'Paisaje de la mata', un óleo de Rafael Botí donado al Museo Camón Aznar sale a subasta
Arte Córdoba
La casa Segre saca a subasta en la misma sesión un desnudo femenino de Mateo Inurria
La exposición de cómic e ilustración de Raúl Fernández en Córdoba, en imágenes
Córdoba/Un óleo de Rafael Botí (Córdoba, 1900-Madrid, 1995), que fue donado por su hijo al Museo Camón Aznar, aunque en 2017 fue retirado por los herederos de este historiador y crítico de arte zaragozano, ha salido a subasta en la casa Segre, en Madrid, junto a una escultura de Mateo Inurria Lainosa (Córdoba, 1867-Madrid, 1924).
La obra de Rafael Botí Paisaje de la Mata (1970) fue donada por su hijo al Museo Camón Aznar, cuya colección se integra en la actualidad en el Museo Goya, de la Fundación Ibercaja, en Zaragoza, según han señalado a Efe fuentes cercanas a la familia Botí.
En 2017, los herederos de José Camón Aznar retiraron una serie de obras de la colección, entre la que se encontraba la pintura de Botí, en una acción que "está todo con arreglo a Derecho", conforme ha precisado a Efe la directora del Museo Goya, May Forcén.
La donación se llevó a cabo, en una fecha no precisada, a través del crítico de arte Antonio Manuel Campoy, entonces secretario de la Fundación Camón Aznar, que le solicitó al hijo de Rafael Botí la cesión, han concretado las fuentes próximas al pintor.
El 'Botí', en manos de un marchante
La responsable del departamento de Arte Contemporáneo de Subastas Segre, Marta Cuadros, ha explicado a Efe que la obra ha llegado a la casa de subastas a través de un marchante de arte de Andalucía. Se trata, según la referencia del catálogo de Segre para la subasta, de un óleo sobre lienzo, firmado al dorso, que mide 50 x 66 centímetros, cuyo precio de partida en la subasta es de 600 euros.
Paisaje de la Mata se integra en una serie de obras que Rafael Botí llevó a cabo sobre paisajes y situaciones de La Mata, una zona de Torrevieja (Alicante), donde el pintor cordobés tiene dedicado un paseo en su callejero.
"Rafael Botí estudia en sus cuadros la psicología de unas playas que sufren sin alivio de sombras protectoras la fuerza del sol continuadamente: nos referimos a las playas alicantinas de La Mata, cuyo único adorno vegetal son las pitas". Así lo recoge una referencia en el diario El Alcázar de abril de 1972 firmada por Elena Florez y que reproduce el catálogo de la exposición antológica que sobre Rafael Botí (1922-1978) se celebró en el Ateneo de Madrid en noviembre de este último año.
Pintura nunca expuesta en Zaragoza
La pintura fue expuesta en esta muestra, aunque nunca llegó a ser exhibida en la pinacoteca de Zaragoza a la que fue donada por su hijo, según ha especificado la directora del Museo Goya, que acoge el legado de Camón Aznar.
Marta Cuadros, por su parte, ha afirmado que "es difícil encontrar referencias" sobre este cuadro, cuya salida a subasta ha provocado la indignación del hijo de Rafael Botí, responsable de la donación en su día de la obra al Museo Camón Aznar.
Desnudo femenino de Mateo Inurria
La otra pieza relacionada con Córdoba que se subasta en la misma sesión de Segre es la escultura es un desnudo femenino de una serie, de la que es el ejemplar numerado 2 de 6, en bronce patinado, de 94 centímetros de alto, atribuido a Mateo Inurria (Córdoba,1867-Madrid, 1924), del que este 2024 se conmemora el centenario de su muerte.
El original de esta obra, La parra, se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Córdoba, por cesión del Ayuntamiento de Córdoba, y sale a subasta por un precio de salida de 1.600 euros.
La Parra forma parte de dos desnudos que Ramón Montes, el principal especialista en la obra de Inurria, califica como "emblemáticos", en la que el escultor "vuelve a su viejo deseo de representar la belleza del cuerpo femenino". En este caso, la pieza "posee un cuerpo muy esbelto y atlético".
De esta obra, el experto tiene localizadas dos versiones, una en bronce, que es la que está en el Bellas Artes de Córdoba, y otra en mármol negro, propiedad del Estado y que estaba ubicada en el Museo Español de Arte Contemporáneo, en Madrid.
La Parra, gestada en la soledad de su estudio y en la que proyectó su más libre sentido creador, debió suponer para Inurria una gran satisfacción en su configuración final", ha escrito el especialista en el trabajo del escultor, que trata la obra en dos estudios, publicados en 1996 y 2012.
Sin sello de fundido y fruto de una herencia
La responsable de Segre ha precisado que la reproducción que sale a subasta no tiene sello de fundido. Ha llegado a la subasta a través de un particular que recibió la escultura a través de una herencia.
El propietario no tiene referencias de su procedencia, aunque Marta Cuadros ha precisado que es probable que se trate de una edición tardía, que no se puede datar porque carece de sello de la fundición, y que la pieza está en un excelente estado de conservación.
La viuda de Mateo Inurria, a su fallecimiento en 1924, realizó varias operaciones sobre la obra de su marido. Aparte de desprenderse del chalé que la familia había comprado poco antes del fallecimiento del escultor en la calle de Madrid que hoy lleva su nombre, en Chamartín, vendió parte de su obra al Ayuntamiento de Córdoba y realizó reproducciones de algunas piezas, aunque no es posible concretar si la que sale a subasta procede de alguna de estas fundiciones.
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