Un paseo por la Córdoba artesana

El Zoco Municipal y las calles de la Judería integran a más de una decena de artesanos que mantienen intactas las manera de trabajar de hace siglos.

Un platero elabora una pieza en su taller del Zoco Municipal. / Carmen Cremades
Francisco J. Rueda

02 de abril 2017 - 07:59

Córdoba se ha convertido esta semana en una de las capitales que ha participado en el Día Europeo de la Artesanía. La capital forma parte de la red que engloba a las localidades en que este tipo de obra y trabajo manual constituye prácticamente un estilo de vida. La artesanía forma parte de la historia de Córdoba y es una de sus señas de identidad. La Judería, de hecho, conserva talleres prácticamente con la misma imagen que tenían hace siglos, cuando los trabajos artesanales eran el único modo de producción en la ciudad. Algunos se organizan en el Zoco Municipal, pero a lo largo de las callejuelas de la Judería se pueden ver auténticas joyas y disfrutar de una estampa tan auténtica que hace retroceder atrás en el tiempo. En estos paseos se puede contemplar a los artesanos en plena actividad, a la vez que se pueden adquirir los productos derivados de su trabajo.

Durante estos días los locales han tenido más actividad por la puesta en marcha de una iniciativa impulsada por la Asociación Cordobesa de Artesanos (ACA) y la Junta de Andalucía para dar a conocer este tipo de locales a través de una guía. El gerente de Meryan (taller dedicado a la artesanía en cuero), y miembro ACA, Daniel López-Obrero, comenta que "uno de los principales objetivos del proyecto es el de dar a conocer la localización exacta de los talleres artesanos de Córdoba, ya que estos se encuentran mezclados junto con otro tipo de establecimientos cuyos productos no pueden ser considerados de labor artesanal".

En el Zoco Municipal, situado en la calle de los Judíos, los interesados tienen la oportunidad de acercarse al taller de Blas Pérez Aranda, quien lleva dedicándose a la elaboración de figuras en pasta de papel desde hace más de 30 años. Cuenta que "a pesar de que este tipo de iniciativas constituye una novedad, lo cierto es que terminarán incidiendo más en aquellos establecimiento situados fuera del zoco, ya que como casa municipal recibimos a un gran número de turistas a los largo del año, además de a grupos escolares o asociaciones."

No obstante, comenta que "este tipo de proyectos nunca viene mal desde el punto de vista económico", aunque admite que mantiene un buen ritmo de venta y de producción, "unas diez piezas al mes cuyo precio medio se sitúa en los 200 euros.

Pérez admite que "el cliente extranjero supone un gran incentivo, si bien es cierto que el turista nacional cada vez es más numeroso y se acerca con mayor interés a este tipo de productos". "Después de tanto tiempo en la profesión he llegado a conectar de manera muy cercana con una parte del público, lo cual constituye una gran satisfacción personal". Entre el conjunto de piezas que se pueden encontrar en su taller hay un grupo que sigue una línea más tradicional, como son la representación de bailarinas o toreros, mientras que otro, de carácter más personal, está centrado en una línea más onírica.

Carmen Lucena también ostenta un local en el zoco municipal de los artesanos, en este caso dedicado a la producción de cerámica. Afirma que "independientemente del impacto económico de esta ruta, lo cual no deja de ser importante, la principal aportación sería la labor de difusión del trabajo artesanal", y añade que "este es un oficio muy sacrificado, ya que la hora real del trabajo no se paga".

Jesús Rey, propietario de El Humo y, al igual que Lucena, artesano dedicado a la cerámica, comenta que "este programa de rutas es un aliciente más para todos aquellos comercios dedicados a estas labores". " A partir de la obtención por parte de los talleres del Reconocimiento de Interés Artesanal, ACA ha empezado a interesarse por comercios de la zona, promoviendo no sólo la venta de los productos, sino también la posibilidad de ver trabajar al artesano", declara Rey, a la vez que manifiesta su esperanza en que este tipo de iniciativas sigan desarrollándose en la capital cordobesa. En cuanto a la situación de la artesanía local, opina que "ha habido un repunte de los puntos de venta directos" y señala que "estas rutas ayudan a difundir la labor artesanal, así como los productos derivados de esta, ofreciendo así una alternativa a las tradicionales visitas a los monumentos y patios del Casco Histórico". Esta visión es compartida por buena parte de sus compañeros, incluso por aquellos dedicados a sectores tan representativos como el de la joyería. Es el caso de Manuel Cerezo, uno de los propietarios de Platería Califal, en la calle Buen Pastor. "No creo que influya demasiado el desarrollos de estas actividades, ya que al encontrarnos en una de las zonas más céntricas de la ciudad el tráfico de turistas es continuo", argumenta Cerezo, quien cree que "los principales beneficiados serán aquellos comercios que se encuentren más alejados de la zona de la Judería". Además, comenta que "ha crecido el cliente artesanal, que busca algo único y auténtico, alejándose de aquellas zonas comerciales que ofrecen productos importados y de baja calidad". Cerezo, que conforma ya la cuarta generación dedicada a este oficio, denuncia que "cada vez cuesta más trabajo mantenerse, y aún más contratar a un aprendiz, lo que a su vez dificulta la formación de nuevos profesionales".

Entre todo el grupo de locales artesanos se encuentra también la guitarrería de José Rodríguez. "Toda publicidad es buena y de agradecer, pero en mi caso vendo un producto muy selecto, dirigido a especialistas, coleccionistas o profesionales". Y es que las exportaciones al extranjero componen el 90% de las ventas de este taller. "En estos momentos me encuentro trabajando en una serie de pedidos con destino a Canadá, Estados Unidos y Alemania", afirma Rodríguez, y añade: "El tipo de cliente que suele encargar esta clase de pedidos posee un alto poder adquisitivo, ya que la guitarra que se envía fuera de España alcanza un precio elevado, pues hay que añadir los costes derivados del transporte, los cuales no son baratos".

Es la labor de estos maestros artesanos, admirada en todo el mundo, la que dota a Córdoba de un mayor interés turístico y cultural, sobre todo durante los meses de primavera y verano, y de la cual los cordobeses tienen la fortuna de disfrutar.

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