¿Cómo han cambiado los partos en el Hospital Reina Sofía por el coronavirus?
Sanidad
La pandemia del covid-19 ha obligado a modificar la estructura de la Unidad de Partos y también las normas de acompañamiento
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La llegada del covid-19 ha provocado cambios en todos los aspectos sociales y muy especialmente a nivel sanitario. Los hospitales han modificado su organización, la distribución de sus áreas y también las normas que se deben guardar en su interior. La Unidad de Partos del Reina Sofía no es una excepción y, como el resto de servicios, se ha tenido que adaptar a la nueva realidad, siempre teniendo en cuenta sus especiales características. Por ejemplo, algunos partos no pueden esperar a que llegue el resultado de la PCR de la madre.
El responsable de la unidad, Antonio de la Torre, explica que físicamente hay menos espacio porque hay que reservar habitaciones por si llega alguna gestante con covid, por lo que hay menos camas disponibles para ingresar. Además, se ha montado una bahía para hospitalizar a las pacientes de las que aún no hay resultado de su PCR y, por lo tanto, no se sabe si son negativas o positivas.
Por otra parte, dentro de la norma de que al hospital deben entrar solo las personas justas y siempre de forma justificada, las visitas a los paritorios que se organizaban para que las embarazadas conocieran este espacio y fueran con menos miedo al parto han quedado anuladas. Esa visita "era buena para que tuvieran una idea de dónde iban a estar y es algo que esperemos que en poco tiempo podamos retomar", expone el especialista.
Eso sí, "el trabajo a la hora de atender un parto es igual", explica el ginecólogo, pero "con más medidas de protección y de prevención en el sentido de que cualquier mujer que ingresa tiene que tener una PCR".
Aunque en general en el hospital no se permite el acompañamiento a los enfermos con covid, la Unidad de Partos es una excepción y, según De la Torre, en el alumbramiento y todo el proceso sí se deja aunque la madre sea positiva. Para ello, hacen un test de antígenos al acompañante y en caso de que sea negativo, pasa con la paciente. Si es positivo, la gestante debe buscar a otra persona que también debe ser negativo.
El responsable del servicio asegura que las madres no están dando a luz solas, aunque ha podido haber alguna que llegara muy dilatada y para la que el resultado de la PCR no estuviera a tiempo. Aún así, apunta que todo ha cambiado desde el principio de la pandemia y ahora, mientras obtienen el resultado de la PCR de la mujer, se va haciendo el test de antígenos al acompañante para ir adelantando y que ella no esté sola.
En estos meses de pandemia, los profesionales de la unidad se han encontrado con todo tipo de historias, "desde negacionistas a gente que no quiere hacerse la PCR". En ese caso, se trata como si fuera positiva en covid y "entonces muchas suelen decir que sí se la hacen".
En la primera ola en el hospital solo se atendió un parto con gestante positiva en covid y "los profesionales estábamos nerviosos porque no había equipos de protección ni mascarillas y tampoco conocíamos lo que teníamos que hacer". A partir de agosto, en la segunda ola, asistieron cerca de 40 alumbramientos covid y "ya nos pilló con los EPI, protocolos y sabíamos cómo actuar, aunque el miedo no lo pierdes nunca". Hubo más trabajo, pero "estábamos más tranquilos porque teníamos cómo protegernos y sabíamos lo que había que hacer", manifiesta De la Torre.
Estos meses han sido como una especie de "laboratorio para ir aprendiendo". En esta tercera ola, la mayor preocupación no está en el ámbito médico, sino en el social, en que el acompañamiento de las embarazadas sea seguro durante todo el proceso.
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