicial?

R.Nuestra función principal es recoger los acuerdos y ejecutarlos, pero en la reunión, nuestra misión es evitar el conflicto en la comunidad. Si se están metiendo en un pozo, debes comunicarlo, pero a veces la gente se aferra a su opinión y no te oye. Es nuestra labor decir las cosas como son y evitar cualquier pleito.

P.¿Qué conflictos legales suelen encontrar?

R.El conflicto estándar es la morosidad, esa típica persona que no paga la comunidad por cualquier causa y la junta de propietarios, tras darle los avisos, decide abrir un procedimiento monitorio. Todos los años hay casos, pero cada vez se ven menos. Luego hay otros tipos de procedimientos que son habituales como que se impugne judicialmente un acuerdo porque un vecino no está de acuerdo o un descuerdo en el reparto de las cuotas. Por lo general, cada junta de propietarios cumple su función y se llega a buenos acuerdos.

P.¿Es la Okupación un problema actual en la convivencia?

R.Si te digo que no es común, te miento. A nivel profesional hace ya muchos años que no tengo un caso así, pero he tenido cuatro y todos han sido pisos de bancos. En esos cuatro casos, los okupas causaron muchísimas molestias al bienestar de la comunidad, pero los vecinos ahí pueden hacer poco.

P.¿Qué supuso el cambio de protocolo que el covid obligó a instaurar en la profesión?

R.El covid lo cambió todo en nuestro sector y en cualquier otro. Nos ayudó para entender que la digitalización sirve para nosotros y también para las comunidades. De hecho, desde nuestro colectivo se está trabajando para que nos permitan hacer juntas de propietarios virtuales. Ya no por el covid, sino porque es el futuro y dentro de 30 años, todos los propietarios van a saber utilizar dispositivos tecnológicos. Sería imposible esta reunión virtual en el 2025 porque todavía hay mucha gente que no sabe, pero dentro de 20 años, sí.

P.En Córdoba está despegando la compra de vivienda, sobre todo en urbanizaciones nuevas con zonas comunes y piscina ¿Eso os da más trabajo?

R.No tiene nada que ver. Los edificios nuevos que se vienen construyendo en Córdoba desde finales de los 90 tienen piscinas, jardines, garajes y hasta pista de pádel. Antes, la forma de administrar una comunidad era diferente. Por eso la especialización en este sector es muy importante. No es lo mismo un edificio de 50 años de Ciudad Jardín que uno nuevo de Arroyo del Moro. No es igual el edificio, ni los servicios, ni la gente. Pero no porque una comunidad tenga piscina te da más trabajo. Hay comunidades pequeñas y medianas de personas muy mayores que, para lo que los jóvenes no es un problema como podría ser no ver la televisión una tarde, para una persona de 80 años es una urgencia igual de importante que un ascensor parado.

P.¿A qué retos se enfrenta el sector a día de hoy?

R.Llevo administrando fincas desde 2007 y la gran diferencia es que ahora te exigen más inmediatez. Tenemos WhatsApp, correo electrónico y muchos canales de comunicación directos que antes se usaban poco. El cliente quiere las cosas al momento y esa inmediatez nos trastorna porque no podemos dejar el negocio ni un minuto y atender los avisos al instante.

P.¿Qué espera conseguir al mando del Colegio de Administradores de Fincas de Córdoba?

R. El colegio no solo lo formo yo como presidente, también hay más cargos que ayudan mucho. Lo que tengo claro es que somos un colegio que está en el top 5 de los más importantes a nivel profesional porque prestamos un servicio de gestión diaria durante todo el año. Somos uno de los colectivos más importantes en la sociedad y por eso, como medida principal, lo que quiero es potenciar nuestra figura de cara a la sociedad y que se nos trate como tal.